LOS POETAS ESCOGEN LOS MEJORES POEMAS DE CERNUDA

Antonio Colinas. Recuerdo, de manera especial, el poema 'Eleg¨ªa anticipada', contenido en el libro Como quien espera el alba. En este poema, Cernuda trata el tema del cementerio como 'lugar ameno'. Es un tema del que se ocup¨® en, al menos, dos o tres poemas m¨¢s y que me interesa por lo que supone de superaci¨®n de la idea de la muerte. De hecho, la muerte no es sino el reverso del amor en los versos finales del poema: 'El hombre quiere / caer donde el amor fue suyo un d¨ªa'. En esta 'Eleg¨ªa anticipada', Cernuda sintoniza con el Romanticismo m¨¢s esencial, que es por ejemplo el de Giacomo Leopardi. Cernuda lee los Cantos leopardianos mientras oye retumbar los bombardeos sobre Madrid. Hay en este poema una mirada abarcadora y piadosa, que distingue a ese lirismo, delicado en el mensaje y transparente en la forma, del mejor Cernuda; as¨ª como la

presencia de s¨ªmbolos (el mar, el amor, ...), que se muestran en este poema con una sutileza especial.

Jenaro Talens. Es muy dif¨ªcil seleccionar tan s¨®lo un poema porque hay algunos que me gustan mucho como Apolog¨ªa pro vita suis o A un poeta futuro, pero me quedo con Quetzalc¨®at, un poema maravilloso que cuenta la conquista de Am¨¦rica desde la visi¨®n de un soldado desconocido. Me gusta porque frente a la visi¨®n que se tiene de la poes¨ªa como la apote¨®sis de la referencia personal, aqu¨ª Cernuda le da voz al pueblo y no a los se?ores.

Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald. 'Qu¨¦ ruido tan triste', que pertenece a La realidad y el deseo, de la edici¨®n de 1936. Lo elijo porque se parece mucho a otro que yo querr¨ªa haber escrito, entre muchos otros, hace un cuarto de siglo. La edici¨®n de 1936 es uno de los grandes libros de la poes¨ªa espa?ola del siglo XX. 'Qu¨¦ ruido tan triste el que hacen dos cuerpos cuando se aman, / parece como el viento que se mece en oto?o / pobres adolescentes mutilados, / mientras las manos llueven, manos ligeras, manos ego¨ªstas, manos obscenas, / cataratas de manos que fueron un d¨ªa / flores en el jard¨ªn de un diminuto bolsillo'.

Antonio Mar¨ª. El poema Ser de Sansue?a ('Acaso all¨ª estar¨¢, cuatro costados Ba?ados en los mares, al centro de la meseta / Ardiente y andrajosa. Es ella, la madrastra / Original de tantos, como t¨², dolidos / De ella y por ella dolientes') es una met¨¢fora del compromiso que supone haber nacido en Espa?a en esa ¨¦poca y haber vivido en la situaci¨®n cultural que Cernuda vivi¨®. Tambi¨¦n destacar¨ªa Luis de Baviera escucha Lohengrin, que narra la soledad del rey: 'El imperio que ejerce la criatura joven, / Obrando sobre ¨¦l, dej¨¢ndole indefenso, / Ya no rey, sino siervo de la humana hermosura'.

Mar¨ªa Victoria Atencia. Cuando ten¨ªamos unos veinte a?os, mi marido Rafael Le¨®n y yo editamos en M¨¢laga la primera edici¨®n en Espa?a de Poemas para un cuerpo en unos cuadernos que hac¨ªamos. Nos comunicamos por correspondencia con Cernuda y a ¨¦l le encant¨® que se lo edit¨¢semos dos j¨®venes. Su poes¨ªa me emocion¨® tanto que desde entonces segu¨ª ley¨¦ndole. Me gusta especialmente El amante divaga, un poema hermos¨ªsimo.

Clara Jan¨¦s. Siempre he sentido predileccion por Poemas para un cuerpo, y si he de elegir uno me inclino por 'El amante divaga', que es el numero XI y expone una particular visi¨®n del amor en relaci¨®n con el tiempo y la dicha. Creo que es un poema perfecto, en la l¨ªnea de claridad de Cernuda, en el cual el concepto es muy poderoso y el arco po¨¦tico impecable. Empieza el poeta pregunt¨¢ndose cu¨¢l ser¨¢ el tiempo del infierno, y se contesta que acaso tenga 'la ficci¨®n de medida que le damos' o 'la desmesura de momentos preciosos'. Pero a?ade que tambi¨¦n podr¨ªa marchar hacia atr¨¢s, lo que nos permitir¨ªa vivir el amor 'de su fin al comienzo'. Si as¨ª fuera, se pasar¨ªa a vivir de los 'principios del olvido' al fervor del momento ¨¢lgido y luego a la ignorancia anterior al encuentro. Esto, de todos modos, no le convence y llega a la conclusi¨®n de que 'infierno y para¨ªso / lo creamos aqu¨ª con nuestros actos'. Uno y otro se resumen en la existencia del ser amado, que es el lugar donde el poeta desea estar.

