Los ni?os espa?oles, entre los m¨¢s gordos de Europa
El 'Estudio de Cuenca' corrobora que la obesidad infantil en Espa?a empieza a ser un problema de salud p¨²blica
Los estudios que ven¨ªan alertando del auge de la obesidad infantil en Espa?a se han visto corroborados por una nueva investigaci¨®n. Los resultados del Estudio de Cuenca, que ha evaluado en esa ciudad a un millar de escolares de 9 a 17 a?os entre 1992 y 1998, reflejan que hay un 26,6% de ni?os con sobrepeso y un 3,9% con obesidad. Estas tasas de prevalencia, calculadas de acuerdo con los criterios internacionales para ni?os y adolescentes, son 'de las m¨¢s altas publicadas hasta ahora en Europa', seg¨²n concluyen los investigadores.
Aunque la muestra de escolares no es muy amplia, estos datos 'representan una buena estimaci¨®n de lo que est¨¢ ocurriendo en Espa?a', sostiene el investigador principal, Vicente Mart¨ªnez Vizca¨ªno, catedr¨¢tico de Salud P¨²blica de la Escuela Universitaria de Cuenca. Y lo que es m¨¢s preocupante, los resultados reflejan 'un incremento paulatino de los ¨ªndices ponderales' en los seis a?os de seguimiento de los escolares.
Muchos de los ni?os obesos o con sobrepeso mantienen el exceso de peso en la adolescencia
La investigaci¨®n, publicada recientemente en la revista Medicina Cl¨ªnica, es concordante con los resultados de otros estudios realizados en otras zonas de Espa?a, algunos de los cuales obtienen tasas de sobrepeso y obesidad incluso superiores. 'La obesidad y el sobrepeso observados en el Estudio de Cuenca, aun siendo muy altos, son inferiores a los observados en otros trabajos en Espa?a, como el Estudio de las cuatro provincias (Madrid, Ourense, C¨¢diz y Murcia), en el que en ni?os de 6 y 7 a?os se registraron prevalencias de sobrepeso y obesidad de un 30% y un 12%, respectivamente', puntualiza Fernando Rodr¨ªguez Artalejo, catedr¨¢tico de Medicina Preventiva y Salud P¨²blica de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, que ha participado en ambos estudios.
El Estudio de Cuenca es el primero que analiza en Espa?a el estado ponderal de ni?os antes y despu¨¦s de la pubertad, seg¨²n los autores. De los 1.015 ni?os estudiados en 1998, 244 ya hab¨ªan sido monitorizados seis a?os antes, en 1992, lo que ha permitido constatar que muchos de los ni?os que ya tienen sobrepeso u obesidad antes de la pubertad siguen con exceso de peso durante la adolescencia. A lo largo de los seis a?os del estudio, un 72% de los ni?os mantienen su estado ponderal, y de los que cambian, m¨¢s del 86% aumentan su ¨ªndice de masa corporal (IMC), que es el par¨¢metro internacional utilizado para definir el peso normal y la obesidad.
El IMC se calcula dividiendo el peso en kilos por el cuadrado de la altura expresado en metros. En los adultos (mayores de 18 a?os), cuando el IMC se sit¨²a entre 20 y 25 el peso es normal; entre 25 y 30, hay sobrepeso; si el IMC es mayor de 30, existe ya obesidad, y si es superior a 40, se habla de obesidad patol¨®gica. En los ni?os, los rangos del IMC son diferentes y est¨¢n ajustados por edades y sexo.
Las tasas de obesidad en Espa?a, tanto en adultos como en ni?os, son muy inferiores a las de EE UU. All¨ª, como refleja el ¨²ltimo estudio de prevalencia publicado la semana pasada en el Journal of the American Medical Association (JAMA), el 55,9% de los adultos tiene sobrepeso, el 30,5% es obeso, y el 4,7% tiene obesidad m¨®rbida. Sin embargo, se calcula que en Espa?a, al ritmo de crecimiento actual, en tres d¨¦cadas puede haber una epidemia de obesidad en los adultos. Aunque el exceso de peso no es propiamente una enfermedad, est¨¢ claramente asociado con numerosas complicaciones que acortan la vida, especialmente por el mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes y algunos c¨¢nceres.
'Si no hacemos algo y pronto, la actual epidemia de obesidad que ya sufren los adultos espa?oles aumentar¨¢ aun m¨¢s', afirma Rodr¨ªguez Artalejo.
'Las medidas para prevenir el sobrepeso en los adultos probablemente deben iniciarse en los ni?os y adolescentes y, sobre todo, deben estar basadas en un incremento de la actividad f¨ªsica en el tiempo de ocio', a?ade Mart¨ªnez Vizca¨ªno. Por el Estudio de Cuenca y otros trabajos se sabe que los hijos (sobre todo las hijas) de padres obesos tienen mayor riesgo de serlo ellos tambi¨¦n, tanto por factores gen¨¦ticos como ambientales.
