Los conservadores brit¨¢nicos afrontan su congreso en plena crisis
Crecen las voces que exigen la dimisi¨®n de su l¨ªder, Duncan Smith
Los transportes est¨¢n peor que nunca, los sindicatos reniegan de la reforma sanitaria, 100.000 ex¨¢menes de acceso a la universidad tienen que ser corregidos de nuevo, 400.000 agricultores tomaron Londres para protestar contra el Gobierno laborista, otras 200.000 personas desfilaron d¨ªas despu¨¦s contra la guerra en Irak, las cifras de criminalidad se han disparado, la paz se desmorona en el Ulster. Pese al c¨²mulo de problemas que asedian al primer ministro, Tony Blair, la oposici¨®n conservadora sigue sin levantar cabeza y los m¨¢s cr¨ªticos piden ya un cambio de l¨ªder.
Iain Duncan Smith, tambi¨¦n conocido por las siglas de su nombre, IDS, afronta esta semana en Bornemouth su primer congreso al frente del partido como si llevara cinco a?os al frente del Gobierno. Su elecci¨®n, el 13 de septiembre de 2001, ya qued¨® ensombrecida por las desplomadas y todav¨ªa humeantes Torres Gemelas. En su primer a?o de gesti¨®n ha vivido a la sombra pol¨ªtica de un Tony Blair que ha atravesado numerosos problemas a lo largo de la legislatura, pero al que Duncan Smith apenas ha logrado golpear un par de veces en las comparecencias semanales en el Parlamento.
Sus cr¨ªticos le echan en cara que no haya sabido catalizar los problemas del Gobierno en las ¨¢reas tan caras al ciudadano y de dudosa gesti¨®n laborista como la educaci¨®n, la sanidad, los transportes o la seguridad ciudadana. O que no haya aprovechado las crisis vividas por el laborismo debido a sus poco escrupulosas v¨ªas de financiaci¨®n. O su cheque en blanco al presidente norteamericano, George W. Bush, en la crisis iraqu¨ª.
Este hombre de formaci¨®n militar y talante profundamente conservador alcanz¨® el liderazgo tory s¨®lo porque la primera criba del proceso electoral, que deja todo el poder en manos de los diputados en los Comunes, dej¨® fuera de combate al que parec¨ªa el mejor candidato: el joven, brillante, pero demasiado contradictorio y sexualmente ambiguo Michael Portillo. Luego, la sexagenaria militancia tory prefiri¨® al nacionalista Duncan Smith frente al muy querido pero demasiado europe¨ªsta ex ministro de Finanzas Kenneth Clarke.
La primera evidencia contra el l¨ªder tory son los sondeos: el Partido Conservador est¨¢ tan mal como en las elecciones de hace un a?o, con unas expectativas de voto del 28% frente al 41% de los laboristas y el 21% para los liberales-dem¨®cratas. Las encuestas no son mejores a nivel personal: menos de un 11% de los brit¨¢nicos creen que Duncan Smith ser¨ªa el mejor primer ministro, mientras un 19% se inclina por el liberal-dem¨®crata Charles Kennedy, y un 36%, por Tony Blair. Y s¨®lo el 5% de los votantes conservadores creen que su l¨ªder lo est¨¢ haciendo muy bien al frente del partido; casi la mitad opina que lo est¨¢ haciendo mal.
Entre los que creen que lo est¨¢ haciendo mal figura Michael Heseltine. Ex viceprimer ministro, fogoso europe¨ªsta, martillo de Margaret Thatcher, Heseltine ha dicho esta semana en privado que Iain Duncan Smith deber¨ªa dimitir de inmediato como l¨ªder conservador. Tambi¨¦n la revista The Spectator sosten¨ªa esta semana que se ha acabado el tiempo para IDS. Pero la mayor¨ªa parece inclinarse por mantenerle al menos hasta las municipales de mayo pr¨®ximo.
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