El tercer trimestre cotiza en Bolsa
Los resultados de las grandes empresas no muestran signos de recuperaci¨®n
La monta?a rusa de Wall Street se ha puesto en marcha de nuevo esta semana, despu¨¦s de que 350 del medio millar de compa?¨ªas que integran el ¨ªndice S&P500 hayan explicado al mercado c¨®mo les ha ido el tercer trimestre del a?o. Y la conclusi¨®n es que 2002 est¨¢ resultando decepcionante para buena parte de ellas. El an¨¢lisis de los datos indica que los beneficios han subido en torno al 6% con respecto al mismo trimestre del a?o anterior.
Los inversores han visto caer el Dow Jones un 18% y ceder la tercera parte del valor que alcanz¨® hace casi tres a?os
Dos de cada tres inversores piensan hoy que ir a la Bolsa es un error, seg¨²n una encuesta realizada a primeros de mes. En abril de 1998, la proporci¨®n era exactamente la inversa
El analista Robert Prechter aventura que quedan por delante cuatro a?os malos, con el Dow Jones cayendo hasta los 4.000 puntos
El inicio de la temporada de resultados del tercer trimestre en las grandes corporaciones de Estados Unidos desat¨® el martes una euforia que coron¨® Wall Street con una jornada de subidas ¨¦picas, y la esperanza de que marcara el despegue de una econom¨ªa deprimida. Fue visto y no visto. El mi¨¦rcoles, el ¨ªndice Dow Jones perdi¨® buena parte de lo ganado la v¨ªspera e introdujo una dosis de realidad en los mercados, afectados por la marcha al ralent¨ª de la econom¨ªa, la distinta suerte de las diversas compa?¨ªas y la incertidumbre que se vive en la escena internacional. El jueves, de nuevo escalada. Nada de extra?ar que dos de cada tres norteamericanos tengan p¨¦sima opini¨®n de la Bolsa.
El despegue del martes remat¨® cuatro d¨ªas de ascensi¨®n sin precedentes desde los a?os de la Gran Depresi¨®n, que llegaban despu¨¦s de que los ¨ªndices alcanzaran, a mediados de la pasada semana, simas no vistas en un lustro para los valores industriales, y en seis a?os en el Nasdaq. Los buenos resultados del grupo bancario, encabezado por el Citigroup, del fabricante de productos de consumo dom¨¦stico Johnson & Johnson y hasta de General Motors, pese a las sombras de Fiat, provocaron un estallido que elev¨® 378,28 puntos el Dow Jones, una subida del 4,8%, que llev¨® hasta el 13,3% la subida del ¨ªndice en cuatro d¨ªas.
En los tres anteriores, los incrementos estuvieron incentivados, en parte, por las buenas perspectivas de General Electric y otros, pero sobre todo por la impresi¨®n de los inversores de que hab¨ªa llegado el momento de sacar beneficios a unas cotizaciones tentadoras. El martes, en cambio, la demanda de t¨ªtulos estuvo movida por los buenos resultados ofrecidos en la primera jornada de la temporada oto?al de resultados, una semana en la que 350 del medio millar de compa?¨ªas que integran el ¨ªndice S&P500 han dado cuenta de c¨®mo les ha ido el tercer trimestre del a?o.
El a?o est¨¢ resultando decepcionante para buena parte de ellas y, por ende, para los inversores, que han visto caer el Dow Jones un 18% y ceder la tercera parte del valor que alcanz¨® hace casi tres a?os, en los momentos cumbre de la burbuja especulativa. En todo este tiempo, los inversores han perdido del orden de 8,5 billones de d¨®lares. Fue Intel la que, tras la satisfacci¨®n matutina, introdujo el martes una dosis de realidad, con resultados por debajo de lo esperado, y pron¨®sticos negativos para el trimestre en marcha. Por si no fuera suficiente el efecto Intel, los resultados mediocres presentados el mi¨¦rcoles por otras grandes compa?¨ªas (Boeing, American Airlines, Coca-Cola, Ford, J. P. Morgan...) presionaron a la baja y la jornada se cerr¨® con la p¨¦rdida de 219,65 puntos en el Dow Jones, justo por encima del umbral del 8.000.
Cerrada la sesi¨®n, IBM se present¨® con resultados positivos y abri¨® la espita para la expansi¨®n del jueves, que se vio arrastrada, adem¨¢s, por otra racha de buenos datos (Kodak, Nokia, United Technologies...) que iba a compensar las p¨¦rdidas en los ¨ªndices del d¨ªa anterior.
?Y el futuro?
