Las reforestaciones tardan 10 a?os en ser ¨²tiles para combatir el efecto invernadero
El efecto sumidero de las zonas arboladas se cifra en un 30% de las emisiones
Las investigaciones de los grupos de trabajo de la Comisi¨®n Europea integradas en la iniciativa CarboEurope han revelado que las reforestaciones no son la panacea para combatir la emisi¨®n de gases con efecto invernadero, culpables del recalentamiento del planeta. Seg¨²n los c¨¢lculos de los cient¨ªficos, expuestos ayer en Valencia en una jornada informativa, la biosfera puede absorber el 30% de las emisiones. Sin embargo, han descubierto que los montes reforestados tardan una d¨¦cada en dejar de ser emisores netos de carbono para convertirse en sumideros de este gas.
Christian Patermann, director del programa europeo de investigaci¨®n sobre Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, particip¨® ayer en una jornada informativa para medios de comunicaci¨®n que se celebr¨® en el Centro de Estudios Ambientales del Mediterr¨¢neo (CEAM). All¨ª intent¨® transmitir el mensaje de que se ha producido 'un cambio paradigm¨¢tico en la interacci¨®n entre la ciencia y la pol¨ªtica' en el tema del cambio clim¨¢tico. Es decir, que si antes las instituciones pol¨ªticas reaccionaban ante el peligro de un recalentamiento de la atm¨®sfera de una forma m¨¢s o menos visceral, los resultados de las investigaciones, 'con una importancia creciente del control y la verificaci¨®n de los datos obtenidos', ganan cada vez m¨¢s peso en la toma de decisiones.
De ah¨ª, explic¨®, la gran repercusi¨®n de la iniciativa CarboEurope, que aglutina 15 proyectos de investigaci¨®n financiados por la Comisi¨®n Europea con un coste de 25 millones de euros (m¨¢s de 4.000 millones de pesetas) y que implica a 160 centros investigadores de 20 pa¨ªses.
Patermann tambi¨¦n intent¨® mandar un mensaje de tranquilidad de cara a la pr¨®xima cumbre sobre el tema en Nueva Delhi (a finales de mes) en referencia a la cerrada postura que mantiene Washington sobre sus emisiones: 'Hay contactos muy estrechos de los grupos de di¨¢logo de Estados Unidos y de Europa'. Habr¨¢ que ver si luego los contactos tambi¨¦n se estrechan a nivel pol¨ªtico.
En cuanto a los resultados de las investigaciones, Riccardo Valentini, de la Universidad de Tuscia (Italia), advirti¨® del peligro de creer que las reforestaciones, dado que la materia org¨¢nica se construye a base de carbono, pueden ser la soluci¨®n al problema. As¨ª, avis¨® que mientras las masas forestales v¨ªrgenes (antiguas y maduras) s¨ª que fijan carbono, 'los bosques j¨®venes tardan un decenio en dejar de ser emisores de carbono para ser sumideros netos' de este gas. Es decir, en un sistema mundial en el que a los pa¨ªses se les asignan 'cr¨¦ditos de carb¨®n', comprables y vendibles, seg¨²n sus emisiones y pol¨ªticas forestales, se corre el peligro de que se permita la tala de bosques v¨ªrgenes para premiar luego su reforestaci¨®n. Por eso, Valentini exigi¨® que haya un control muy estricto de la gesti¨®n de los bosques.
Bosques intermitentes
Mill¨¢n Mill¨¢n, director del CEAM, que ayer hizo de anfitri¨®n de la jornada informativa de la Comisi¨®n Europea sobre el cambio clim¨¢tico, explic¨® que los ¨²ltimos estudios tambi¨¦n han revelado un cambio en el r¨¦gimen de comportamiento en la fijaci¨®n de carbono de los bosques seg¨²n su latitud. As¨ª, mientras las masas forestales del norte de Europa se muestran m¨¢s constantes a la hora de fijar carbono dado que tienen un grado de insolaci¨®n menos variable y una humedad permanente, en los bosques mediterr¨¢neos la fijaci¨®n es intermitente, menos constante, ya que, cuando el sol aprieta y m¨¢s seco est¨¢ el suelo, las plantas detienen la fotos¨ªntesis para evitar la deshidrataci¨®n. Una constataci¨®n que ha de tenerse muy en cuenta a la hora de vincular las pol¨ªticas de reforestaci¨®n a la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Mill¨¢n, al igual que los expertos europeos congregados en Paterna, coincidi¨® en resaltar la creciente importancia que adquieren los estudios cient¨ªficos en la toma de decisiones en Europa. De tal forma, que los resultados que est¨¢n obteniendo los equipos investigadores europeos ya repercuten en pa¨ªses reacios a controlar sus emisiones, como Jap¨®n, China o Estados Unidos.
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