Diferentes maneras de capear el temporal
Continental pone en marcha una nueva terminal y plantea aliarse con Delta y Northwest
Gordon Bethune, 60 a?os, parece no perder la sonrisa ni cuando el transporte a¨¦reo est¨¢ atravesando una de sus peores tormentas. La empresa que dirige, Continental -la quinta l¨ªnea a¨¦rea de Estados Unidos-, se ha visto, c¨®mo no, inmersa en ella, aunque se ha mojado menos que algunas de sus competidoras, encharcadas en la suspensi¨®n de pagos. Continental, que, junto a la compa?¨ªa de bajo coste Southwest, era la ¨²nica grande norteamericana en beneficios antes del 11-S, ha presentado unas p¨¦rdidas netas de 139 millones de d¨®lares en el segundo trimestre del a?o, menores que las de muchos de sus directos rivales. 'Est¨¢ muy bien que superemos a nuestros competidores', ha dicho Bethune, 'pero necesitamos encontrar una manera de ganar dinero'.
De momento, ha puesto en marcha dos: ha inaugurado la nueva terminal en el aeropuerto de Newark, en New Jersey, al lado de Manhattan -donde, junto a la Autoridad Portuaria, ha invertido 1.400 millones de d¨®lares-, y ha solicitado autorizaci¨®n para llevar a cabo una alianza con Northwest y Delta. La compa?¨ªa da as¨ª un primer paso para su posible integraci¨®n en SkyTeam, una de las tres grandes alianzas de la industria, en la que Delta es el miembro de referencia norteamericano, y Air France, el europeo. 'No pedimos ayudas oficiales', advierte Bethune a un grupo de periodistas internacionales, 'pero s¨ª que las autoridades, tanto las norteamericanas como las europeas, nos den la autorizaci¨®n, nos den m¨¢s libertad'.
Bethune ha escogido un camino diferente a sus competidores norteamericanos para capear el temporal. Mientras las compa?¨ªas decid¨ªan tras el 11-S, en una medida despu¨¦s replanteada, retirar comidas, mantas, almohadas y otros servicios para ahorrar costes, Continental segu¨ªa ofreci¨¦ndolos y continuaba renovando su clase de negocios. Y mientras Delta o United Airlines paralizaban la construcci¨®n de sus terminales en Nueva York, Continental segu¨ªa con el proyecto, ya plenamente en marcha. Como las dem¨¢s, redujo vuelos y empleo -8.000 trabajadores de 12.000 estimados en principio-, y como muchas, pens¨® que en marzo pasado presentar¨ªa beneficios. Ahora Bethune reconoce que estaba equivocado y levanta los hombros cuando se le pregunta para cu¨¢ndo el fin de la crisis.
?Y qui¨¦n lo sabe?, responde. 'Estamos mejorando', dice. 'Con respecto al 11 de septiembre, en octubre del a?o pasado, nuestro tr¨¢fico a Europa hab¨ªa ca¨ªdo el 34% y a julio de este a?o el descenso era s¨®lo del 6,2%; en Asia cay¨® el 21% y en julio el porcentaje era del 12,3%, y el tr¨¢fico en Nueva York sigue creciendo. Hay s¨ªntomas de mejora, pero, en fin, no alcanzamos todav¨ªa los niveles anteriores al 11-S'. ?Por qu¨¦ entonces la sonrisa?, quiz¨¢s porque Bethune piense que hay dos maneras de medir el ¨¦xito. 'Una de ellas es perder menos que los competidores'.
Como los dem¨¢s, Bethune est¨¢ atento al fen¨®meno del low cost. Y tiene una estrategia decidida: 'Cada pasajero pagar¨¢ por lo que quiera. Es obvio que en vuelos largos y en vuelos internacionales hay que seguir sirviendo comidas, pero si en vuelos dom¨¦sticos nuestros clientes quieren pagar menos y tener menos servicios, eso es lo que les ofreceremos. En definitiva, nuestro negocio es llevar a la gente a donde quiere ir en unos aviones limpios, seguros y puntuales'. Y lo m¨¢s r¨¢pidos posibles. De cara al futuro, Continental dice preferir la velocidad del nuevo avi¨®n que ofrece Beoing a la capacidad del nuevo Airbus. ?Qu¨¦ le importa al pasajero lo grande que sea el avi¨®n?, dice. Pero si en un vuelo de cinco horas se consigue, como dice Boeing, ganar una, por eso s¨ª que se paga.
Bethune se mantiene as¨ª fiel a su antigua empresa y a su constante afici¨®n: la velocidad, que tambi¨¦n siente de dos maneras: al volante de su Porsche, y a los mandos del B-767 que puede pilotar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.