Los analistas no se pon¨ªan de acuerdo sobre lo que esa volatilidad dice del futuro. Los optimistas creen ver indicios de que los resultados de las empresas est¨¢n ya abocados a mejorar, aunque s¨®lo sea porque las proyecciones de ganancias se han rebajado tanto que deber¨ªa ser posible hacerlas realidad en el futuro pr¨®ximo.
El an¨¢lisis de los primeros datos indica que los beneficios han subido en torno al 6% con respecto al mismo trimestre del a?o anterior, por encima del escueto 1,4% de incremento en el periodo marzo-junio, pero muy por debajo del 16,6% que se esperaba en julio que fuera a dar de s¨ª el verano. Entonces se estim¨® que los resultados crecer¨ªan alrededor de un 27,7% durante el ¨²ltimo trimestre, pero ya se han rebajado las expectativas hasta el 18,6%.
Con estas mejoras se da por hecho que subir¨¢n las cotizaciones en Wall Street, a las que favorece la tradici¨®n de que los ¨²ltimos meses del a?o son alcistas. Barton Biggs, jefe de estrategia global de Morgan Stanley, restaba importancia a la ca¨ªda del mi¨¦rcoles, por considerar que la Bolsa est¨¢ ya tocando fondo y que se dispone a la escalada, basada en una econom¨ªa que, tras la sobriedad de los ¨²ltimos trimestres, alcanzar¨¢ la plena forma a principios del a?o que viene. Biggs es de los que creen que ya se ha tornado un te¨®rico cabo de las tormentas en la econom¨ªa. El analista estima que la amenaza b¨¦lica ya ha sido descontada por los mercados y vaticina una operaci¨®n r¨¢pida y feliz en Irak que ayudar¨¢ a abaratar el precio del petr¨®leo.
Chuck Hill constituye un puente entre optimistas y pesimistas. El analista de Thomson First Call, una compa?¨ªa que sigue la evoluci¨®n de los resultados y las proyecciones de la firmas de Wall Street, piensa que la econom¨ªa 'est¨¢ mejorando, pero a un ritmo glacial, y eso es lo preocupante'. 'Muchos beneficios derivan de recortes de gastos, m¨¢s que de incremento del negocio' y, en consecuencia, 'la situaci¨®n es todav¨ªa dudosa'.
Los pesimistas mantienen que los mercados est¨¢n a¨²n muy valorados. En el caso m¨¢s extremo, encarnado por Robert Prechter, aventuran que quedan por delante cuatro a?os malos, con el Dow Jones cayendo hasta los 4.000 puntos de aqu¨ª a seis meses, camino de m¨¢s profundas simas. Es una visi¨®n con pocos partidarios y no muy aireada, desconocida por la inmensa mayor¨ªa de los inversores. Sin escuchar a Prechter, dos de cada tres inversores piensan hoy que ir a la Bolsa es un error, seg¨²n una encuesta realizada a primeros de mes. En abril de 1998, la proporci¨®n era exactamente la inversa, y por eso la mitad de los estadounidenses est¨¢ en Bolsa, y escaldados de la experiencia. Los partidarios de la inversi¨®n se la plantean ahora a largo plazo en un contexto en el que la mayor¨ªa da m¨¢s importancia a los tipos de inter¨¦s y al empleo que a los vaivenes de Wall Street.
La econom¨ªa, estancada
La econom¨ªa estadounidense parece estar parada. La tasa de desempleo est¨¢ en el 5,6% y los tipos de inter¨¦s van a seguir en el 1,75% cuando el pr¨®ximo 6 de noviembre se re¨²na la Reserva Federal, de hacer caso a los comentarios que esta semana han realizado dos de los integrantes de la mesa que decide sobre el precio del dinero. 'Creo que el riesgo de deflaci¨®n en la econom¨ªa de Estados Unidos es extremadamente remoto. La econom¨ªa est¨¢ en buena forma', se?ala Ben Bernanke. Gary Stern, presidente de la Reserva en Minneapolis, mantiene que el peligro de caer en una recesi¨®n es relativamente bajo. Seg¨²n ¨¦l, la econom¨ªa va a seguir creciendo a una tasa del 3% hasta la segunda mitad del pr¨®ximo a?o, cuando se producir¨¢ el despegue. 'No podemos hablar de recuperaci¨®n s¨®lida mientras no haya un incremento en la contrataci¨®n de mano de obra y en la inversi¨®n', abunda Bernanke. 'En eso, las empresas van despacio'. La econom¨ªa de Estados Unidos deber¨¢ seguir, por tanto, descansando por un tiempo sobre las espaldas del consumidor, el que hasta ahora la ha mantenido a flote.
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