Ruiz de Infante y Javier Tudela convierten el Dep¨®sito de Aguas de Vitoria en un laberinto con su 'Doble o nada'

Francisco Ruiz de Infante y Javier Tudela han aunado esfuerzos para presentar Doble o nada, exposici¨®n/di¨¢logo en el laberinto, una propuesta atrevida y desasosegante para el espacio expositivo m¨¢s complejo de Vitoria, el Dep¨®sito de Aguas del Centro Cultural Montehermoso. Hasta el pr¨®ximo 17 de noviembre, esta gran sala subterr¨¢nea ofrecer¨¢ la transformaci¨®n a la que la han sometido dos de los creadores alaveses contempor¨¢neos m¨¢s inquietos.

Ya desde el acceso al Dep¨®sito de Aguas, el visitante encuentran rastros de lo que ha sido una tarea casi tit¨¢nica de transformaci¨®n de un espacio de unas dimensiones sobrehumanas. En la rampa de bajada, dos mesas con sus respectivas sillas anuncian el primer lugar de trabajo de Tudela y Ruiz de Infante. M¨¢s abajo, justo a cada lado de la entrada, se han mantenido los verdaderos lugares de trabajo desde los que surgi¨® Doble o nada.

La acumulaci¨®n de materiales y su distribuci¨®n ca¨®tica anuncian lo que espera tras la puerta de entrada: un laberinto ca¨®tico, en el que se distribuyen por lo menos 12 grandes salas, y por el que es muy f¨¢cil perder la orientaci¨®n. Una cosa s¨ª han conseguido los dos creadores alaveses: que, en m¨¢s de un momento del recorrido, la poderosa presencia de esa gran nave que es el dep¨®sito de aguas desaparezca.

Conseguida la escenograf¨ªa, el contenido es un di¨¢logo entre las obsesiones de cada uno. Ruiz de Infante aporta sus preocupaciones acerca del control social y la libertad vigilada, en distintas puestas en escena, que tienen uno de sus mejores momentos en la titulada Carrusel del cangrejo. Por su parte, Javier Tudela opta por el culto al cuerpo y el juego como religi¨®n como argumentos para sus instalaciones.

Doble o nada se completa con visitas guiadas de los propios artistas y charlas y conferencias.