M¨¢s de 40.000 polic¨ªas ocupan R¨ªo de Janeiro para frenar el terror de los 'narcos'
Los delincuentes intentan derribar a la gobernadora Da Silva tras su ascenso en los sondeos
Las autoridades de R¨ªo desplazaron ayer a las calles 43.500 polic¨ªas civiles y militares para tranquilizar a la poblaci¨®n mientras los bomberos protegieron a los alumnos para que pudiesen entrar en escuelas y universidades tras el llamado lunes de terror, cuando m¨¢s de 50 barrios de la ciudad, de norte a sur, fueron paralizados por los narcotraficantes, que intimidaron a los habitantes de R¨ªo (m¨¢s de nueve millones con los suburbios) para que detuvieran la ciudad.
A pesar del enorme contingente de polic¨ªa patrullando la ciudad, los traficantes -llamados en Brasil bandidos- consiguieron prender fuego a 10 autobuses en el barrio de Itauna, en S?o Gon?alo, despu¨¦s de que 15 hombres armados con fusiles lograran burlar a la polic¨ªa. En el barrio de R¨ªo Comprido, donde est¨¢ situada la Universidad Esp?cio de S¨¢, instituci¨®n en la que el lunes explotaron tres bombas, los bandidos obligaron a cerrar al tr¨¢fico la calle que une el barrio con la zona rica del sur de la ciudad. Pero, a pesar de todo, el comercio volvi¨® ayer a abrir sus puertas. Tambi¨¦n reanudaron su actividad habitual los bancos, escuelas y universidades.
Las autoridades tanto del Estado como de la ciudad de R¨ªo, la gobernadora Benedita da Silva y el alcalde C¨¦sar Maia, declararon ayer que a¨²n no existe certeza acerca de d¨®nde parti¨® el lunes casi al alba la orden de parar la ciudad. Lo ¨²nico cierto es que fueron detenidos 19 de los emisarios que en moto recorrieron la ciudad de norte a sur exigiendo que se cerrase todo y que la gente no saliera de sus casas. De ellos, 11 eran menores de edad, truco usado generalmente por los narcotraficantes para garantizar su impunidad. El resto fue el llamado efecto domin¨®, creado por el miedo que suele transmitirse no s¨®lo por el boca a boca, sino sobre todo por tel¨¦fono.
Fuentes policiales parecen excluir que la orden de paralizar la ciudad partiera del famoso narcotraficante Fernandinho Beira Mar, el terror de las c¨¢rceles desde donde controla gran parte del tr¨¢fico de drogas del pa¨ªs y decide qu¨¦ presos de sus facciones rivales deben ser ejecutados. Fernandinho, considerado uno de los principales jefes del temido Comando Vermelho, lider¨® hace dos semanas una rebeli¨®n en el presidio de m¨¢xima seguridad de Bang¨² (al oeste de R¨ªo), durante el cual elimin¨® a cuatro capos de una organizaci¨®n rival y fue transferido a un cuartel de la polic¨ªa, donde se le prohibieron las visitas de los familiares y los paseos por el patio.
El lunes de terror tampoco se ha debido, seg¨²n la polic¨ªa, a la detenci¨®n los d¨ªas pasados del sangriento bandido El¨ªas Maluco, acusado de m¨¢s de cien asesinatos, entre ellos el del periodista del grupo Globo Tim L¨®pes, a quien tortur¨® brutalmente con sus propias manos. Seg¨²n el jefe de la Polic¨ªa Civil, Marino Magessi, los narcos tienen un gran sentido de la publicidad y enseguida hubieran reivindicado la espectacular acci¨®n de bloquear la ciudad.
Sin duda, el llamado poder paralelo de los bandidos de la droga es cada vez mayor en Brasil, y en R¨ªo cada d¨ªa aparecen pintadas m¨¢s espectaculares instigando a la 'guerra total', por parte del Comando Vermelho, el grupo m¨¢s organizado dentro y fuera de las c¨¢rceles, que naci¨® para intentar liberar a los presos m¨¢s famosos, lo que con frecuencia consigue incluso con el uso de helic¨®pteros.
Pero la pregunta que se hac¨ªan ayer los analistas pol¨ªticos es por qu¨¦ precisamente se dio el par¨®n de la ciudad el primer d¨ªa de la ¨²ltima semana de elecciones y cuando hab¨ªa corrido la noticia de que en los ¨²ltimos sondeos estaba subiendo la popular y al mismo tiempo temida candidata a gobernadora de la ciudad, la negra Benedita da Silva, del Partido de los Trabajadores (el mismo de Lula da Silva), que vivi¨® m¨¢s de media vida en una favela de R¨ªo. La gobernadora en funciones (tras la renuncia de Anthony Garotinho, que se presenta a las presidenciales como candidato del Partido Socialista Brasile?o) est¨¢ dando una verdadera caza a los narcotraficantes que dominan las favelas, hasta el punto de que muchos han llegado a temer ¨²ltimamente por su vida.
Justamente en 1992, cuando en el barrio rico de Ipanema los narcotraficantes instigaron a toda una favela a bajar a la ciudad y a arrasar con todo lo que encontraban, se estaba tambi¨¦n en v¨ªsperas de unas elecciones y Benedita se presentaba como candidata a la alcald¨ªa de R¨ªo. Aquel terror sembrado en el barrio de lujo le hizo perder las elecciones. Y a pesar de que la esposa de Garotinho, Rosinha, est¨¢ hoy a punto de poder ser elegida gobernadora en el primer turno, se comenzaba a manejar la hip¨®tesis de que pudiera haber segundo turno y de que Benedita pudiera seguir en juego, dado su ascenso en los sondeos. Seg¨²n el diputado Chico Alencar, del partido de Lula, 'el 20% de lo que ocurri¨® el lunes en R¨ªo pudo tener origen en la marginalidad y el otro 80% tuvo motivaciones pol¨ªticas'.
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