Las ra¨ªces ideol¨®gicas de Bin Laden

Al abatir las Torres Gemelas, Bin Laden y los suyos decapitaron simb¨®licamente a Estados Unidos. Fue, se?ala Antonio Elorza en Umma. El integrismo en el islam, una manifestaci¨®n de 'la obsesi¨®n wahab¨ª por suprimir las obras humanas que, por elevarse hacia el cielo, pudiesen evocar una rivalidad con Al¨¢'. El comentario es acertado. Aunque la mayor¨ªa de la humanidad escuchara por primera vez el nombre de Bin Laden el 11-S de 2001, ¨¦l y, sobre todo, su ideolog¨ªa tienen hondas ra¨ªces.

A las profundas conexiones de Bin Laden con el wahabismo saud¨ª, el conjunto del integrismo musulm¨¢n contempor¨¢neo y una lectura centenaria del islam consagra su ¨²ltima obra el catedr¨¢tico de Pensamiento Pol¨ªtico de la Complutense. Entre las novedades sobre el 11-S se agradece un libro como ¨¦ste, que intenta escarbar en lo que Bin Laden y los suyos tienen en la cabeza. Y lo que tienen es un sue?o o pesadilla que, aceptando la ciencia y tecnolog¨ªa actuales, resucitar¨ªa un m¨ªtico y dorado pasado musulm¨¢n, donde religi¨®n y pol¨ªtica eran una sola y misma cosa y en la que los creyentes segu¨ªan los principios y las reglas de Al¨¢.

Para salir al paso de los profetas de una nueva cruzada occidental contra el 'moro', por cuya injusta y peligrosa senda parecen caminar Bush, Sharon y Aznar, muchos especialistas han subrayado que no cabe confundir el todo con la parte, que el integrismo, islamismo o fundamentalismo no es todo el islam. Caben, en efecto, muchas lecturas y vivencias del islam moderadas, nada agresivas, meramente piadosas e incluso partidarias del laicismo, la igualdad de las mujeres y la democracia. Pero a veces la voluntad de atajar un posible pogromo universal contra los musulmanes lleva a algunos bienintencionados a negar la realidad del integrismo y de su parcial legitimidad doctrinal.

Elorza no es de estos ¨²ltimos. 'El integrismo hunde sus ra¨ªces en una determinada lectura de los textos sagrados que le permite reivindicar su ortodoxia', escribe. El catedr¨¢tico sustenta su tesis repasando esa lectura de los textos sagrados desde el nacimiento del islam hasta Bin Laden, deteni¨¦ndose muy especialmente en Ben Taymiyya, un te¨®logo ortodoxo que escribi¨® en torno al a?o 1300 de la era cristiana y que, en l¨ªnea con la idea de los islamistas pol¨ªticos actuales de que 'es imprescindible mirar una y otra vez hacia atr¨¢s', es muy citado hoy d¨ªa. La idea clave de esa corriente es que el islam es al mismo tiempo religi¨®n y pol¨ªtica. Y su corolario es que, desde las conquistas de los mongoles hasta las actuales agresiones israel¨ªes y occidentales, pasando por el hundimiento del califato, todos los grandes momentos de decadencia isl¨¢mica han tenido su causa en que los creyentes, y sobre todo sus gobernantes, se han apartado de lo dispuesto por Al¨¢ en el Cor¨¢n.

Elorza analiza las bases de los dos grandes integrismos institucionales de nuestros d¨ªas -el wahabismo de Arabia Saud¨ª, de origen sun¨ª, y el Gobierno de los ayatol¨¢s en Ir¨¢n, de origen shi¨ª- y dedica tambi¨¦n amplio espacio al nacimiento en Egipto de la Cofrad¨ªa de los Hermanos Musulmanes, a su desarrollo por toda la 'umma' y a sus dos principales pensadores: Hassan el Banna y Sayyid Qutb. Pero se echan de menos a lo largo de todo su libro reflexiones de m¨¢s calado sobre el papel de catalizador del integrismo contempor¨¢neo que han tenido agresivas incursiones de Occidente en el mundo musulm¨¢n, desde el colonialismo decimon¨®nico de ingleses y franceses hasta la creaci¨®n del Estado de Israel y el despojo de los palestinos, pasando por la implantaci¨®n estadounidense en el golfo P¨¦rsico.

En una de esas incursiones, el apoyo de Estados Unidos a los muyahidin afganos que luchaban contra la invasi¨®n sovi¨¦tica, se produjo el fatal encuentro entre el egipcio Al Zawahiri y el saud¨ª Bin Laden. Fueron los esponsales del pensamiento de los Hermanos Musulmanes con el wahabismo, el polvo ideol¨®gico que se convirti¨® en el lodo del 11-S. En esto, la CIA hizo de Celestina y aprendiz de brujo.