Torbellino financiero en Brasil
El alza del d¨®lar complica la situaci¨®n econ¨®mica en v¨ªsperas de la segunda vuelta electoral
La fuerte y seguida alza del d¨®lar en Brasil, que ya alcanza el 72,28% este a?o y el 27,19% en los ¨²ltimos 30 d¨ªas, ofusca a los analistas, preocupa a empresarios, desespera a pol¨ªticos oficialistas, inquieta a la oposici¨®n, alegra a especuladores y trae m¨¢s confusi¨®n al complejo escenario pol¨ªtico y econ¨®mico del pa¨ªs. Quien sea el presidente que salga de las urnas el domingo 27 de octubre, encontrar¨¢ un panorama m¨¢s complejo y preocupante de lo que se preve¨ªa a principio. Necesitar¨¢ reconquistar la confianza de los mercados.
El presidente del Banco Central pide que los candidatos rechacen 'pol¨ªticas ex¨®ticas', en lo que se ha considerado una clara alusi¨®n a Lula
El alza del d¨®lar en Brasil marc¨® la primera semana despu¨¦s de las elecciones del domingo, 6 de octubre: el jueves, la moneda norteamericana cerr¨® a 3,99 reales, un 2,79% superior al d¨ªa anterior. Durante algunos minutos, el d¨®lar se cotiz¨® a 4,05 reales a la venta, rompiendo la que era considerada la nueva barrera psicol¨®gica del mercado financiero brasile?o. Como consecuencia inmediata, el ¨ªndice de riesgo del pa¨ªs super¨® la marca de los 2.300 puntos, y los C-Bonds, principales t¨ªtulos de la deuda p¨²blica, que hab¨ªan recuperado terreno en los ¨²ltimos d¨ªas gracias a las masivas compras efectuadas por el propio gobierno brasile?o, volvieron a situarse por debajo de la mitad de su valor nominal (0,49 centavos por cada d¨®lar).
De hecho, lo que hasta julio o agosto era considerado una se?al clara de un doble movimiento -la fundada preocupaci¨®n por la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs, por un lado, y por otro la especulaci¨®n desenfrenada- puede ser considerado, a partir de ahora, como una clara se?al de que la situaci¨®n est¨¢ al borde del descontrol.
El d¨®lar ha roto todas las barreras, y cuando faltan dos semanas para el turno electoral definitivo, las autoridades monetarias, empezando por el Banco Central y por el s¨²bitamente callado ministro de Hacienda, Pedro Malan, parecen perdidas en medio de un tiroteo. No saben hacia d¨®nde correr, ni c¨®mo protegerse, y menos c¨®mo reaccionar.
Medidas ineficaces
El pasado jueves, cuando finalmente los esfuerzos del gobierno se revelaron in¨²tiles y el d¨®lar super¨® la barrera de los cuatro reales, el economista jefe del banco Lloyd's TSB, Odair Abate, defini¨® la situaci¨®n: 'Si el mercado sigue en esta actitud de puro miedo frente a la perspectiva de una victoria de Lula y sus consecuencias, el gran riesgo que corre este mismo mercado es transformarse en su propio Lula'. Son grandes las perspectivas de que el ex sindicalista alcance la presidencia de Brasil, y tan pronto se supo que habr¨ªa una segunda vuelta la tensi¨®n en el mercado financiero lleg¨® a niveles m¨¢ximos. El oficialista Jos¨¦ Serra tiene posibilidades de dar la vuelta a la situaci¨®n, pero no ha logrado transmitir esa sensaci¨®n al mercado.
