"La calle ha sido mi Cambridge"
El Fary. Lo tomas o lo dejas. Si lo conoces, te lo llevas puesto. Con el taxi, el toro enamorao de la luna y todo lo dem¨¢s. En el cuerpo a cuerpo, Jos¨¦ Luis Cantero (Madrid, 1937) tiene esa gracia madrile?a que ya no se ve. Es una especie en extinci¨®n, un fil¨®sofo chulapo con tacones y un artista popular¨ªsimo que no presume de serlo ('todos somos artistas: t¨², el fontanero, el mec¨¢nico...'). Ahora saca su disco n¨²mero 34 en 33 a?os de carrera. Se titula Ese Fary!! ('una expresi¨®n muy o¨ªda, me lo dice mucho la gente por la calle'), y contiene diez temas (siete, compuestos por ¨¦l) 'para canturrear en andamios, bodas y atascos dominicales' (seg¨²n su amigo Justo Molinero). Lo edita Muxxic, su nueva discogr¨¢fica. 'Ellos dicen que es mi mejor disco. Pero ?qu¨¦ cojones! S¨®lo es uno m¨¢s. Y si no suena la m¨¢quina registradora son capaces de darme la patada'.
'Estuve siete a?os d¨¢ndole el rosco, al volante. De alquililla, a porcentaje'
Pregunta. Viendo el ¨¦xito de su hijo, Javi Cantero, parec¨ªa que se iba usted a jubilar.
Respuesta. ?Deber¨ªa, verdad? Deber¨ªa dedicarme a disfrutar del mus, mi familia, mi entorno. Pero me jode que me destrocen las canciones que escribo. Y como no he perdido facultades... Tengo la voz igual que hace 30 a?os (de lo dem¨¢s no voy a tontear). Y soy una persona que puede generar. Hay gente que vive de lo que genero. Y si ellos te lo piden, hay que seguir.
P. No ser¨¢ por dinero...
R. Yo, si fuera otro, tambi¨¦n me mosquear¨ªa. Pero no. No soy ambicioso, tengo lo suficiente para caminar y no soy de los que viven locos por el aplauso. Cantar, no cabe duda, es un trabajo de ratos buenos y de tragos. Pero m¨¢s importante es la vida.
P. Ese tema de El cuponazo parece pura promoci¨®n de la ONCE.
R. Pues me sali¨® as¨ª. Pero no hay mejor promoci¨®n que una persona cre¨ªble cantando eso. Si no lo cogen, ellos se lo pierden.
P. Habiendo nacido en Ventas, en 1937, pudo salir torero.
R. S¨ª, me hice mis vaquillitas, mis becerritas. ?Qu¨¦ chaval no pensaba entonces en sacar a su familia del hambre y darles gloria haci¨¦ndose torero? Lo que pasa es que a la hora de matar ve¨ªa que me faltaba una cuarta, que no llegaba. Lo vi mucho m¨¢s f¨¢cil por este palo, por este cot¨¦n.
P. Y empez¨® a cantar por Rafael Farina, nada menos.
R. S¨ª, de chavalete cantaba por ese fen¨®meno. Por Caracol tambi¨¦n, y por todo lo que o¨ªa. Pero mi tesitura de voz era m¨¢s la de Farina. De ah¨ª me vino el apodo. Luego encontr¨¦ mi estilo, mis fandanguitos, pero como el flamenco da poca le?a (dinero), y yo necesitaba comprarme una casa, me di a la cosa coplera, sin dejar mis pellizquitos, eso s¨ª. Mi Javier tambi¨¦n canta flamenco para com¨¦rselo, te pone la carne de gallina (y si no fuera verdad no lo dir¨ªa), pero ha visto que si quer¨ªa estar sin tabaco, tieso, boquer¨®n, lo mejor era el flamenco. As¨ª que tuvo que coger La Moto.
P. Se le ve orgulloso de ¨¦l.
R. S¨ª. No he dejado que se me fuera de las manos. Si los chavales se te escapan, te buscan verdaderas ruinas. A Javier y a Ra¨²l he podido criarlos yo y han salido extraordinarios, a su madre.
P. ?Ra¨²l tambi¨¦n canta?
R. Con los montajes tecnol¨®gicos que se hacen ahora podr¨ªa cantar, pero mejor no. Los montajes acaban en el psic¨®logo. Mejor rodar despacito. Que si no te quedas mudo y el dinero se lo llevan otros.
P. Usted edit¨® su primer disco, en 1969, con 500 pesetas.
R. Con 100 duros que junt¨¦ con mis amigos del barrio y con 17 talegos que me prest¨® Felipe Campuzano y que nunca me cobr¨®, pobrecito. Entonces los amigos nos arrop¨¢bamos mucho. Est¨¢bamos faltos de poder adquisitivo, pero no de sentimientos. Lo que digo siempre: la vida me ha sensibilizado, la calle ha sido mi Cambridge. Yo veo a uno venir de lejos y s¨¦ si quiere darme un abrazo o un toque (un sablazo). Tuve suerte porque no me desvi¨¦. Mi familia era la m¨¢s pobre del mundo pero la m¨¢s honrada. ?ramos once hermanos, unos de una forma y otros de otra, pero siempre pensando en caminar y dejar caminar. ?se es mi lema. Y no ronear (presumir) de dinero, que la vida es muy cabrona y no hay que jactarse de nada.
P. ?C¨®mo le fue de taxista?
R. Estuve siete a?os d¨¢ndole al rosco. Dec¨ªa 'me voy a enganchar a la nave'. Y me montaba.
P. ?Ten¨ªa licencia?
R. Qu¨¦ va, era alquililla, iba a porcentaje. Si hubiera tenido licencia, mi familia habr¨ªa bailado alrededor del taxi como los ind¨ªgenas alrededor de la olla.
P. Curraba de noche, claro.
R. ?Siempre! Los cabar¨¦s, las casas de buenas mozas, los hoteles que daban un durito de comisi¨®n, los colmaos... Era la ¨¦poca de Ava Gardner. Los gitanos dec¨ªan: 'Hay un chofero que canti?ea bien'. Me met¨ªan a cantar y me sacaba un sueldecito extra.
P. Ha cambiado el pa¨ªs, ?eh?
R. Y para bien. Aquello no se pod¨ªa aguantar, era tremendo. Las dictaduras son horribles. Por una c¨¢scara de pl¨¢tano, los amigos nos peg¨¢bamos una paliza de miedo. Yo no olvido, no guardo rencor, pero aquello era cruel. Todav¨ªa veo a mi madre llorando, pensando qu¨¦ iba a ser de sus hijos. Hoy ha evolucionado hasta la derecha. Antes, si ten¨ªas el carn¨¦ deteriorado te pegaban dos hostias. Y si ve¨ªan que no ten¨ªas callos en las manos, tambi¨¦n. Pensaban que eras escritor, artista o carterista, y te pon¨ªan curioso.
Babelia
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