Devu¨¦lvele su mamporro
No es f¨¢cil creer que J. Lo, reina del glam moderno, sea una camarera pobre que se desplaza por una cafeter¨ªa retro, del tipo Pulp Fiction, como miss en pasarela repartiendo caf¨¦ por aqu¨ª y bocadillos por all¨¢. Y mucho menos que en uno de sus triunfales paseos tenga un percance con un cliente pesado y obtenga la sol¨ªcita ayuda de otro que, sin mucho pre¨¢mbulo, se convierte de una a otra escena en su marido guapo y rico. A la escena siguiente ya tiene una hija, es feliz y, lo m¨¢s importante (para la reputaci¨®n de nuestra Jennifer L¨®pez, claro) es que se ha deshecho del inc¨®modo look de camarera pobre y ha adquirido el de se?orona rica, con el que da mejor el pego.
Pero, aunque lo parezca, esto no es toda la pel¨ªcula. Qu¨¦ va. No es m¨¢s que el pr¨®logo que, por arte y gracia de la elipsis, dura unos escasos cinco minutos. Lo que de verdad Nunca m¨¢s nos quiere contar viene despu¨¦s. Resulta que el marido no es ni todo lo dulce ni todo lo fiel que parec¨ªa. Cuando es pillado en un affaire extraconyugal, nuestra Jennifer le reclama y la respuesta le llega en forma de sonoro mamporro sobre su cutis Max Factor. Sola, aporreada, desconcertada y asustada, nuestra hero¨ªna huye del lujoso hogar. Pero el marido no se queda tranquilo.
NUNCA M?S
Direcci¨®n: Michael Apted. Int¨¦rpretes: Jennifer L¨®pez, Billy Campbell, Juliette Lewis, Noah Wyle, Dan Futterman, Tessa Allen, Fred Ward y Bill Cobbs. G¨¦nero: thriller. EE UU, 2002. Duraci¨®n: 114 minutos.
?A que se parece a Durmiendo con su enemigo? Eso es quiz¨¢ porque el thriller aqu¨ª est¨¢ servido a partir de la vieja e infalible f¨®rmula cl¨¢sica. No faltan las persecuciones en coche y los acosos de toda ¨ªndole, color y tama?o. Nuestra Jennifer (como en la vida real) cambia de nombre, se pone pelucas, se interna en un caser¨ªo remoto y, lo peor, vuelve a su triste vida de chica humilde, aunque no sencilla. Pero nada. El marido y sus secuaces siempre van a por ella, as¨ª que decide poner remedio a tanto maltrato.
Y en un giro incre¨ªble, espectacular, literalmente de pel¨ªcula, se nos convierte en una mezcla de Bruce Lee, Robocop, Chuck Norris y Vin Diesel que, en vez de caf¨¦s y bocatas, ahora reparte patadas y pu?etazos (sin perder el glamour, todo hay que decirlo), amparada en una filosof¨ªa de luchador m¨¢s dudosa que la del peque?o saltamontes de la serie Kung fu.
Sin embargo, pese a los convencionalismos, hay un m¨¦rito por derecho en esta entretenida pel¨ªcula, un valor que nada tiene que ver con lo cinematogr¨¢fico. Que un filme comercial de Hollywood en toda regla, como ¨¦ste, se ocupe de un asunto social tan espinoso y candente como el de las mujeres maltratadas ya dice algo a favor de Michael Apted, su eficiente director, y de su guionista, Nicholas Kazan (s¨ª, s¨ª, hijo del adorado y vilipendiado Elia Kazan).
Pero que, a conciencia, sugiera a las mujeres aporreadas del mundo que se preparen para atacar a sus maridos trogloditas, devolvi¨¦ndoles cada mamporro recibido -y que, encima, les ofrezca ¨²tiles trucos legales para quedarse libres y tan anchas-, tiene un punto did¨¢ctico que la convierte en una aut¨¦ntica y regocijante revoluci¨®n.
Babelia
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