La tragicomedia de La Covatilla
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El amigo ¨ªntimo de Miguel ?ngel Mart¨ªn Perdiguero, notable corredor, aceptable sprinter, madrile?o locuaz y dicharachero, u?as pintadas de negro, raya en el ojo, colirio para abrillantar la mirada, es Aitor Gonz¨¢lez, el gran favorito para ganar la Vuelta. Perdiguero, o Perdi, como le llama todo el mundo, corri¨® en el Kelme, pero este a?o emigr¨® al Acqua & Sapone, el equipo de Cipollini; Aitor sigue en el Kelme, aunque se supone que emigrar¨¢ la pr¨®xima temporada. En teor¨ªa, en la carrera, son rivales, enemigos, pero no beligerantes. Sus intereses no se cruzan. O s¨ª. Porque lleg¨® La Covatilla, all¨ª donde, en teor¨ªa Heras tendr¨ªa que ser el huerfanito del dram¨®n petardo, y aparece Perdi, y sus compa?eros, los ¨²ltimos del A&S, Santos y Lobato, y resulta que Heras ya no est¨¢ solo, que est¨¢ en muy buena compa?¨ªa, m¨¢s acompa?ado que el mism¨ªsimo Aitor, que ¨¦ste s¨ª que parece el huerfanito de la Vuelta, que ya no es dram¨®n petardo sino tragicomedia de las buenas. Puro morbo. Cruce de g¨¦neros.
La ¨¦pica y el sentimiento. Santi Blanco, el h¨¦roe local, el escalador de Puerto de B¨¦jar, aguanta, agonizante, desde Honduras a lo m¨¢s alto; ciclista que se enfrenta a su ¨²ltima oportunidad y gana, gana la etapa y gana una nueva oportunidad para seguir siendo ciclista; y Juan Antonio Flecha, su compa?ero de habitaci¨®n, que aguanta tirando de Blanco hasta Tornavacas, y luego aguanta al Heras despendolado, y llega, cruza la meta, y rompe a llorar de emoci¨®n: 'Ha sido como si hubiese ganado yo'.
Termina la etapa y Belda, el director del Kelme, se cruza con Perdi; si las miradas mataran, zas, un madrile?o menos. 'Mira', dice el t¨¦cnico alicantino, 'mira lo que le ha hecho ¨¦se a su amigo de copas. Ya puede presumir de amistad, pero un amigo no hace eso'. ?Qu¨¦ le ha hecho? Pues que a siete kil¨®metros de la cima ha hecho por Heras lo que ni ¨¦l, ni Santos ni Lobato han hecho en toda la Vuelta por Cipollini, ponerse en fila detr¨¢s de Rubiera y convertirse en su tren, en su rampa de lanzamiento, como si Heras fuera un sprinter, como si las rampas de La Covatilla, la ¨²ltima llegada en alto de la Vuelta, fuera la ¨²ltima recta. 'Creo que le he hecho un favor a Aitor', dijo Perdi, liando m¨¢s la madeja. 'Sab¨ªa que estaba muy fuerte y que no iba a perder la Vuelta aqu¨ª'. No la perdi¨®, pero casi. Porque despu¨¦s del ¨²ltimo bofe de Perdi salt¨® Heras, y Aitor tras ¨¦l. 'Se ceb¨® y se equivoc¨®', sentenci¨® Belda. Y Aitor aguant¨® muy poco a rueda de Heras, y hasta pareci¨® que reventaba, pero no. Pero Heras es muy listo, y viendo que no abr¨ªa hueco, y que daba el viento, le dej¨® a Aitor creer que desfallec¨ªa, pero no, se dejaba coger, y levantaba el pie. Y Aitor lo ve¨ªa y aceleraba m¨¢s (eso dicen que es cebarse), y alcanz¨® a Heras a 5 kil¨®metros, sin fuelle, y pens¨® que lo peor hab¨ªa pasado. Pero no, porque Heras volvi¨® a arrancar. Y all¨ª fue el llanto y el crujir de dientes.
Aitor se qued¨®, y se qued¨® solo, sufriendo en silencio el mal d¨ªa en la monta?a que todos los rodadores pasan. Y Sevilla, el damnificado del Angliru, pas¨® a su lado, le super¨® y ni le mir¨®, que se iba tras Beloki, a pelearse por el podio, y Aitor que hiciera lo que pudiera, aunque all¨ª, en La Covatilla, frente al viento, territorio de falsos llanos, una mano es m¨¢s importante que en el Angliru. Y Guti¨¦rrez, que iba por delante, misi¨®n de cabeza de puente, se par¨®, y le dej¨® pasar solo a su compa?ero de equipo. Pobre Aitor. La venganza parec¨ªa que iba a ser tremenda. Pero no, porque Sevilla tampoco aguantaba el ritmo de Beloki. Y entonces, a falta de un kil¨®metro, se descolg¨® y se puso a tirar un rato de Aitor, hasta meta. Y dijo: 'Qu¨¦ bien se trabaja en equipo. Yo obedec¨ªa a mi director y me par¨¦ a esperar. Me he sacrificado por Aitor'. Y dijo Aitor: 'Creo que ?scar no se dio cuenta de que me quedaba cortado, pero me ha echado una manilla y est¨¢ bien. Y en lo que respecta a mi amigo Perdi, cada uno hace lo que tiene que hacer, y yo no doy de comer a nadie: cada uno trabaja para s¨ª mismo'.
Y despu¨¦s de todo, no fue para tanto. Heras, que no estuvo solo, s¨®lo le sac¨® 37s a Aitor, que es bastante menos de lo que so?aba. Y Aitor, que va solo, s¨®lo est¨¢ a 1.12m del bejarano en la general, lo que puede ser nada pensando en la contrarreloj del domingo.
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