Entre la sombra y el primer plano pol¨ªtico
Jos¨¦ Calvo Poyato recuerda la trayectoria de las ocho reinas viudas de Espa?a
Fueron ocho las reinas viudas de Espa?a. Su trayectoria abarca desde la m¨¢s sutil habilidad pol¨ªtica hasta la ambici¨®n desmedida pasando por la estupidez y el infantilismo. Sus decisiones hicieron correr r¨ªos de sangre en ocasiones. Otras veces su talante sirvi¨® de dique contra la muerte. El historiador y novelista Jos¨¦ Calvo Poyato (Cabra, C¨®rdoba, 1951) cuenta su historia en un libro apasionante, Reinas viudas de Espa?a (Pen¨ªnsula). La obra recoge la biograf¨ªa de Juana la Loca, Mariana de Austria, Mar¨ªa Ana de Neoburgo, Luisa Isabel de Orleans, Isabel de Farnesio, Mar¨ªa Cristina de N¨¢poles, Mar¨ªa Cristina de Habsburgo y Victoria Eugenia de Battenberg,
Calvo Poyato escogi¨® este asunto 'leyendo una biograf¨ªa de Juana la Loca'. 'Me di cuenta de que dos terceras partes de su vida las pas¨® como viuda y, sin embargo, el aspecto m¨¢s tratado al referirse a ella era la ¨¦poca de su reinado. Me pregunt¨¦ qu¨¦ hab¨ªa pasado con las dem¨¢s reinas viudas de Espa?a. Encontr¨¦ que hab¨ªa ocho reinas viudas e inici¨¦ mi tarea. Me interesaba mucho el perfil humano y su dimensi¨®n de personajes p¨²blicos. Me encontr¨¦ una variedad extraordinaria a lo largo de cinco siglos. Sus circunstancias y talantes personales fueron muy distintos', explica Calvo Poyato.
'Las mujeres estuvieron, durante much¨ªsimo tiempo, a la sombra del hombre. S¨®lo en el momento en que se quedaron viudas pudieron estas mujeres desarrollar su personalidad sin cortapisas', indica. Calvo Poyato recuerda dos concepciones intensas del amor en dos reinas viudas. 'Los comuneros le llevan a Juana la Loca un documento por el que la consideran su reina. Y ella dice que no har¨¢ nada que perjudique a su hijo, Carlos I, que es el que la mantiene encerrada en Tordesillas. Eso es amor de madre', afirma.
'Cristina de N¨¢poles, la viuda de Fernando VII, se casa en secreto con un capit¨¢n de la guardia. El suyo es un rasgo de valent¨ªa capaz de enfrentarse a todas las convenciones sociales. Asiste a una apertura de las Cortes tras haber parido unas horas antes y teniendo que disimular que lo ha hecho. Asume todos esos riesgos porque se ha enamorado de un capit¨¢n de la guardia', relata.
Cristina de Habsburgo, la viuda de Alfonso XII, es, en opini¨®n del autor, la que desarroll¨® una pol¨ªtica m¨¢s acertada. C¨¢novas se sent¨ªa muy preocupado tras la muerte del rey ante el horizonte pol¨ªtico. 'No hab¨ªa heredero, los carlistas se agitaban, el sistema de la Restauraci¨®n llevaba pocos a?os funcionando... Con todo, C¨¢novas se arrepinti¨® de haber minusvalorado a Cristina de Habsburgo. '?Qu¨¦ problema... y con esta tonta!', hab¨ªa dicho C¨¢novas. Luego se dio cuenta del talento de la reina. Porque ella demostr¨® una talla escrupulosa desde el punto de vista constitucional', comenta. 'Cuando fracasa un pronunciamiento republicano en Cartagena, Cristina de Habsburgo intercede ante el Gobierno, siempre bajo un respeto exquisito a la Constituci¨®n, para que no se lleve a la pr¨¢ctica la sentencia de muerte contra el responsable de la asonada. Y el Gobierno conmuta la sentencia de muerte. El republicano Castelar no olvid¨® nunca este gesto y en una carta escribi¨® sobre la reina: 'Me asombra cada d¨ªa m¨¢s su maravilloso instinto pol¨ªtico', evoca Calvo Poyato.
?Qu¨¦ reina viuda fue la m¨¢s nefasta? 'En el sentido de que condicion¨® la pol¨ªtica espa?ola, Isabel de Farnesio, viuda de Felipe V. Era una mujer muy orgullosa, pagada de s¨ª misma, mandona... Una mujer de armas tomar. Isabel de Farnesio arrastr¨® a los espa?oles a varias guerras con el ¨²nico objetivo de que sus hijos encontraran reinos en los que reinar', explica.
Luisa Isabel de Orleans, viuda de Luis I, fue famosa por sus puerilidades. 'Fue v¨ªctima de sus circunstancias. Cuando iban a casarla se acordaron de que ni siquiera la hab¨ªan bautizado. Si eso se hab¨ªa olvidado en una sociedad tan cat¨®lica como aqu¨¦lla, hay que imaginar el tipo de educaci¨®n que le hab¨ªan dado. Al quedar viuda era pr¨¢cticamente una ni?a. Isabel de Farnesio, su suegra, la llamaba 'la sarnosa' y la consideraba una especie de estorbo p¨²blico', agrega.
El destino de la ¨²ltima reina viuda fue triste. 'Victoria Eugenia de Battenberg se cas¨® con Alfonso XIII por amor. Y muy pronto el amor se rompi¨®. La coyuntura pol¨ªtica tampoco fue favorable. La llegada de la II Rep¨²blica significa la ruptura en el plano personal y p¨²blico. Ya en el exilio no mantuvieron la ficci¨®n matrimonial. Ella le dijo al ex rey en Par¨ªs: 'No quiero ver tu fea cara nunca m¨¢s', concluye Calvo Poyato.
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