El desliz del moralista Major
El ex primer ministro brit¨¢nico, gran defensor de la familia, admite su adulterio
En un pa¨ªs en el que hasta el heredero de la Corona ha sido infiel, sorprende que el adulterio a¨²n siga siendo noticia. Pero lo es. Esta vez, como tantas otras en el pasado, el protagonista de la infidelidad es un pol¨ªtico conservador. En realidad, dos: el ex primer ministro John Major, que tiene ahora 59 a?os, y su ex compa?era de Gabinete Edwina Currie, 55 a?os. En los a?os ochenta ambos fueron amantes durante cuatro a?os, cuando no eran m¨¢s que prometedores cachorros parlamentarios del Partido Conservador.
A pesar del tiempo transcurrido, de que Major ya no es nada en la pol¨ªtica brit¨¢nica y Currie nunca pas¨® de la segunda fila, la noticia ha ca¨ªdo como una bomba y abr¨ªa ayer los dominicales. ?Por qu¨¦? Porque el aparentemente asexuado y poco atractivo Major, que con sus enormes gafotas, sus dientes de conejo y su permanente sonrisa parec¨ªa no haber roto nunca un plato, lider¨® una campa?a profundamente conservadora en defensa de los valores b¨¢sicos de la familia.
El pol¨ªtico conservador forz¨® la dimisi¨®n de varios ministros por sus aventuras extraconyugales
Major, que forz¨® la dimisi¨®n de varios ministros conservadores por sus aventuras extraconyugales, aparece ahora como un hip¨®crita, el primero en pisotear los valores que defend¨ªa y capaz de utilizar las leyes contra el libelo para esconder su adulterio.
La infidelidad de Major fue dada a conocer el s¨¢bado a toda p¨¢gina por el diario The Times y promete convertir en millonaria a Edwina Currie. Edwina, que parece pensar que m¨¢s vale barcos sin honra, ha decidido explicar la aventura en una biograf¨ªa que se vender¨¢ a algo m¨¢s de 30 euros el ejemplar. Tras la promoci¨®n de estos d¨ªas los editores esperan vender m¨¢s de 100.000 copias.
Major se encuentra dando conferencias en EE UU y all¨ª ha confirmado la infidelidad mediante una nota p¨²blica en la que explica que fue 'el episodio m¨¢s vergonzoso de su vida', del que su esposa, Norma, est¨¢ al corriente y ya le ha perdonado.
Edwina era una joven diputada rasa cuando en 1984 comenz¨® su idilio con John, uno de los jefes de fila del grupo parlamentario conservador. La ardiente relaci¨®n, ya evocada a?os atr¨¢s por ella en una expl¨ªcita novela que entonces se crey¨® plena de imaginaci¨®n er¨®tica y ha pasado ahora a tener un cierto inter¨¦s hist¨®rico-morboso, acab¨® en 1988, cuando Major entr¨® en el Gabinete de la entonces primera ministra, Margaret Thatcher.
La se?ora Currie, que tambi¨¦n estaba casada, ha explicado ahora el dolor que le supuso la ruptura, s¨®lo comparable al que vivi¨® al descubrir que su idolatrado John no le hab¨ªa dedicado ni una sola l¨ªnea en su biograf¨ªa como ex primer ministro. La ruptura de entonces se explica ahora por el p¨¢nico de Major a que su larga aventura con Edwina pudiera arruinar su prometedora carrera.
La carrera, culminada con siete a?os en Downing Street, no. Pero la jubilaci¨®n, quiz¨¢. Al desprestigio, siempre subjetivo, se pueden a?adir ciertos problemas legales. En 1993, John Major denunci¨® con ¨¦xito a dos revistas, Scallywag y The New Statesman, por publicar que ten¨ªa una aventura con una mujer llamada Claire Latimer, responsable de organizar los banquetes y celebraciones en Downing Street.
Los abogados de Scallywag -la revista ya ha desaparecido- y el director de New Statesman han prometido ahora llevar a Major a los tribunales por entender que el entonces primer ministro gan¨® el pleito alegando que las acusaciones de adulterio da?aban su reputaci¨®n. Aunque equivocaron la amante y el momento, s¨ª era cierto que Major hab¨ªa cometido adulterio.
El caso recuerda al de lord Archer, escritor de ¨¦xito, pero fracasado pol¨ªtico conservador, que ha cambiado la densa moqueta de la C¨¢mara de los Lores por una celda al descubrirse que a?os atr¨¢s hab¨ªa cometido perjurio. Archer gan¨® una acusaci¨®n de libelo contra un tabloide que dec¨ªa que hab¨ªa pasado la noche con una trabajadora del amor. Luego se supo que era verdad.
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