'Libertad, libertad, libertad'
Miles de personas convirtieron el mestizaje pol¨ªtico y social en su principal fuerza para exigir el derecho a discrepar Miles de personas convirtieron el mestizaje pol¨ªtico y social en su principal fuerza para exigir el derecho a discrepar
'Soy vasco desde la cuna, navarro y espa?ol, vivo sin libertad y no puedo seguir as¨ª'. El boulevard donostiarra estall¨® en un grito un¨¢nime de libertad al escuchar, primero en euskera y despu¨¦s en castellano, al bertsolari de Leitza (Navarra) Peio Urkiola. Era el final de una manifestaci¨®n en la que el mestizaje pol¨ªtico y social se adue?¨® de las calles de San Sebasti¨¢n para pedir libertad y respeto, pluralidad y derecho a vivir en la discrepancia pol¨ªtica.
Ya no cab¨ªa ni un alma en las proximidades de los jardines de Alderdi Eder, cuando la voz de Urkiola segu¨ªa sobrevolando por encima de exiliados, v¨ªctimas del terrorismo, viudas, amenazados y miles y miles de personas que sienten a diario la presi¨®n de la violencia y de todo su entorno, incluido alg¨²n nacionalista, como el abogado Emilio Guevara.
'Nosotros no queremos ning¨²n nacionalismo obligado. Todos pedimos una cosa, libertad ya. Vivimos entre muchos falsos. Mientras exista nacionalismo ciego no tendremos paz', volvi¨® a cantar el bertsolari entre aplausos y nuevos gritos de libertad, libertad.
La sensaci¨®n principal era que se abr¨ªa una ventana a la esperanza, a la discrepancia adornada de fiesta, y a ese sentimiento se sum¨® la viuda del que fuera portavoz parlamentario del PSE asesinado en febrero de 1998, Fernando Buesa, Natividad Rodriguez: 'Me parece impresionante y muy respetable, que todos estos ciudadanos caminen juntos exigiendo el respeto a las normas que nos hemos dado'. Ella pidi¨® al lehendakari que sea respetuoso con la voluntad de libertad de una gran parte del pueblo vasco que vive agazapada bajo la sombra del terror.
M¨¢s all¨¢ de las banderas espa?olas y vascas que pintaban la multitudinaria marcha, de los ministros y altos representantes pol¨ªticos y sindicales, por San Sebasti¨¢n circul¨® gente como Consuelo Ord¨®?ez, hermana del dirigente del PP Gregorio Ord¨®?ez, tambi¨¦n asesinado por ETA. 'No pedimos tanto, s¨®lo queremos ser tan normales y vivir una vida tan normal como la que viven los nacionalistas', dijo.
All¨ª estaban los padres del edil del PP Miguel ?ngel Blanco, Cristina Cuesta, hija del empleado de Telef¨®nica Enrique Cuesta, una hija del concejal de UPN Tom¨¢s Caballero, B¨¢rbara Durkhop, viuda de Enrique Casas y el defensor del pueblo entre otros, Enrique Mugica, hermano del dirigente socialista Fernando M¨²gica, tambi¨¦n asesinado por ETA.
Pero en medio del dramatismo tambi¨¦n hubo un hueco para el humor. Aunque los lemas m¨¢s coreados fueron los que demandaban libertad, alguno se descolg¨® con otros m¨¢s atrevidos y osados: 'Nosotros tambi¨¦n tenemos un plan, Arzalluz e Ibarretxe al Tribunal Penal Internacional', o 'Qu¨¦ barbaridad, qu¨¦ barbaridad otra vez cantando el no pasar¨¢n', aunque apenas fueron seguidos por la gente.
La marcha se fue cargando de sentimientos a medida que m¨¢s y m¨¢s personas se incorporaban a la misma. El escultor Agust¨ªn Ibarrola se abrazaba a algunos de sus amigos que han tenido que marcharse de Euskadi por el acoso y las amenaza de muerte, como el profesor Mikel Azurmendi o los escritores Jon Juaristi y Ra¨²l Guerra Garrido, e incluso el decano del colegio de abogados de San Sebasti¨¢n, Jos¨¦ Mar¨ªa Muguruza. Jueces, fiscales, periodistas, pol¨ªticos, ertzainas, recibieron el aplauso casi interminable de quienes flanqueaban las calles al paso de la cabeza de la manifestaci¨®n.
Sin embargo en los balcones de San Sebasti¨¢n no hab¨ªa nadie mirando. Salvo un incidente con una mujer que despleg¨® un cartel pidiendo la vuelta de los presos al Pa¨ªs Vasco y Navarra y que recibi¨® gritos e insultos de los participantes, el resto del largo recorrido de casi tres kil¨®metros fue relajado. 'Hoy la calle es nuestra porque aqu¨ª cabemos todos', dijo Cristina Cuesta.
Garz¨®n herria zurekin ('Garz¨®n, el pueblo est¨¢ contigo'), gritaron, utilizando el mismo lema con el que los simpatizantes de ETA aclaman a los terroristas, de las proximidades de un miembro de la plataforma Basta Ya, cubierto con una capucha naranja que evocaba a un presidiario condenado a muerte en Estados Unidos. En su pecho se pod¨ªa leer: 'La paz no se vende, no tiene precio'.
El tercer y ¨²ltimo verso de Peio Urkiola fue una declaraci¨®n de intenciones: 'Extendamos la semilla de la paz verdadera, primero que ETA deje de matar, y sin kale borroka ni dem¨¢s. Porque no queremos una dictadura y s¨ª una democracia'.
'Un proyecto ¨¦tnico'
La presencia de Jacques Betbeder no fue casual. El portavoz de la asociaci¨®n Vive Ensemble (Vivir Unidos) ley¨® el comunicado final en su idioma, el franc¨¦s, y particip¨® en la manifestaci¨®n como un discrepante m¨¢s del nacionalismo vasco.'Nos hemos posicionado contra el nacionalismo vasco porque apoya e impulsa un proyecto de disociaci¨®n que quiere crear un departamento vasco en Francia', explic¨® Betbeder. 'Un proyecto que es ¨¦tnico y adem¨¢s contrario a los valores de la Rep¨²blica francesa, y por eso nos hemos posicionado en contra de ellos'.Vive Ensemble naci¨® en octubre de 1999 y agrupa bajo sus siglas a pol¨ªticos y ciudadanos de todo el arco pol¨ªtico franc¨¦s. 'Estamos aqu¨ª porque creemos que el proyecto de los nacionalistas se inmiscuye de lleno en los asuntos de Francia, cuando en Francia estamos encantados de ser franceses, y eso no lo vamos a aceptar de ninguna manera'. Para Betbeder los franceses no quieren que la violencia traspase los Pirineos, y asegur¨® que no es necesaria una manifestaci¨®n all¨ª. 'Aunque sabemos que los comandos, las armas y los coches bomba est¨¢n en Francia, all¨ª no hay violencia', apostill¨®.El portavoz de ?Basta Ya!, Carlos Mart¨ªnez Gorriar¨¢n explic¨® que los lazos entre Navarra, Pa¨ªs Vasco y Francia van m¨¢s all¨¢ de la cercan¨ªa y enlazan con la cultura y el idioma. 'Apoyemos esos lazos, pero no desde una falsa territorialidad', dijo en referencia al proyecto de los nacionalistas de alumbrar Euskal Herria con las tres provincias vasco francesas, Navarra y las tres provincias vascas.
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