'Escribo sobre las novelas por las que siento m¨¢s afinidad'
La verdad de las mentiras se inicia con un ensayo sobre El coraz¨®n de las tinieblas, de Joseph Conrad y se cierra con otro sobre Sostiene Pereira, de Antonio Tabucchi. Entre ambos, las reflexiones de Mario Vargas Llosa sobre autores como James Joyce, Virginia Woolf, John Dos Passos, Scott Fitzgerald, William Faulkner, Hemingway, Steinbeck, Andr¨¦ Malraux, Alejo Carpentier, Huxley, Orwell, Arthur Koestler, Albert Camus, Graham Greene, Alberto Moravia, Vladimir Nabokov, Max Frish, Doris Lessing, Thomas Mann, Henry Miller, Alberto Moravia, G¨¹nter Grass... Una lista, que por cierto coincide en buena parte con las novelas que EL PA?S ha seleccionado para su colecci¨®n Cl¨¢sicos del Siglo XX.
En el ensayo dedicado a Tr¨®pico de c¨¢ncer, de Miller, Mario Vargas Llosa hace toda una declaraci¨®n de intenciones de sus gustos literarios: 'Tengo todav¨ªa el prejuicio de que las novelas deben contar historias que empiecen y acaben, de que su obligaci¨®n es oponer al caos de la vida un orden artificioso y persuasivo', escribe.
'La literatura es un campo en el que hay una enorme diversidad. Hay a quien le gusta la novela psicol¨®gica y a quien le gusta la ¨¦pica. Hay que respetar todos los gustos', afirm¨® ayer. 'Yo hablo, y queda claro en La verdad de las mentiras, de lo que me gusta m¨¢s a m¨ª, de las novelas por las que siento m¨¢s afinidad: las que est¨¢n muy bien construidas, cerradas, que tienen una historia, unos personajes. Eso es lo que me fascina y, sin menospreciar la experimentaci¨®n, creo que el ¨¦xito o el fracaso de una novela se deben fundamentalmente a la historia que cuenta, no creo que puedan justificarse s¨®lo en la lengua o en la experimentaci¨®n formal. Aunque no rechazo la b¨²squeda experimental, siempre que se mantenga la historia y resulte veros¨ªmil'.
Mentiras verdaderas
En el ensayo introductorio, el que da t¨ªtulo al libro, el escritor analiza otro de los temas que le apasionan: la relaci¨®n entre ficci¨®n y realidad. Para Vargas Llosa, la ficci¨®n no es mentirosa, sino que ayuda a reconstruir una realidad que muchas veces no puede ser mostrada hist¨®rica o cient¨ªficamente. Uno de sus m¨¢s recientes ejemplos es La fiesta del Chivo, en la que reconstruye la vida y fechor¨ªas del dictador dominicano Le¨®nidas Trujillo con una apasionante amalgama de datos, hechos hist¨®ricos y ficci¨®n.
'Trato de llegar a un tipo de verdad que s¨®lo se puede alcanzar a trav¨¦s de la ficci¨®n, a un conocimiento que s¨®lo permite la literatura, no la ciencia ni la historia, y que implica tambi¨¦n los deseos, las frustraciones, los mecanismos de defensa del ser humano contra la infelicidad'.
El para¨ªso en la otra esquina, su pr¨®xima novela camina en el mismo sentido: de Flora Trist¨¢n a su nieto Paul Gauguin, un prometedor recorrido por las utop¨ªas del siglo XIX.
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