?Qu¨¦ sociedad estamos construyendo?
La cuarta parte de la sociedad que compone la poblaci¨®n espa?ola (es decir, 8.978.326 personas) est¨¢ formada por j¨®venes de entre 15 y 25 a?os, el relevo de nuestra sociedad actual. Es decir, nuestra esperanza de futuro.
Pero, ?qu¨¦ futuro nos espera cuando de entre estos j¨®venes destacan, cada vez m¨¢s, grupos como los detenidos recientemente por la polic¨ªa en Barcelona, que utilizaban grados desmesurados de crueldad con la ¨²nica intenci¨®n de divertirse? Qu¨¦ sociedad estamos construyendo cuando algunos de nuestros j¨®venes, no satisfechos con agredir a personas indefensas, filman su 'diversi¨®n', haciendo as¨ª m¨¢s grande y duradero su placer.
Una mirada a nuestro alrededor nos permite ver a j¨®venes que se quedan al margen de la sociedad. Son las v¨ªctimas de nuevos esquemas econ¨®micos, sociales y familiares, que hoy deben luchar para encontrar un lugar en la sociedad. Son los futuros excluidos del d¨ªa de ma?ana.
No sabemos qu¨¦, ni qui¨¦n debe transmitir valores a los j¨®venes, tampoco cu¨¢ndo, ni de qu¨¦ manera
Estos j¨®venes merecen toda nuestra atenci¨®n, todo nuestro apoyo, toda nuestra dedicaci¨®n para ayudarles a cambiar su destino, pero ahora ya no hablamos de j¨®venes en situaci¨®n de riesgo, no nos referimos a j¨®venes que viven en la marginalidad.
Ahora hablamos de 'siete j¨®venes de clase media, tres bachilleres, dos estudiantes universitarios -Ingenier¨ªa y Comunicaci¨®n Audiovisual-, un camarero y un prot¨¦sico dental. No hay ninguno que pertenezca a alg¨²n colectivo de inquietudes extremistas. Y ninguno tiene antecedentes penales'. Y como muy bien dice el periodista de La Vanguardia al que cito, tambi¨¦n en las comillas precedentes, 'este hecho acent¨²a todav¨ªa m¨¢s el valor de la alarma social valorada por el juez' al dictaminar prisi¨®n preventiva contra estos j¨®venes.
Nos llenamos la boca hablando de los valores de la nueva sociedad. Est¨¢ de moda. Ahora bien, ?ya sabemos cu¨¢les son? Hablamos de tolerancia, de solidaridad, de derechos civiles, cuando la realidad nos demuestra que no sabemos qui¨¦n se los debe transmitir a los j¨®venes, cu¨¢ndo y de qu¨¦ manera.
?Es responsabilidad de los padres o del sistema educativo? Mientras continuamos en esta discusi¨®n absurda, el futuro de estos j¨®venes se vuelve cada vez m¨¢s incierto.
Otros culpan a las relaciones sociales, a la coyuntura social... como si todos juntos no form¨¢semos parte de la misma sociedad. Una sociedad que ha perdido los referentes, que no sabe distinguir entre gamberrada y delito o crueldad, que no concede ninguna importancia a la vida humana, ni ning¨²n valor al sufrimiento ajeno y que no sabe d¨®nde est¨¢n los l¨ªmites de la diversi¨®n.
Precisamente, los mensajes de la campa?a anual de C¨¢ritas que est¨¢ a punto de finalizar nos hablan de los j¨®venes, y concretamente de dos caracter¨ªsticas de la juventud: la alegr¨ªa y el futuro. Pero conscientes de que esta alegr¨ªa y este futuro est¨¢n ligados al destino de la sociedad entera y que es bajo esta perspectiva como debemos empezar la reflexi¨®n.
Pero muchos j¨®venes piensan y se miran el mundo que les rodea. Son cr¨ªticos con la sociedad que estamos construyendo,
y por eso los encontramos en muchas ONG, asociaciones y entidades diversas, dando con generosidad parte de su tiempo para ayudar a los dem¨¢s. Tambi¨¦n en organizaciones de Iglesia como C¨¢ritas, porque 'saben que la vida tiene sentido en la medida en que pueden hacer una donaci¨®n gratuita para el otro', como ya dec¨ªa Juan Pablo II, en 1994, en Cruzar el umbral de la esperanza.
Y es que los movimientos sociales actuales tienen un gran apoyo entre los j¨®venes, si no han salido de ellos mismos. El Santo Padre ya lo intu¨ªa cuando manifest¨® que 'es preciso que se aprecien y se profundice en los signos de esperanza a pesar de las sombras que a menudo los esconden de nuestros ojos' en la Carta Apost¨®lica Tertio Millennio Adveniente.
Por eso, todav¨ªa estamos a tiempo de construir un mundo diferente al actual en el que los j¨®venes tienen mucho que decir, ya que deber¨¢n heredar el mundo que estamos construyendo entre todos. Pero cada uno de nosotros tenemos que asumir nuestra cuota de responsabilidad: los padres, la comunidad educativa y la sociedad en general.
Ahora bien, sobre todo os corresponde a vosotros, j¨®venes, 'la misi¨®n de asegurar en el mundo futuro la presencia de valores, como ahora la plena libertad religiosa, el respeto a la dimensi¨®n personalista del desarrollo, la tutela del derecho a la vida, la promoci¨®n de la familia, la valoraci¨®n de la diversidad cultural para conseguir el enriquecimiento mutuo y la salvaguarda del equilibrio ecol¨®gico amenazado por peligros cada vez m¨¢s graves' (Juan Pablo II, Estimad¨ªsimos j¨®venes. Plaza & Jan¨¦s); es decir, de todos aquellos valores que puesto que nos faltan, hoy nos han tra¨ªdo aqu¨ª.
N¨²ria Gispert i Feliu, directora de C¨¢ritas Diocesana de Barcelona.
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