La verdad de los actores

Para el Dogma s¨®lo existe una verdad: la del actor. Eso afirmaron ayer la directora y los int¨¦rpretes del filme dan¨¦s Te quiero para siempre, que, bajo las normas t¨¦cnicas y de producci¨®n que en 1995 crearon Lars von Trier y Thomas Vintenberg, narran un tortuoso melodrama. Los creadores del filme se tuvieron que enfrentar en la rueda de prensa a las inevitables preguntas que persiguen a los pac¨ªficos militantes de estos c¨®digos. 'Uno de los personajes sangra ?Es legal eso?', inquiri¨® un periodista sueco. 'La pel¨ªcula utiliza sonido grabado. Y una canci¨®n. ?Eso no es tomarse demasiadas libertades?', a?adi¨® otro. 'S¨ª, me he tomado algunas libertades', explic¨® la directora del filme, Susanne Bier. 'Pero todo es legal, nadie nos va a detener ni por la sangre ni por el pintalabios de las actrices'. La directora se?al¨® que recurri¨® al Dogma despu¨¦s de tener la historia y no al rev¨¦s. 'El Dogma me permit¨ªa contar esa historia de una forma real y veraz. ?sa es la esencia del Dogma. Poner la historia al servicio de los actores. Su verdad y su libertad es lo ¨²nico que nos interesa'.