El ¨²ltimo tren para la maternidad
Dos mujeres quieren que se les implanten embriones fecundados por sus ex maridos, pero ¨¦stos se oponen
Dos brit¨¢nicas, Natallie Evans y Lorraine Hadley, quieren concebir con los embriones creados con el esperma de quienes fueron sus parejas. Pero la ley del Reino Unido est¨¢ contra ellas, porque exige el consentimiento de ambas partes para que los embriones puedan ser utilizados para ser implantados en el ¨²tero materno. Las dos mujeres han acudido a los tribunales para evitar la destrucci¨®n de los embriones y no perder el ¨²ltimo tren a la maternidad.
Natallie Evans, de 30 a?os, y su entonces pareja, Howard Johnstone, de 25, decidieron someterse a un tratamiento de fertilidad hace un a?o porque no consegu¨ªan tener un hijo. Los m¨¦dicos le descubrieron a ella un c¨¢ncer de ovarios que exig¨ªa su extirpaci¨®n. Natallie y Howard decidieron entonces concebir el ni?o in vitro. Seis ¨®vulos de Natallie fueron fecundados con el esperma de Howard y congelados. ?ste dio su consentimiento por escrito para que los embriones pudieran ser utilizados en los pr¨®ximos 10 a?os incluso en caso de muerte o incapacidad mental.
La pareja se rompi¨® a los pocos meses. Entonces Howard consinti¨® que ella pudiera utilizar los embriones con la condici¨®n de que ¨¦l nunca se viera obligado a reconocer a la criatura ni le supusiera ning¨²n coste. Pero en julio pasado dio marcha atr¨¢s y exigi¨® la destrucci¨®n de los embriones. La autoridad de fertilizaci¨®n humana le dio la raz¨®n, aduciendo el necesario consentimiento de ambas partes. Natallie ha ido a los tribunales para defender su ¨²ltima oportunidad de tener un hijo de su propia sangre.
El de Lorraine Hadley, de 37 a?os, es otro caso muy parecido, aunque ella ya es madre de una hija de 17 a?os. Tambi¨¦n tiene problemas de fertilidad por razones m¨¦dicas y quiere utilizar los embriones fecundados por el que entonces era su marido, Wayne Hadley. Pero ahora est¨¢n divorciados y ¨¦l no quiere. 'No tengo intenci¨®n de hacerle da?o a Lorraine. Pero no quiero que nazca un hijo tantos a?os despu¨¦s de que se rompiera nuestro matrimonio. ?Cu¨¢nto da?o emocional o psicol¨®gico podr¨ªa sufrir un ni?o nacido en esas circunstancias?', se pregunta Wayne.
El abogado de las mujeres sostiene ante los tribunales que la ley europea protege las exigencias de sus clientas.
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