Desde que el d¨®lar rompi¨® por primera vez, el 2 de agosto, la entonces barrera psicol¨®gica de los 3 reales, un torbellino empez¨® a sacudir los mercados financieros brasile?os. El Banco Central ha quemado reservas, lanzado medidas supuestamente duras sobre bancos y operadoras, movilizado todos los instrumentos y todas las armas que tiene a mano, y nada. Las consecuencias han sido contundentes: afectan de manera brutal a la deuda p¨²blica, ya que casi la mitad de ella est¨¢ indexada al d¨®lar; afectan a las tasas de inflaci¨®n, paralizan las inversiones y se extienden a la desconfianza de que, de mantenerse este tropel, el gobierno deje de poder cumplir con sus compromisos externos. El pasado jueves, con el d¨®lar cotizando moment¨¢neamente a cuatro reales para luego retroceder m¨ªnimamente a 3,98, el mercado admiti¨® haber perdido el rumbo.
El d¨ªa anterior, el presidente del Banco Central, Arminio Fraga, admiti¨® que Brasil enfrentaba una 'grave crisis de desconfianza'. Asegur¨® que esa crisis es 'administrable', y aprovech¨® para pedir una vez m¨¢s a los dos candidatos a la presidencia, el oficialista Jos¨¦ Serra y el oposicionista Lula da Silva, que act¨²en de forma responsable y traigan 'coherencia y claridad al debate pol¨ªtico'. Fraga respondi¨®, de esta forma, a lo que hab¨ªa dicho Lula hace pocos d¨ªas: la responsabilidad de la pol¨ªtica econ¨®mica le toca al actual presidente, Fernando Henrique Cardoso, y hacia ¨¦l deben encaminarse pedidos de medidas que tranquilicen a los mercados financieros.
Fraga afirma que los compromisos asumidos en la etapa electoral anterior por todos los candidatos, incluso los que ahora disputan la segunda vuelta, diciendo que respetar¨¢n ciertas pol¨ªticas econ¨®micas adoptadas por el actual gobierno (respeto a compromisos internacionales, principalmente, pero tambi¨¦n de austeridad fiscal y de llevar hacia adelante reformas estructurales no realizadas por el gobierno Cardoso) no han sido suficientes. El presidente del Banco Central pide ahora que los candidatos rechacen claramente 'pol¨ªticas ex¨®ticas', en lo que se ha considerado una clara alusi¨®n a Lula, que anuncia cambios en la pol¨ªtica econ¨®mica pero respetando fielmente compromisos asumidos. Finalmente, Fraga admiti¨® que nunca imagin¨® que enfrentar¨ªan un periodo de 'tama?a turbulencia'.
Entre los analistas se reitera una frase desde principios de junio: nadie sabe qu¨¦ podr¨¢ pasar. La diferencia es que ya nadie se anima a completar la frase con una vieja broma -'incluso, que no pase nada'- pues los estragos provocados en el panorama econ¨®mico en los ¨²ltimos tres meses son demasiado visibles y profundos.
La meta de inflaci¨®n pactada con el FMI para 2002 ya vol¨® lejos, llev¨¢ndose con ella el objetivo previsto para 2003. En los ¨²ltimos 12 meses, la tasa acumulada ronda el 8% frente al 5,5% de objetivo del Fondo. A estas alturas, adem¨¢s, hablar de objetivos suena a chiste de mal gusto para los analistas y economistas independientes. Dentro de un mes, el mismo FMI que en septiembre concedi¨® un pr¨¦stamo de 30.000 millones de d¨®lares a Brasil, enviar¨¢ un equipo t¨¦cnico para analizar el comportamiento de la econom¨ªa entre septiembre y noviembre. Del resultado de ese an¨¢lisis depender¨¢ la liberaci¨®n de una segunda cuota de 3.000 millones de d¨®lares (la primera ya fue liberada), y es imprevisible lo que ocurrir¨¢ hasta entonces.
M¨¢s incertidumbre
Los otros 24.000 millones de d¨®lares quedan pendientes para el a?o que viene, con nuevo presidente, nueva pol¨ªtica econ¨®mica, nuevos resultados, nuevos an¨¢lisis. Tal como andan las cosas, la liberaci¨®n de esa gran cantidad de dinero a Brasil es tan incierta como la b¨²squeda de la fuente de la eterna juventud.
