Un gato atolondrado
La secretaria de Medio Ambiente protagoniza una peculiar intervenci¨®n sobre el lince
El diario de sesiones del Senado, correspondiente al pasado 26 de junio, ha desatado un llamativo revuelo dentro de la comunidad conservacionista, alguno de cuyos miembros m¨¢s destacados han llegado incluso, visto su contenido, a dudar de la veracidad del documento, recelos que se han disipado al poder contrastarlo con el original que se aloja en la web del Senado (www.senado.es/legis7/public/bocg.html).
El citado diario recoge la comparecencia de Carmen Martorell, secretaria general de Medio Ambiente, quien acudi¨® a la C¨¢mara para informar sobre la situaci¨®n del lince ib¨¦rico y las distintas iniciativas puestas en marcha por su ministerio para lograr la recuperaci¨®n de la especie.
En su intervenci¨®n, y a preguntas de los senadores, Martorell desgran¨® algunas afirmaciones sorprendentes, por su escaso rigor cient¨ªfico, que retratan a una especie culpable, en cierta medida, de su dram¨¢tica situaci¨®n. A juicio de la secretaria general de Medio Ambiente 'el lince necesita mucho espacio, y Espa?a tiene un tama?o que a veces no permite que puedan disponer de esos espacios tan amplios que necesitan para sobrevivir'. 'Quiz¨¢ una conducta inteligente del lince', apostilla, 'ser¨ªa adaptarse a vivir en un menor espacio'.
Contemplando el problema desde una perspectiva antropoc¨¦ntrica, esa misma que suelen despreciar por simplista todos los especialistas en la materia, Martorell insiste en sus planteamientos cuando sostiene que 'el hombre, por suerte, es m¨¢s inteligente y es capaz de adaptarse a ello '. Finalmente, asegura que 'el lince es menos inteligente de lo que cre¨ªamos que era'. Y como ejemplo se remite a los frecuentes atropellos que sufren ejemplares de la especie, suceso al que otorga esta curiosa explicaci¨®n: 'Quiz¨¢ tenga muy buena vista, pero despu¨¦s, en sus conductas, es un animal que corre much¨ªsimo, y al correr much¨ªsimo hay veces que no ve, no se para a ver a d¨®nde tiene que ir, y por eso en vez de ir por debajo va por arriba '.
A la vista de estos argumentos no es de extra?ar que algunos de los senadores que participaban en la sesi¨®n, como Pedro Jos¨¦ P¨¦rez, del PP, tuvieran la impresi¨®n de que, en definitiva, el lince ib¨¦rico est¨¢ abocado a la extinci¨®n porque la propia naturaleza as¨ª lo ha dispuesto. Y siguiendo esta hip¨®tesis, tal vez las iniciativas que se han puesto en marcha para salvarlo de la extinci¨®n sean actuaciones contra natura. 'Quiz¨¢ veo una falta de adaptaci¨®n de esta especie', afirma P¨¦rez, para preguntarse a continuaci¨®n: '?No estaremos actuando en contra de las leyes de Darwin en cuanto a la supervivencia de las especies?'.
A¨²n cuando los planteamientos de Martorell causaran la l¨®gica sorpresa en algunos senadores, otros, como el propio P¨¦rez, no dudaron en felicitarla, como qued¨® recogido en el diario de sesiones. 'Uno siempre sale gratamente sorprendido por la forma en que nos explica las cosas. A m¨ª, por lo menos, me hace sentirme muy orgulloso el hecho de tener una secretaria general de Medio Ambiente como la que tenemos', destac¨® el senador por Murcia.
Esta singular manera de enfocar el problema choca con los argumentos que justifican el esfuerzo, t¨¦cnico y presupuestario, que est¨¢ desplegando el propio ministerio para mejorar la situaci¨®n de la especie. S¨®lo durante el presente ejercicio se van a gastar, por parte del Gobierno central, m¨¢s de 5.000 millones de pesetas en diversas actuaciones relacionadas con la conservaci¨®n de este felino. As¨ª las cosas, Nicol¨¢s Guzm¨¢n, coordinador del plan de acci¨®n dispuesto por el ministerio para atender al lince ib¨¦rico, se ha visto obligado a desmarcarse de las declaraciones de Martorell. A su juicio, son opiniones 'particulares', a¨²n cuando se emitieran en sede parlamentaria. Tambi¨¦n han querido evitar la pol¨¦mica otros expertos, como el bi¨®logo Miguel Delibes o Miguel ?ngel Sim¨®n, coordinador del plan de actuaciones para el lince ib¨¦rico de la Consejeria de Medio Ambiente. Con algo de sorna, ¨¦ste ¨²ltimo achaca la desgraciada intervenci¨®n de Martorell a la cercan¨ªa de las vacaciones de verano, afirmando que el ¨²ltimo p¨¢rrafo del diario de sesiones es el que sit¨²a los argumentos en su adecuado contexto: 'Se?or¨ªas, acabamos este periodo dese¨¢ndoles a todos ustedes un feliz verano y, desde luego, que gocen de la naturaleza'.
Comentarios y sugerencias a prop¨®sito de Cr¨®nica en verde pueden remitirse al e-mail: sandoval@arrakis.es
Menos de doscientos
Los efectivos de lince ib¨¦rico siguen descendiendo a un ritmo alarmante. Al mismo tiempo que se extend¨ªa la pol¨¦mica a cuenta de la intervenci¨®n de Martorell, los t¨¦cnicos del Ministerio de Medio Ambiente hac¨ªan p¨²blicos los datos preliminares del ¨²ltimo censo-diagn¨®stico que se ha realizado sobre la especie. De acuerdo a este estudio, los efectivos de lince no llegan, en todo el pa¨ªs, a los 200 ejemplares, de los que solo se han encontrado poblaciones viables en Do?ana y Sierra Morena. Datos que reducen a la mitad la cifra que se barajaba a comienzos de este mismo verano y que equivale, asimismo, a una quinta parte de los individuos que se calculaba sobreviv¨ªan a finales de los a?os ochenta. Por si la situaci¨®n no pudiera considerarse grave con s¨®lo contemplar este balance, los t¨¦cnicos advierten que el n¨²mero de hembras que est¨¢n en disposici¨®n de criar es muy reducido, y se encuentran, adem¨¢s, en un n¨²mero muy limitado de localizaciones. La especie, por tanto, es muy vulnerable a cualquier suceso imprevisto, como una enfermedad. Hay, adem¨¢s, otros datos llamativos, como el expuesto por Joaqu¨ªn Reina, secretario de Conservaci¨®n de la Naturaleza de Ecologistas en Acci¨®n. 'En los ¨²ltimos 20 a?os han muerto atropellados en el entorno de Do?ana entre 25 y 30 linces, la misma cantidad que hoy sobreviven en dicha comarca'. A pesar de todo, especialistas como Miguel Delibes siguen reclamando un an¨¢lisis desapasionado del problema, 'evitando buscar culpables ni tampoco salvadores, porque todos podemos desempe?ar, en este caso, ambos papeles'. Eso s¨ª, advierte, 'hay que huir de los discursos contradictorios, las trampas f¨¢ciles o los incentivos perversos. El lince que puede desaparecer es nuestro lince, el ib¨¦rico, y eso deber¨ªa bastar para sentirnos abochornados si finalmente lo perdemos'.
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