Desencuentro en Seat
La decisi¨®n anunciada por Seat de trasladar el 10% de la fabricaci¨®n de su modelo Ibiza a Eslovaquia -lo que afecta a la estabilidad de mil puestos de trabajo directos en Martorell y Landaben- es un buen reflejo de las serias amenazas que penden sobre el sector del autom¨®vil, la indutria m¨¢s importante de Espa?a. La empresa aduce como desencadenante del conflicto la falta de flexibilidad de los trabajadores, que, ante un aumento de pedidos, se niegan a trabajar cinco jornadas m¨¢s, que se compensar¨ªan econ¨®micamente este a?o y con d¨ªas de descanso en 2003. No se trata, pues, de la t¨ªpica crisis provocada por una ca¨ªda de las ventas. M¨¢s bien parece lo contrario, hay m¨¢s demanda y la sociedad lleva varios a?os seguidos de resultados positivos. La causa son las diferencias salariales entre Espa?a y Eslovaquia: de cinco a uno. Con ser importante, este argumento no es exclusivo. Y es reversible, pues los costes salariales de las factor¨ªas espa?olas son, a su vez, la mitad de las alemanas.
Pero en la crisis de Seat confluyen m¨¢s elementos.Seat no es una empresa cuya ¨²nica dependencia sea la ley del mercado. Ha obtenido crecientes beneficios desde mediados de los a?os noventa y sus trabajadores reciben unos salarios superiores a la media, en parte gracias a la contribuci¨®n de las generosas subvenciones p¨²blicas. Entre 1994 y 1995 la compa?¨ªa recibi¨® 46.000 millones de pesetas del Gobierno central y de la Generalitat de Catalunya, que posteriormente fueron avaladas por la Comisi¨®n Europea. Esta cantidad no fue una excepci¨®n. Entre 1985 y 1995 la compa?¨ªa recibi¨® un total de 240.000 millones de pesetas de ayudas p¨²blicas, seg¨²n reconoci¨® entonces el Gobierno socialista. La casa matriz deber¨ªa honrar los compromisos, al menos morales, que esos apoyos entra?an, pues una empresa seria no debe dar la impresi¨®n de que toma el dinero y corre.
Llama tambi¨¦n la atenci¨®n que el desajuste coincida tambi¨¦n con un momento de importantes beneficios de la matriz Volkswagen, a los que no son ajenos los intercambios entre esta sociedad y su filial. Los argumentos a favor del entendimiento son diversos e importantes, pero quiz¨¢ quien deber¨ªa sopesar m¨¢s su habilidad negociadora es precisamente la parte que tiene menos margen de respuesta. La ca¨ªda de muchas fronteras est¨¢ tambi¨¦n quitando fuerza a muchas razones tradicionales. La sindical, sin ir m¨¢s lejos, como sucede en este caso.
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