De aqu¨ª a fin de mes vencen t¨ªtulos del gobierno por 4.700 millones de d¨®lares. El sector privado tiene compromisos por otros 2.000 millones. La pol¨ªtica del Banco Central, de anticipar para este segundo semestre el vencimiento de t¨ªtulos originalmente previstos para 2003 y 2004 es ahora considerada por economistas independientes, como una acci¨®n desastrosa.
All¨¢ por abril o mayo, el gobierno se dio cuenta de un dato claro: era cada vez m¨¢s dif¨ªcil renegociar plazos que avanzaran ya en el periodo del pr¨®ximo presidente. Para demostrar que no aceptar¨ªa el juego de fuerza con el mercado, el Banco Central anticip¨® para ahora los vencimientos, y como resultado, la presi¨®n sobre esos papeles aument¨® de manera brutal. El mercado se muestra claramente desinteresado en mantener posiciones atadas a t¨ªtulos del gobierno, y prefiere rescatarlos y sustituir la actual protecci¨®n (t¨ªtulos indexados) por dinero. Para aceptar nuevos plazos, los operadores llegan a exigir tasas anuales de inter¨¦s de entre un 40% y un 58%.
Un vencimiento el 17 de octubre y otro el 23, a 10 y cuatro d¨ªas, respectivamente, de la decisi¨®n electoral, ya ser¨ªa motivo para una brutal presi¨®n sobre el real. El resto del escenario no ha hecho m¨¢s que llevar la situaci¨®n al borde del caos.
El salvador del real y la iron¨ªa del adversario
'Conmigo, la econom¨ªa volver¨¢ a tranquilizarse. Vamos propulsar las exportaciones y sustituir las importaciones y, por encima de todo, nuestra pol¨ªtica econ¨®mica tendr¨¢ previsibilidad para los inversionistas'. La frase mesi¨¢nica, t¨ªpica de campa?a electoral, fue lanzada el jueves, en medio del torbellino que barri¨® al mercado financiero, por el candidato oficialista Jos¨¦ Serra.
El ¨²nico efecto logrado ha sido la risa de los que todav¨ªa tienen humor para tanto, y una reacci¨®n firme de sus adversarios pol¨ªticos. Aloizio Mercadante, principal economista del Partido de los Trabajadores y el senador m¨¢s votado de Brasil, contest¨® a bocajarro: 'El gobierno se desestabiliz¨® con el resultado de las urnas. Est¨¢n nerviosos, pero tienen que aprender que ganar o perder forma parte de la democracia'. El asesor econ¨®mico de Lula, Guido Mantega, aprovech¨® la bravuconada de Jos¨¦ Serra para ir m¨¢s all¨¢: dijo que Arm¨ªnio Fraga, presidente del Banco Central, 'tir¨® de la manta', y que por eso el d¨®lar no deja de subir. Mantega, en realidad, no hizo m¨¢s que reproducir un comentario que se intensifica en el mercado de cambios desde el pasado mi¨¦rcoles, en el sentido de que los recursos del Banco Central para mantener el real bajo control est¨¢n tocando techo.
Para empeorar a¨²n m¨¢s el clima, y anticipar lo que podr¨¢ pasar de aqu¨ª en adelante, un lapsus linguae de Arm¨ªnio Fraga trajo a la superficie un rumor que apenas empezaba a insinuarse entre algunos bancos y operadoras de mercado: la posibilidad de que se restaurase en el pa¨ªs el control central del cambio.
Ese rumor, en realidad, formaba parte hasta ahora de lo que economistas independientes llaman 'arsenal de terrorismo financiero', o sea, circulaba como insinuaci¨®n de que un eventual gobierno de Lula retornara a la centralizaci¨®n del cambio. Nadie le dio mucha importancia, hasta que el presidente del Banco Central advirti¨® sobre ese riesgo. Resultado: el tema pas¨® a ser tratado como perspectiva real, aunque distante. Otro tiro que el gobierno dispara al propio pie, sin alcanzar el verdadero blanco, es decir, la candidatura de Lula.
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