Entre el lustre y el lastre
Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar provoc¨® el ¨²nico momento de delirio en un congreso dominado por la continuidad
Un caso raro de fijaci¨®n ideol¨®gica, o de destreza, hizo que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, seg¨²n descend¨ªa ayer por el pasillo del palacio de Congresos de Granada hacia el entarimado, repartiera m¨¢s besos y apretara m¨¢s manos en la fila que quedaba a su derecha que en la de la izquierda. Mientras palmas y mejillas eran correspondidas en el lado bueno, en el contrario, los miembros humanos extendidos parec¨ªan brazos de mendigo implorando un pan que no les correspond¨ªa por una pasajera servidumbre de la simetr¨ªa. No por ello, sin embargo, los compromisarios dejaban de bracear como n¨¢ufragos ni de aplaudir. La presencia del presidente de Gobierno en la clausura fue el ¨²nico momento delirante en un congreso donde prim¨® la austeridad y que, salvo el ¨²ltimo d¨ªa, goz¨® de una asistencia de poco m¨¢s de media entrada.
Con todo, el Partido Popular quiso romper la monoton¨ªa de los debates de las ponencias y entreverar con risas los relatos espesos de ministros e informantes de rango inferior con dos videos, dos peque?as producciones c¨®micas inspiradas en las viejas pel¨ªculas en las que litigan buenos y malos, listos y tontos, gordos y flacos.
A Aznar le reserv¨® la organizaci¨®n el estreno de un video de mucha risa que divide a los pol¨ªticos andaluces en dos clases, los del lustre y los del lastre. Llama la atenci¨®n, sin embargo, que el pol¨ªtico de lustre escogido para cotejar con los presidentes socialistas (Escuredo, Borbolla y Chaves) fuera un emperador en forma de estatua con la cabeza destrozada y que, seg¨²n se deduce del gui¨®n, fue el precedente directo de Te¨®fila Mart¨ªnez. La presidenta y candidata del PP tiene en la pel¨ªcula un papel de vestal y aparece rodeada de sonrisas amables, rostros tiernos y gentes tumbadas en un prado de margaritas que espera, como en la revista de los testigos de Jehov¨¢, la redenci¨®n por el apocalipsis.
Antes Te¨®fila Mart¨ªnez, en su intervenci¨®n de cierre, hab¨ªa introducido otra enigm¨¢tica referencias a la Carmen de Bizet, que no la de Merim¨¨e. La candidata, poniendo voz de misterio, explic¨® a la concurrencia que en la primera escena de la ¨®pera aparece una f¨¢brica (la de las cigarreras) que representa un tipo de laboriosidad cercana al ideal del PP y que disuelve el t¨®pico nacional del andaluz ocioso de ciertos rom¨¢nticos perdidos. En fin.
La jornada de clausura del congreso, sin embargo, no empez¨® en el lugar de concentraci¨®n sino a las puertas de una iglesia. El ministro de Medio Ambiente Jaume Matas convoc¨® a los informadores frente a la bas¨ªlica de la Virgen de las Angustias para celebrar el D¨ªa Europeo Sin Coche con un paseo. Es verdad que pasear no es una actividad de mayor m¨¦rito entre particulares, pero en un ministro alcanza cotas heroicas. Vino Matas caminando con un paso discreto hacia la bas¨ªlica, ante el estupor general, y luego entr¨® en el templo donde permaneci¨® por espacio de unos minutos, transcurridos los cuales continu¨® a pie unos centenares de metros, subi¨® a su autom¨®vil y concluy¨® el homenaje.
Si el mayor aplauso fue para Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, el segundo, m¨¢s por duraci¨®n que por intensidad, fue para Luis Rogelio Rodr¨ªguez Comendador, cabeza de lista al Ayuntamiento de Almer¨ªa y presidente provincial. En los papeles repartidos entre los oradores a Rodr¨ªguez Comendador le toc¨® el de compromisario que debe interrumpir su discurso ante la llegada del vicepresidente Rodrigo Rato. El orador inici¨® su disertaci¨®n en un tono reivindicativo y hasta veros¨ªmil, moviendo manos y componiendo gestos de cierta fiereza. pero conforme transcurr¨ªa el tiempo y no llegaba su interruptor las palabras se volv¨ªan renuentes.
Sus compa?eros, en solidaridad, dirigidos por Celia Villalobos, decidieron premiar con un aplauso cada una de sus frases, de modo que pudiera descansar la voz mientras llegaba Rato y lo interump¨ªa como constaba en las instrucciones. Pero el vicepresidente no llegaba y Rodr¨ªguez Comendador, que no es Dem¨®stones, se encasquill¨® en la frase 'la Andaluc¨ªa sedienta'. Dir¨ªamos que casi se ahog¨®. Hasta que lleg¨® Rato.
Las apariciones de los vicepresidentes fueron muy comentadas. Mariano Rajoy, sin ir m¨¢s lejos, devolvi¨® con una gentileza de pr¨ªncipe el zapato que una reportera perdi¨® en el tumulto.
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