Cena con un buen lector de poes¨ªa

Rudyard Kipling y Lord Byron no fueron una nube de verano. El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, es un buen lector de poes¨ªa. Y no s¨®lo lo ha demostrado ante el primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair. El pasado viernes impresion¨® al peque?o grupo de invitados con el que cen¨® en un c¨¦ntrico restaurante barcelon¨¦s. 'No es un lector digamos como otros pol¨ªticos; Aznar se interesa de verdad por la poes¨ªa', aseguraba euf¨®rico a la salida uno de los asistentes, no precisamente de la cuerda pol¨ªtica del presidente.

Aznar, de esta manera, renov¨® anteayer sus votos de ecl¨¦ctico lector. Sus preferencias van desde el Siglo de Oro de G¨®ngora y Quevedo hasta la poes¨ªa de la experiencia de Jos¨¦ ?ngel Valente y Jos¨¦ Hierro, pasando por ?ngel Gonz¨¢lez, ?ngel Crespo y por la poes¨ªa de la pureza de Jorge Guill¨¦n. Desde las nueve de la noche hasta la una y media de la madrugada, el matrimonio Aznar-Botella comparti¨® mantel con los escritores Carme Riera, Valent¨ª Puig, M¨¤rius Carol y Joan Margarit, el dise?ador Antoni Mir¨® y el cr¨ªtico de arte Daniel Giralt-Miracle, comisario a su vez del A?o Gaud¨ª. El escritor Eduardo Mendoza, que casualmente cenaba en el mismo restaurante, salud¨® a su salida del local a Aznar y a sus compa?eros de velada literaria.

Ayer, por contra, la jornada del presidente en Barcelona fue eminentemente arquitect¨®nica. El jefe del Ejecutivo visit¨® la Sagrada Familia, donde no lleg¨® a la fachada de La Pasi¨®n. Luego recorri¨® el Palau de la M¨²sica Catalana, edificio clave del modernismo catal¨¢n.