Redada en las duchas
La polic¨ªa detiene en Tours a los corredores del Lampre para interrogarlos sobre el 'caso Rumsas'
Pedro Horrillo estaba a punto de meterse en la ducha. Hab¨ªa hecho cola porque s¨®lo hab¨ªa unas 10 duchas y eran 50 los ciclistas de la Par¨ªs-Tours que ten¨ªan que lavarse en ese recinto provisional. Todos estaban cansados. Ten¨ªan prisa por acabar un d¨ªa m¨¢s de trabajo. Ya dirig¨ªa el ciclista del Mapei su mano al jab¨®n cuando por detr¨¢s entr¨® corriendo Alessandro Cortinovis, un italiano del Lampre. 'D¨¦jame pasar, d¨¦jame pasar', le dijo al sorprendido Horrillo. 'Que tengo mucha prisa, que me est¨¢ esperando la polic¨ªa'. 'Ya, ?y qu¨¦ has hecho?', le pregunt¨® incr¨¦dulo Horrillo, que de tonto ni un pelo. 'Nada, superar el l¨ªmite de velocidad'. Cortinovis se re¨ªa. Todo parec¨ªa una broma, pero Horrillo se volvi¨® y vio que no era para tom¨¢rselo a risa. En la puerta del recinto un par de polic¨ªas de paisano montaban guardia. Estaba en pleno apogeo una meticulosa operaci¨®n policial, ordenada por el juez Gu¨¦sdon, de Ly¨®n, y llevada a cabo por unos 20 agentes de la Polic¨ªa Judicial de Orle¨¢ns. A algunos veteranos, el ambiente de la llegada les recordaba a lo vivido en el Tour del 98, cuando el director del Festina, Bruno Roussel, fue detenido nada m¨¢s terminar una etapa.
En el fondo de la historia, la detenci¨®n el 28 de julio de Edita Rumsas, la esposa de Raimondas, corredor lituano del Lampre, tercero del Tour, con 37 medicamentos en el coche, algunos de ellos prohibidos. La mayor¨ªa, seg¨²n declar¨® Edita, para su suegra.
Nada m¨¢s terminar la carrera, los agentes ordenaron al cuerpo t¨¦cnico del Lampre, cuatro auxiliares, un director (Piovani) y un m¨¦dico (Ronchi), que subieran a sus coches y se dirigieran, escoltados, a la comisar¨ªa de Tours. A los corredores tambi¨¦n les esperaban. Nada m¨¢s cruzar la meta, cuando iban a dejar la bicicleta en el cami¨®n, les ense?aron la orden de detenci¨®n. 'Pero es que nosotros nos duchamos despu¨¦s de correr', les dijeron los ciclistas a los polic¨ªas. ?stos los dejaron ir a las duchas, pero en fila y vigilados. De los ocho del equipo que corrieron la Par¨ªs-Tours se quedaron finalmente con cuatro, con Bertogliati, Cortinovis, Serpellini y Dierckxens, los cuatro que tambi¨¦n hab¨ªan disputado el Tour. En dos furgones policiales les trasladaron a los locales de la polic¨ªa judicial en Tours, y all¨ª se dispon¨ªan anoche, al cierre de esta edici¨®n, a interrogarlos, sin ninguna acusaci¨®n. 'S¨®lo queremos o¨ªrlos', dijeron fuentes policiales.
Edita Rumsas, madre de tres ni?os, de ocho, seis y cuatro a?os, est¨¢ encarcelada desde su detenci¨®n, en la boca francesa del t¨²nel del Mont Blanc, la noche del domingo en que termin¨® el Tour, hace ya m¨¢s de dos meses, cuando se dirig¨ªa a su domicilio en coche, y el juez ha rechazado repetidamente las peticiones de libertad de sus abogados. La acusaci¨®n es de 'administraci¨®n, ofrecimiento, cesi¨®n y ayuda para la utilizaci¨®n de productos dopantes en banda organizada'. Mientras, su marido, que viaj¨® en avi¨®n a Italia nada m¨¢s bajarse del podio de los Campos El¨ªseos, permanece en Italia, donde vive, cerca de Lucca. No ha participado en ninguna competici¨®n desde el Tour, aunque sobre ¨¦l no pesa ninguna sanci¨®n, ya que su equipo lo ha suspendido cautelarmente, hasta que no se aclare el embrollo. Tampoco renovar¨¢ su contrato, que termina esta temporada. La federaci¨®n lituana, sin embargo, lo ha inscrito para el Mundial del pr¨®ximo domingo.
Aunque repetidamente la justicia francesa ha solicitado a Raimondas que acudiera a declarar a Ly¨®n, el ciclista siempre se ha negado, temiendo ser detenido.
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