Empresarios
Un aroma de crisis envuelve la pol¨¦mica que enfrenta a la patronal Confederaci¨®n Empresarial Valenciana (CEV) -y por extensi¨®n, a la auton¨®mica Cierval- con el lobby Asociaci¨®n Valenciana de Empresarios (AVE). Crisis de una manera de hacer y de una etapa de instrumentalizaci¨®n pol¨ªtica de todo: las cajas de ahorros, la c¨¢maras de comercio, las organizaciones empresariales, las ferias, los puertos, las concesionarias de agua potable, las ITV, las contratas de basuras, los mercados de abastos (v¨¦ase el oscuro desfalco de unos cuantos millones de euros en Mercalicante con un comit¨¦ ejecutivo copado por el PP)... Que Federico F¨¦lix, el presidente de AVE, se plante en Elche y convoque una cumbre de empresarios con un maestro de ceremonias como Luis Fernando Cartagena, ex consejero de Obras P¨²blicas y ex alcalde de Orihuela, condenado a cuatro a?os de c¨¢rcel por malversaci¨®n y falsedad, y que se lleve de emblema al presidente de la Generalitat, por muy provisional que ¨¦ste sea en el cargo, no puede considerarse de ninguna manera un hecho anecd¨®tico. F¨¦lix trabaja para el PP. Su papel de mu?idor del pacto de 1995 entre los populares y Uni¨®n Valenciana ser¨ªa s¨®lo historia si, adem¨¢s, sus campa?as desde el club empresarial no hubieran sintonizado tan exactamente con la burda utilizaci¨®n que el partido de Zaplana ha hecho de proyectos como el tren de alta velocidad o el Plan Hidrol¨®gico Nacional. Y si no hubiese ejecutado ahora una maniobra que revela c¨®mo los populares, pese a que a¨²n consiguieron enredar a la C¨¢mara de Comercio, a la CEV y al Puerto de Valencia en un rifirrafe contra los socialistas hace pocos d¨ªas, buscan posiciones de fuerza mucho m¨¢s descaradas entre los empresarios. El aflojamiento inevitable del control que puede ejercer el ministro de Trabajo y la decadencia electoral que se avecina les impulsan a ello, incluso a costa de cometer errores. Tambi¨¦n los movimientos de otros pol¨ªticos de la derecha, como Fernando Villalonga y su nuevo lobby valenciano en Madrid. Villalonga y Zaplana son agua y aceite, y puede que hasta representen dos maneras opuestas de entender la sociedad civil. De fomentarla o de instrumentalizarla, quiero decir.
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