Vicente Gallego. Primavera vieja es uno de mis poemas preferidos. Es de una secillez cl¨¢sica que encierra una gran emoci¨®n. Desde el primer momento que lo le¨ª me pareci¨® estupendo. El ¨²ltimo verso: 'Cu¨¢n bella fue la vida y cu¨¢n in¨²til' resume muy bien la condici¨®n humana. Adem¨¢s, es un poema que, con pocos elementos, pinta tanto el paisaje desolado del destierro de Cernuda como la hermosura de la vida.

Luis Antonio de Villena. Entre los poemas que prefiero (uno me parece muy poco) est¨¢n, por ejemplo, El ruise?or sobre la piedra,G¨®ngora o Birds in the night. Especialmente, G¨®ngora me parece un temprano y magn¨ªfico autorretrato del propio Cernuda. Pero voy a decir que prefiero 'Los marineros son las alas del amor' del libro Los placeres prohibidos'. Es un poema de exaltaci¨®n amorosa, de himno pagano y de protesta moral, con una leve sensorialidad surrealista. Cuando lo escribi¨®, Cernuda ten¨ªa 28 a?os. Era joven, rebelde y optimista.Ese tono de c¨¢ntico, gozo y exaltaci¨®n amatoria, sin sombras, no volver¨¢ a darse en su obra. Por ello elijo a este Cernuda juvenil, aunque no menos despiadado contra la moral burguesa, expresado en n¨ªtido homoerotismo.

Eloy S¨¢nchez Rosillo. Sorprende y conforta encontrar un poema como '?pilogo' en el libro ¨²ltimo de Cernuda, Desolaci¨®n de la Quimera, un conjunto que, como es sabido, se caracteriza por su tono seco, agrio e imprecatorio. 'Ep¨ªlogo' no participa en nada de semejante tono. Es un poema de amor (o m¨¢s bien de recuerdo del amor), transido de emoci¨®n y de melancol¨ªa, profundamente l¨ªrico. Data de 1961 y fue escrito en San Francisco, dos a?os antes de la muerte del poeta. Es para m¨ª uno de los textos indiscutibles del Cernuda tard¨ªo, uno de los que han resistido, sin ning¨²n desgaste, las sucesivas relecturas y el paso del tiempo.

Francisco Brines. Mi libro favorito es Como quien espera el alba. Claro que de un poeta que nos gusta siempre el m¨¢s querido es el libro en el que nos hemos acercado a ¨¦l. Y yo, despu¨¦s de descubrir a Cernuda en una antolog¨ªa de los a?os cuarenta, di con un ejemplar de este libro. Muchos de mis amigos leyeron a Cernuda en ese ejemplar. De esa semilla surgir¨ªa, en 1962, el homenaje que le dedic¨® la revista La ca?a gris, en el que participaron tambi¨¦n Jaime Gil de Biedma y Jos¨¦ ?ngel Valente, a los que no conoc¨ªamos. Pero Cernuda estaba en el ambiente de nuestra generaci¨®n. ?Un poema? M¨¢s que un poema, un verso, el final de 'Primavera vieja', que dice: 'Cu¨¢n bella fue la vida y cu¨¢n in¨²til'. Durante un homenaje a Cernuda en la Residencia de Estudiantes me preguntaron por mi poema favorito y repet¨ª ese verso. Justo al decirlo me di cuenta de que hablaba de lo mismo que un verso m¨ªo que siempre he pensado que resume bien mi obra y que, adem¨¢s, ser¨ªa un buen epitafio. Es el final de 'Desde Bassai y el mar de Oliva': 'Yo s¨¦ que ol¨ª un jard¨ªn en la infancia una tarde, y no existi¨® la tarde'. El verso de Cernuda lo llev¨¦ siempre dentro porque, sin saberlo, tocaba algo esencial en m¨ª, la idea de la vida como un don junto a una injusticia que nos ciega: '?Por qu¨¦ se nos da y se nos quita?'.