El futuro que se roba el miedo
De alguna manera en El ¨¢ngel descuidado, la nueva novela de Eduardo Mendicutti, planean algunos de los aspectos que hicieron absolutamente convincente el discurso ¨¦tico, el edificante desenfado y el sentido de algunos c¨®digos coloquiales en su celebrada Una mala noche la tiene cualquiera. El talante transgresor de aquella novela serv¨ªa como paradigma de una literatura comprometida con los derechos y las libertades individuales y, sobre todo, como paradigma de la construcci¨®n de un discurso narrativo comprometido con la celebraci¨®n del cuerpo y el placer. Era aqu¨¦lla, desde un demoledor humor, una novela sobre la clandestinidad sexual. El escritor gaditano, como en otras novelas posteriores, basa siempre su narrativa en un criterio casi corporal y festivo del lenguaje. Es su manera de expropiarse de una lengua cautiva por el falso pudor, su manera de transgredir el recato.
EL ?NGEL DESCUIDADO
Eduardo Mendicutti Tusquets. Barcelona, 2002 234 p¨¢ginas. 14 euros
En El ¨¢ngel descuidado, su autor nos cuenta una historia de amor. De la mano de una voz narradora en primera persona, una instancia que Mendicutti maneja a las mil maravillas, hacemos el trayecto evocativo de Rafael Lacave. El n¨²cleo del relato transcurre durante el a?o 1965, en un noviciado. All¨ª, entre esas asc¨¦ticas paredes, tiene lugar el encuentro entre los adolescentes Rafael y Nicol¨¢s. Treinta y cinco a?os despu¨¦s, Rafael Lacave es un periodista de televisi¨®n conocido y Nicol¨¢s, un rico constructor inmobiliario. Un d¨ªa, casi por casualidad, Rafael tiene acceso a la vida de Nicol¨¢s. Lo llama por tel¨¦fono y quedan para verse. La cita se va postergando, mejor dicho, la va alargando Nicol¨¢s, que ahora est¨¢ casado con una mujer bastante irrelevante en todos los aspectos. A lo que el lector asistir¨¢ es al relato de aquellos a?os de noviciado. A aquellos a?os de amores clandestinos y a los d¨ªas en que Rafael y Nicol¨¢s se juraron un amor imperecedero. Eduardo Mendicutti ha escrito una historia de amor rota por el miedo y las convenciones. Pero lo ha hecho mediante un m¨¦todo infalible, si se tiene suficiente dominio, para emocionar al lector: el humor.
En Eduardo Mendicutti,
este m¨¦todo de representaci¨®n no es nuevo, pero s¨ª resulta poco com¨²n que una materia como la que ¨¦l trata se manifieste sin una sombra de melancol¨ªa barata y, mucho menos, de denuncia f¨¢cil. Y ello gracias al humor delicado, elegante e imaginativo de su autor. El asunto que se maneja en esta novela tiene su dosis de dolor, desencanto y resignaci¨®n. Pero Eduardo Mendicutti salva los escollos de la l¨¢grima y el gusto dudoso, y lo hace mediante el empleo de una lengua viva, insuflada adem¨¢s de contenido sentimiento. Probablemente, el lector conozca una novela francesa que roza una materia similar, desde el punto de vista de algunos hechos concretos y la sustancia moral; me refiero a Las amistades particulares, de Roger Peyrefitte. Pues bien, El ¨¢ngel descuidado tiene algo de esa novela, pero infinitamente m¨¢s pr¨®xima y c¨¢lida. Y, sobre todo, la novela de Mendicutti es una gozada de construcci¨®n el¨ªptica, de cosas no siempre necesariamente dichas con todas sus palabras.
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