Los hermanos Boix en el planeta de los toros
La gente va a los toros a ver muchas cosas. Unos van a ver la fiesta. Otros al animal. Otros van a ver al torero y captar el posible momento de arte que se produzca. Para otros, en cambio, lo m¨¢s importante son ciertos detalles secundarios, el perfil de navaja de un banderillero cincuent¨®n, el miedo reflejado en el rostro de un orondo picador o el valor de un monosabio que hace un quiebro cuando es embestido por sorpresa mientras recoge bo?igas de caballo.
A este mundo, y al que hay detr¨¢s suyo y que el p¨²blico nunca ve, han dedicado su libro, Por los adentros, los hermanos Boix, Jaume y Salvador.
Aunque su apellido no sea de honda solera taurina -'nadie es perfecto', dir¨ªa Juncal-, Jaume y Salvador Boix son aficionados de larga tradici¨®n, como demuestra una fotograf¨ªa incluida en el libro en la que se ve a su abuelo y a su bisabuelo en los tendidos de la plaza de Olot -construida en 1859, una de las m¨¢s antiguas de Espa?a-, en una corrida celebrada en 1914.
Ser aficionado en Catalu?a es, muchas veces, acostumbrarte a que te miren como a un bicho raro. Ideas muy extendidas por aqu¨ª sobre la afici¨®n taurina las relacionan con resabios franquistas y espa?olistas, a parte de las habituales acusaciones de sadismo. Escribir un libro sobre las interioridades del mundo taurino desde esta plaza es pues, como se suele decir en el argot taurino, 'cargar la suerte'. M¨¢s a¨²n si este libro es un reportaje que aborda m¨¢s las sombras que los brillos de este mundillo.
Por los adentros es un viaje, realizado durante la temporada 2001, a los aspectos de la fiesta de los que normalmente no se habla. No se habla de los j¨®venes novilleros que se juegan la vida en el Valle de la Muerte, el Valle del Ti¨¦tar, en los alrededores de Madrid, ante animales pasados de peso y de cuernos que rechazar¨ªan las grandes figuras. Estos chavales, sus familias o su ponedores pagan hasta 300.000 pesetas por una oportunidad de torear, aun a sabiendas de que no llega a matador m¨¢s que uno entre muchos. Tampoco se suele hablar de una corrida como la que se realiz¨® en el pueblo de Villa del Prado el 11 de septiembre del a?o pasado, en la que mientras el mundo entero se hund¨ªa, se produjo otra tragedia: un joven novillero lesionado de por vida. O de las relaciones entre la est¨¦tica del toreo y la ¨¦tica necesaria para realizarlo. O de las drogas en los toros. O de como el dinero lo mueve todo. O de que un subalterno de novillero cobra por ley 53.000 pesetas por salir a la plaza.
Estos temas, muchas veces oscuros, muchas otras dram¨¢ticos, est¨¢n contados con la voz de sus protagonistas. Y en el planeta de los toros, los protagonistas son, casi siempre, personajes. Personajes cargados de biograf¨ªa, aunque algunos sean j¨®venes. Y muchas veces con una honda sabidur¨ªa. La misma voz de estos personajes es la que nos descubre que en realidad ¨¦ste no es un libro de toros, sino un libro sobre ambiciones, pasi¨®n, valor, desdicha, poder, muerte, soledad y arte. Es un libro sobre personas que hablan de toros. Muchos de ellos son pobres, gente que no lleg¨®. Todos aparecen retratados con simpat¨ªa y humanidad. Incluso los poderosos, por los que a veces es m¨¢s dif¨ªcil sentir comprensi¨®n. Esta generosidad proviene de la gran pasi¨®n que sienten los autores por el mundo taurino y que comparten con sus protagonistas.
El libro incluye una verdadera joya. La ¨²ltima entrevista con el cr¨ªtico taurino Joaqu¨ªn Vidal, realizada apenas dos semanas antes de su fallecimiento. All¨ª, como en un testamento, se resumen las opiniones del que fue el mejor escritor de toros de su ¨¦poca. Unas opiniones directas y radicales, que responden a los ep¨ªgrafes de: No hay toro, No hay afici¨®n, No hay derecho, No hay p¨²blico, No hay varas y No hay repertorio.
El contrapunto positivo lo ponen las explicaciones de Luis Francisco Espl¨¢ sobre su concepci¨®n del arte de torear. Espl¨¢ considera que torear es vencer la fuerza centr¨ªfuga que se crea en el redondel. Esta fuerza, la que muestra un toro cuando sale de chiqueros, pretende expulsar al torero de la plaza, y ¨¦ste debe luchar contra ella para conseguir crear el toreo en redondo en el centro de la plaza. El ¨²nico toreo que, seg¨²n Espl¨¢, logra transmitir una verdadera emoci¨®n.
Entre los poderosos que aparecen en el libro est¨¢ don Pedro Bala?¨¢, el fundador de la saga Bala?¨¢, que desde 1927 ha llevado las riendas del espect¨¢culo en Barcelona. Una verdadera enciclopedia de momentos taurinos. Un personaje que normalmente reh¨²ye las entrevistas. Entre sus recuerdos est¨¢n las 72 veces que vio torear a Manolete en Barcelona.
Ahora los hermanos Boix preparan otro libro. En ¨¦l recopilar¨¢n an¨¦cdotas del ambiente taurino barcelon¨¦s de la d¨¦cada de 1950. La fiesta de los toros era entonces tan popular que lleg¨® a mantener tres plazas abiertas simult¨¢neamente en esta ciudad.
Por los adentros se present¨® en la plaza de Las Ventas de Madrid, en presencia de, entre otros grandes del toreo, el ganadero Vitorino. All¨ª fueron generosamente acogidos por los grandes doctores de la capital. Les hizo gracia eso de 'unos catalanes que escriben de toros'.
La semana pasada se celebr¨® el festejo en Barcelona, con gran ¨¦xito de cr¨ªtica y p¨²blico. Los dos diestros, Jaume y Salvador, hicieron el pase¨ªllo acompa?ados de su cuadrilla: el pintor Joan Pere Viladecans y el periodista y escritor Arcadi Espada. Despu¨¦s de una completa faena, el p¨²blico premi¨® a los diestros con numerosos aplausos, y ellos correspondieron con saludos al tendido. En los corrillos posteriores se comentaba la noticia del d¨ªa: la retirada de los ruedos de Jos¨¦ Tom¨¢s, un torero con muchos partidarios en la plaza catalana. ?Retirada? ?A?o sab¨¢tico? ?Torear¨¢ dos corridas en M¨¦xico? ?No vendr¨¢ a Barcelona? Los datos que se iban conociendo sacud¨ªan las tertulias. Ganaderos catalanes, j¨®venes novilleros, cr¨ªticos, aficionados de diferentes edades y condiciones hablaban de toros. Las conversaciones se calentaban. En el Corte Ingl¨¦s de Barcelona, en el portal del ?ngel. Como en otro planeta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.