'Despu¨¦s de Opening vendr¨¢ Wall Street'
Pregunta. ?Se puede aprender ingl¨¦s sin que te estafen?
R. Claro, y de hecho ha sido as¨ª desde siempre. Esto que sale ahora de la formaci¨®n basura es algo que se viene diciendo desde el a?o 94, que es cuando se instala en Valencia, y que empez¨® con Aula Magna, que ha hecho unas estafas de la leche desde el Pirineo hasta Murcia.
P. ?Se ve¨ªa venir el cierre de Opening?
R. Estaba anunciado. Pero adem¨¢s es una cadena que sigue: ahora vendr¨¢ Wall Street. Y adem¨¢s esas mismas instituciones, con los mismos sujetos, dentro de dos a?os estar¨¢n haciendo ping¨¹es negocios en Checoslovaquia, Ruman¨ªa, Polonia...
P. ?Y si estaba anunciado, c¨®mo hay tantos damnificados?
R. Eso tiene mucho que ver con la predisposici¨®n hacia todo lo novedoso, alimentado con una serie de ganchos y una publicidad muy abundante, pagada con toda la pasta de los alumnos porque no se va a dar el servicio ni se va a pagar al personal. Pero lo que me sorprende es que se trate de buscar una relaci¨®n entre el damnificado y quien le proporciona los medios. El problema est¨¢ en quien estafa. ?D¨®nde est¨¢? Nadie habla de ¨¦l y s¨®lo se habla de damnificados. En el caso de que el n¨²mero de damnificados se convierta en un problema social, entiendo que intervenga la Administraci¨®n. Pero s¨®lo si es as¨ª. ?Se han juntado alguna vez los ministerios para convocar a todas las constructoras para resolver el problema de aquellas cooperativas que estafaron a los que se involucraron en unas viviendas que no se construyeron? Pues no.
P. Pacece indignado.
R. Es que me sorprende que mientras han estado recibiendo el servicio el sistema de financiaci¨®n no fuera fraudulento. No se puede echar la culpa a los bancos.
P. ?Cu¨¢l ha sido el error?
R. La paranoia. El espa?ol tiene siempre esa deuda con sigo mismo de a ver si un d¨ªa es capaz de aprender ingl¨¦s, y cuando le venden un producto con la aureola de milagroso, que va cuando quiere, no tiene que disciplinarse, lo paga como quiere y, encima, si no aprende le devuelven el dinero, pues pica. Hace ocho a?os me parec¨ªa tan contradictorio, que s¨®lo lo pod¨ªa decir en c¨ªrculos de amigos, porque si no parec¨ªa que, siendo parte afectada, protestaba. Y ten¨ªa razones para protestar, porque a todas las academias de lenguas de barrio nos han hecho polvo. La mayor¨ªa ha cerrado.
Donde radica el fallo es que todav¨ªa hay gente en este mundo con tanta ingenuidad que todav¨ªa cree que en unos meses puede subsanar un problema [aprender ingl¨¦s] que lleva teniendo desde que entr¨® a tercero de EGB. Pero lo que es m¨¢s gracioso es que lo resuelve sin esfuerzo, sin rigor, sin disciplina, sin sistematizaci¨®n. ?De verdad ninguno de los miles de damnificados se daba cuenta de esto hasta que han dejado de darles el servicio?
P. El caso Opening marca un antes y un despu¨¦s?
R. El da?o est¨¢ hecho al sector, y los efectos colaterales son que van a cerrar m¨¢s centros todav¨ªa. Y si hay alg¨²n centro que necesita m¨¢s rercursos a principio de curso y cuenta con esa modalidad de pago, pues ver¨¢ mermado el n¨²mero de clientes. La prevenci¨®n por parte del cliente ya exist¨ªa, aunque es posible que se agudice. El antes y el despu¨¦s s¨®lo se ver¨¢ con los datos de todas las empresas que han tenido que cerrar a causa de todo el tiempo en el que esto se ha ido dando mientras todo el mundo miraba para otro lado, pese a que los profesionales lo denunci¨¢bamos. Y ah¨ª la ministra no ha intervenido para nada.
EN DOS TRAZOS
Aurelio Prada (Ponferrada, 1952) tiene un car¨¢cter especial, como todos los tipos de frontera. Estudi¨® letras en Barcelona durante la efervescencia antifranquista y enseguida, en 1969, entr¨® en Inlingua a escribir guiones para cursos de espa?ol para extrajeros. Luego pas¨® a Alemania, y como habla mucho acab¨® entrando en el consejo de administraci¨®n de esta empresa y regresando a Barcelona. En 1979 compr¨® la franquicia de Valencia y la convirti¨® en una referencia en un sector ahora convulso. Acaba de perder 24 kilos en seis meses y ya piensa en retirarse, aprovechando que est¨¢ hecho un brazo de mar.
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