Faltan estrategias terap¨¦uticas
La obesidad tiene en la mayor¨ªa de los casos una soluci¨®n matem¨¢tica: consumir m¨¢s energ¨ªa de la que se gasta. Pero en la pr¨¢ctica esto no es tan sencillo. Todo parece ir en contra: el placer de la comida, la comodidad, las prisas, las tradiciones, la publicidad... La cirug¨ªa funciona, pero est¨¢ reservada a los casos de obesidad patol¨®gica. La utilidad de los f¨¢rmacos no est¨¢ clara y exige hacer balance entre riesgos y beneficios. Y 'en el caso de los ni?os no se recomienda tratamiento farmacol¨®gico', afirma Fernando Rodr¨ªguez Artalejo. Para combatir el sobrepeso y la obesidad, lo m¨¢s recomendable es 'recuperar la normalidad biol¨®gica, esto es, hacer m¨¢s actividad f¨ªsica, tomar m¨¢s cereales y menos carnes o alimentos ricos en grasas, haci¨¦ndolo todo ello compatible con las necesidades de la vida moderna, que tambi¨¦n tiene muchas ventajas', indica este epidemi¨®logo.Un reciente trabajo de revisi¨®n publicado hace dos semanas en el British Medical Journal (BMJ) ha constatado que 'las nuevas estrategias terap¨¦uticas para el control del aumento global de la obesidad han fracasado'. La mayor¨ªa de las medidas preventivas propugnadas por las autoridades sanitarias son de sentido com¨²n: fomentar el uso de las escaleras en los edificios, hacer barrios peatonales, mejorar el etiquetado de los alimentos..., pero no han sido consideradas en estudios para averiguar si realmente son eficaces contra la obesidad. 'Las estrategias de prevenci¨®n deben iniciarse en la infancia, pero lamentablemente no sabemos demasiado bien cu¨¢les son las estrategias m¨¢s eficaces', reconoce Rodr¨ªguez Artalejo. Y a?ade: 'La investigaci¨®n sobre dichas estrategias debe ser una prioridad de la investigaci¨®n de salud p¨²blica'.Parece claro que la educaci¨®n debe ser un factor clave, pero tampoco se sabe muy bien cu¨¢les son las mejores estrategias educativas. El excesivo celo que ponen los padres porque sus hijos est¨¦n bien nutridos hace que los ni?os coman en exceso y no regulen su ingesta en funci¨®n de sus necesidades internas, sino de ¨®rdenes que les vienen de fuera. Asimismo, la prohibici¨®n de algunos alimentos ha resultado ser contraproducente.
Los h¨¢bitos de vida modernos y otros factores
Entre los sospechosos de causar la actual epidemia de obesidad est¨¢n las bebidas azucaradas, la boller¨ªa infantil, las barritas de chocolate, los videojuegos, Internet, la comida basura y, c¨®mo no, la televisi¨®n. Tambi¨¦n el transporte escolar y el ocio sedentario; la falta de vigilancia paterna y el exceso de celo para que los ni?os se acaben la comida del plato. Todos estos factores y muchos otros parecen influir, aunque 'no lo sabemos con exactitud', reconoce el epidemi¨®logo Fernando Rodr¨ªguez Artalejo. 'Probablemente sea un conjunto de factores asociado a la modernizaci¨®n de los h¨¢bitos de vida'.A la postre, la ganancia de peso es una cuesti¨®n matem¨¢tica que depende del equilibrio entre la ingesta y el gasto de calor¨ªas. El estudio de las cuatro provincias y otras investigaciones han constatado que en los ni?os espa?oles 'la ingesta cal¨®rica total es algo superior a las necesidades de su organismo', asegura Rodr¨ªguez Artalejo. Excepto de frutas y verduras, cuya ingesta es razonable, los ni?os comen m¨¢s de lo que necesitan de pr¨¢cticamente todos los alimentos, en particular, de los ricos en prote¨ªnas. Lo que ocurre es que casi todos los alimentos ricos en prote¨ªnas tambi¨¦n lo son en grasas (adem¨¢s, es lo que les da la palatabilidad o buen gusto), como son las carnes y los l¨¢cteos. 'Quiz¨¢ las madres, por asegurarse que los ni?os ingieren lo suficiente para un buen desarrollo, fuerzan la ingesta de grasas al darles demasiadas prote¨ªnas', opina Rodr¨ªguez Artalejo. En cuanto a la pasteler¨ªa, seg¨²n se ha examinado en el estudio de las cuatro provincias, 'una mayor ingesta de boller¨ªa se asocia a una mayor ingesta total de energ¨ªa y az¨²cares, pero esta asociaci¨®n es d¨¦bil y probablemente no tienen una gran influencia sobre el patr¨®n diet¨¦tico global', a?ade este catedr¨¢tico de Salud P¨²blica.?Y tiene algo que ver el cambio de los men¨²s? 'Los men¨²s actuales se configuran con tres platos cuando la dieta tradicional era de un plato ¨²nico con postre. Lo tradicional era comer s¨®lo lentejas, jud¨ªas, un cocido de garbanzos, un pote, un marmitako, un arroz o una paella como plato ¨²nico, seguido de un postre. Ahora se toma un primer plato y un segundo que suele llevar carne, huevos o pescado, ricos en grasas', sostiene Rodr¨ªguez Artalejo.
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