Menores peligrosos
Relatos de algunos de los delitos cometidos por j¨®venes y enjuiciados en los ¨²ltimos meses de acuerdo con la nueva legislaci¨®n
La nueva Ley del Menor, vigente desde enero del a?o pasado, ha saturado de trabajo la fiscal¨ªa y los juzgados de menores de Madrid. El a?o pasado, la fiscal¨ªa registr¨® casi el triple de asuntos (m¨¢s de 12.000) que en 2000, y este a?o la tendencia sigue al alza, seg¨²n fuentes jur¨ªdicas. Esta ley prima la aplicaci¨®n de medidas educativas para combatir las fechor¨ªas que cometen menores de entre 14 y 18 a?os. Para los delitos graves establece el internamiento en un centro. Los reformatorios de Madrid disponen de 114 plazas; 100 de ellas est¨¢n ahora ocupadas. La mayor¨ªa de los delitos que cometen los menores es por agresiones y robos, aunque tambi¨¦n hay alg¨²n homicidio. Sin ir m¨¢s lejos, el pasado viernes un menor asest¨® cuatro pu?aladas a otro: la v¨ªctima se debate entre la vida y la muerte. A continuaci¨®n se relatan algunas de las fechor¨ªas m¨¢s graves resueltas por los jueces en los ¨²ltimos meses. Los nombres de los agresores y las v¨ªctimas han sido sustituidos por otros ficticios.
'Por las buenas o...'. El 20 de agosto de 2001, con s¨®lo 14 a?os, Jes¨²s vio a Juani, un a?o menor que ¨¦l, en la calle y la sigui¨® hasta su casa. A?os antes hab¨ªa coincidido con ella en un curso. Cuando la chica abr¨ªa la puerta de su casa, Jes¨²s le dio un empuj¨®n y logr¨® entrar a la vivienda. Inmediatamente sac¨® un cuchillo, la amenaz¨® y la oblig¨® a entrar en un dormitorio. No hab¨ªa nadie en casa. 'O por las buenas o por las malas; si no quieres que acabemos mal, no te muevas de aqu¨ª', dijo. 'Qu¨ªtate la camiseta y ens¨¦?ame el pecho', le orden¨®, al tiempo que la arrojaba sobre la cama y ¨¦l se echaba sobre ella. Temerosa y entre sollozos, Juani obedeci¨®. Fue violada. Por estos hechos, el juez de menores ha impuesto a Jes¨²s dos a?os de internamiento en un centro cerrado y otro a?o m¨¢s de libertad vigilada. Ella conoc¨ªa superficialmente a su agresor porque era amigo de un compa?ero suyo de colegio. Un informe psicol¨®gico sobre Jes¨²s revela que ¨¦ste puede sufrir alg¨²n trastorno sexual, aunque, 'dada su corta edad [14 a?os], se halla en un periodo evolutivo de constituci¨®n de su personalidad que no permite predecir problemas sexuales', remata el informe.
Desnudo y con cuchillo. David ten¨ªa 16 a?os cuando, avanzada la madrugada, entr¨® subrepticiamente en un edificio contiguo al suyo. A trav¨¦s de un patio de vecinos alcanz¨® una terraza y desde all¨ª se col¨® en una casa en la que viv¨ªan tres estudiantes. Silvia, de 23 a?os, dorm¨ªa pl¨¢cidamente en su habitaci¨®n, al igual que sus otras dos compa?eras. David, de 16 a?os, asi¨® un cuchillo de la cocina y se introdujo en el dormitorio de Silvia. Antes de entrar, 'se despoj¨® por el pasillo de sus pantalones y calzoncillos', seg¨²n la sentencia. Con sigilo, se aproxim¨® a la cama y puso el cuchillo en el cuello de la chica: 'Quiero echar un polvete', le solt¨®. Silvia se despert¨®, asustada, y comenz¨® a forcejar con su agresor. Sufri¨® lesiones de arma blanca en sus manos y en el labio inferior. El forcejeo fue tan duro que David desisti¨® y sali¨® corriendo, no sin antes recoger la ropa que hab¨ªa dejado tirada por el pasillo. Se march¨® por donde hab¨ªa entrado. La polic¨ªa le detuvo en su casa apenas una hora despu¨¦s. 'Estaba consciente y orientado', certificaron los agentes que le arrestaron. Fruto de la agresi¨®n, Silvia tuvo que abandonar la casa y someterse a tratamiento psicol¨®gico. Su ¨¢nimo esta por los suelos; padece 'labilidad emocional', que se traduce en llantos frecuentes, insomnio y depresiones. El juez ha impuesto a David un a?o de internamiento en centro cerrado y seis meses de libertad vigilada.
Amenazas y chantaje. No siempre son varones los menores que delinquen, aunque en Madrid, internadas, s¨®lo ha habido cinco chicas. Amelia, de 16 a?os, ten¨ªa atemorizada a Susana, un a?o menor que ella. En noviembre de 2000 (la sentencia no especifica el d¨ªa), Amelia vio en un parque a Susana y se acerc¨® a ella para hablar sobre un agrio asunto de drogas. De pronto, Amelia zanj¨® el di¨¢logo y le solt¨® 'tres bofetadas'. Y no se conform¨® con ello: 'Sube a tu casa', le dijo, 'y tr¨¢eme tu m¨®vil; si no lo haces, te peg¨® m¨¢s'. Susana accedi¨®. D¨ªas despu¨¦s, el 9 de noviembre de 1999, Amelia volvi¨® a toparse con Susana. 'Dame la cazadora que llevas puesta', le orden¨®, desafiante. Susana se neg¨®. 'Como no me la des', la ret¨® Amelia, 'le digo a tu madre que me debes dinero de pastillas [espupefacientes]'. Susana accedi¨® finalmente. La menor cont¨® a sus padres las constantes amenazas que recib¨ªa de Amelia y el asunto termin¨® en el juzgado. Seis meses de libertad vigilada ha impuesto el juez a Amelia por dos delitos de robo con intimidaci¨®n. Amelia atribuye la acusaci¨®n a motivos esp¨²reos.
'Me has mirado mal'. Los menores Pedro y Jos¨¦ Luis ten¨ªan atemorizados a muchos chicos del barrio. El 2 de marzo de 2001, pas¨® frente a ellos un grupo de j¨®venes, dos chicos de 14 a?os que iban con dos amigos y tres amigas. Pedro y Jos¨¦ Luis cortaron el paso a los dos chicos de 14 a?os y les pidieron un cigarro. Al negarse, Pedro les espet¨®: 'Nos hab¨¦is mirado mal; y ahora dadnos lo que llev¨¦is encima'. Volvieron a decir que no y entonces Pedro dio un rodillazo a uno de ellos en el ojo derecho, y Jos¨¦ Luis le quit¨® al otro la cartera tras sacarle una navaja. Los molieron a golpes. El juez les ha impuesto un a?o de libertad vigilada.
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