El voto rojo est¨¢ en el Ruhr
La elecci¨®n depende de la movilizaci¨®n del SPD en Renania del Norte-Westfalia
Los sondeos de opini¨®n aseguran que Gerhard Schr?der y su Partido Socialdem¨®crata de Alemania (SPD) tienen asegurado ya el voto mayoritario de dos importantes sectores de la poblaci¨®n: las mujeres, muchas de las cuales desconf¨ªan de c¨®mo los democristianos invocan la familia tradicional, y los votantes en Alemania del Este, donde el canciller ha logrado puntuar sobre todo por su comportamiento durante la crisis de las inundaciones. Como principal escenario de las elecciones de ma?ana queda Renania del Norte-Westfalia, con 18 millones de habitantes, el m¨¢s poblado de los Estados federados alemanes, y en ¨¦l la cuenca del Ruhr, basti¨®n rojo por excelencia. All¨ª, en Dortmund, Schr?der realiz¨® ayer su pen¨²ltimo mitin electoral.
La elecci¨®n de Dortmund como escenario de fin de campa?a no es fortuita. Esta ciudad de 600.000 habitantes, en el Ruhr, cuna y centro de la industrializaci¨®n alemana, est¨¢ considerada el coraz¨®n de la socialdemocracia. En ninguna otra parte el SPD tiene tantos afiliados: 14.000 activistas. En ninguna otra parte la tradici¨®n de este partido con 140 a?os de historia tiene tanta vigencia. Mucha gente a¨²n guarda en casa un aut¨®grafo de Willy Brandt. Pero en ninguna otra parte son tambi¨¦n tan evidentes los retos que afrontan los socialdem¨®cratas: la cuenca del Ruhr ha dejado desde hace rato de ser industrial. Ahora busca su salvaci¨®n en el sector servicios y en la cultura. Los obreros, para quienes votar rojo era un auto de fe, son cada vez menos.
Empotrado desde hace d¨¦cadas en el poder local, el SPD se ha visto estremecido en los ¨²ltimos a?os por sonados esc¨¢ndalos de corrupci¨®n. El ¨²ltimo estall¨® en la cercana Colonia, a inicios de a?o. Varias malversaciones ya le costaron la mayor¨ªa al SPD en las elecciones municipales de 1999. Si Schr?der, seg¨²n los sondeos, en todo el pa¨ªs dobla en popularidad a su partido, esto tiene mucho que ver con el comportamiento de algunos de sus partidarios en Renania del Norte-Westfalia.
Por eso estos d¨ªas en Dortmund se echan n¨²meros. En las elecciones federales de 1998, que llevaron al poder al Gobierno rojiverde, el SPD obtuvo cerca de 200.000 votos en esta ciudad. Un a?o m¨¢s tarde, en las municipales, ya s¨®lo fueron 100.000, y ocho meses m¨¢s tarde, 130.000 en las elecciones al Parlamento del Estado federado.
'En esta ocasi¨®n necesitamos sacar al menos 155.000. Eso es lo que tenemos que aportar a la victoria federal', calcula Marco B¨¹low, que a sus 31 a?os es una promesa de renovaci¨®n del SPD y uno de los dos candidatos en Dortmund. El principal reto es movilizar a los votantes que tradicionalmente se inclinan por el SPD, pero, desilusionados, en los ¨²ltimos comicios se quedaron en casa. 'Cuanta m¨¢s participaci¨®n electoral, mejor para nosotros', sostiene B¨¹low.
Ante la gran simpat¨ªa con que reciben al candidato en el deprimido barrio de Mengede, B¨¹low y sus compa?eros del SPD podr¨ªan lograrlo. No se palpa un entusiasmo similar al de 1998. Tras 16 a?os de Helmut Kohl, cund¨ªa entonces la ilusi¨®n de un cambio de Gobierno, pero ahora es evidente una propensi¨®n a darle una segunda oportunidad a Schr?der, pese a todo. 'Desde hace dos o tres meses ya nadie habla de los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n', dice Georg Deventer, de la organizaci¨®n social del SPD, que en Dortmund emplea a 1.200 personas en residencias de ancianos, jardines de la infancia y centros juveniles.
Como en el Este, tambi¨¦n aqu¨ª el origen b¨¢varo del candidato conservador, Edmund Stoiber, va en su contra. Las Juventudes Socialistas (Jusos) lo resaltan con mala leche y reparten postales en las que el primer ministro b¨¢varo aparece con la camiseta del Bayern M¨²nich junto al sonriente Schr?der con el amarillo y negro del Borussia Dortmund. El f¨²tbol es s¨®lo un bot¨®n de muestra de la profunda rivalidad regional. El t¨®pico predominante en el Ruhr dice que Renania del Norte y Westfalia financiaron con su industria, en la posguerra el despegue econ¨®mico de la otrora agraria Baviera. Ser gobernado por quien no se cansa de resaltar este ¨¦xito del Sur de Alemania resulta dif¨ªcil de digerir.
![Obreros metal¨²rgicos de la cuenca del Ruhr, basti¨®n del SPD.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/NO7MQDF6JWZL5EJTPWU3WMTV6U.jpg?auth=52e7e400a0d44ebd87e8b52301dce9f1580b5eaa2d92574e4742d5807d951403&width=414)
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