El fiscal y los partidos piden que Pepi Mahugo no entre en prisi¨®n
IU y PSOE plantean a la Asamblea que demande el perd¨®n
El fiscal jefe de Madrid, Mariano Fern¨¢ndez Bermejo, envi¨® ayer un escrito a la Secci¨®n S¨¦ptima de la Audiencia Provincial de Madrid en el que reclama a los jueces que suspendan el ingreso en prisi¨®n de Josefa Mahugo Hern¨¢ndez, de 49 a?os. Sobre esta mujer, conocida entre sus amistades como Pepi, pesa una orden judicial para que cumpla la condena de tres a?os de c¨¢rcel que le impuso la Audiencia hace siete por traficar con seis gramos de hero¨ªna. Sus vecinos y los grupos parlamentarios de IU y PSOE han pedido el perd¨®n para Josefa, que mantiene econ¨®micamente a su familia.
Al tiempo que pide la suspensi¨®n de la condena, la fiscal¨ªa insta a Mahugo a que vuelva a solicitar el indulto al Gobierno (ya lo pidi¨® en 1998 y le fue denegado). El informe de la fiscal¨ªa remitido al tribunal que lleva el caso de Pepi considera que ahora s¨ª procede suspender la ejecuci¨®n de la condena que pesa sobre ella (en 1998, la fiscal¨ªa se opuso a la primera petici¨®n de perd¨®n). De esta mujer dependen tres de sus seis hijos, de 13, 11 y 8 a?os, ya que su marido est¨¢ enfermo y no puede trabajar.
Tras su condena hace siete a?os, Mahugo recurri¨® la sentencia ante el Tribunal Supremo en julio de 1998, pero ¨¦ste ratific¨® la sentencia de la Audiencia Provincial, que condenaba a la mujer a tres a?os de prisi¨®n menor. Desde entonces, ha logrado esquivar la c¨¢rcel en las dos ocasiones en que el tribunal intent¨® ejecutar la sentencia. La primera vez fue el 18 de septiembre de 1998, cuando acudi¨® al tribunal y pidi¨® que le suspendieran la condena hasta que el Gobierno resolviera el indulto que hab¨ªa solicitado. Los jueces, con la oposici¨®n de la fiscal¨ªa, aceptaron la petici¨®n y accedieron a congelar la condena hasta que se resolviese la petici¨®n de indulto.
El Ejecutivo, finalmente, le deneg¨® el indulto en 1999, pero Mahugo no se rindi¨®. Volvi¨® a pedir al tribunal que dejase en suspenso su ingreso en prisi¨®n alegando motivos de salud y el hecho de que ten¨ªa que cuidar de sus tres hijos en ausencia de su marido, preso.
Los jueces, en este caso tambi¨¦n contra el criterio del fiscal, aceptaron nuevamente no ejecutar la sentencia, pero con una condici¨®n: cuando su esposo saliese de la c¨¢rcel, entrar¨ªa ella. Al quedar libre el marido de Mahugo el pasado 20 de agosto, la Audiencia volvi¨® a ordenar el cumplimiento de la condena, pero en esta ocasi¨®n los magistrados se encontraron con que decenas de vecinos de Alto del Arenal (Vallecas) -donde viven Pepi, su marido y sus tres hijos menores- se echaron a la calle el pasado domingo para recoger firmas pidiendo la paralizaci¨®n de su ingreso en prisi¨®n.
La historia de Pepi comenz¨® una noche de junio. Ella y su marido, Antonio Morales, fueron detenidos en la madrugada del 17 de junio de 1993. Seg¨²n la sentencia de la Audiencia Provincial, de fecha 4 de julio de 1995, la mujer sali¨® de un coche que conduc¨ªa Antonio, entr¨® en el domicilio de una supuesta traficante en la calle de Ram¨®n P¨¦rez de Ayala (Puente de Vallecas), y compr¨® dos bolsitas de hero¨ªna que conten¨ªan 6,6 gramos de esta droga. Al llegar a su casa y ver que la polic¨ªa les estaba esperando, Pepi rompi¨® las bolsas para deshacerse de la mercanc¨ªa, que qued¨® esparcida dentro del coche.
Dos a?os m¨¢s tarde, ella y Antonio fueron condenados por un delito contra la salud p¨²blica a tres a?os de prisi¨®n cada uno y a pagar un mill¨®n de pesetas. El tribunal consider¨® que la hero¨ªna no era para consumo individual, sino que estaba 'destinada a su transmisi¨®n a terceras personas'.
La Fiscal¨ªa de Madrid, en el informe redactado ayer, se muestra ahora de acuerdo con que se paralice la ejecuci¨®n de la condena hasta que Mahugo pida de nuevo el indulto y el Gobierno se pronuncie. Cuenta con el decidido apoyo de sus amigos, encabezados por la asociaci¨®n de vecinos Alto del Arenal, y tambi¨¦n de los grupos pol¨ªticos. Izquierda Unida plante¨® ayer que la Asamblea de Madrid pida el perd¨®n, informa Rodolfo Serrano. El PSOE respondi¨® inmediatamente, poni¨¦ndose al lado de IU. El PP, m¨¢s cauto, reclam¨® un tiempo prudencial para estudiar la situaci¨®n de Pepi. Los tres grupos reconocieron que las circunstancias que hicieron posible la condena de esta mujer y de su marido han cambiado. Y que, en consecuencia, no parece l¨®gico que ahora, casi 10 a?os despu¨¦s de haber sido detenida, tenga que ingresar en prisi¨®n, sobre todo cuando ella ha rehecho su vida.
Fuentes jur¨ªdicas indicaron ayer que el comportamiento de la Audiencia con Mahugo ha sido encomiable, pues en dos ocasiones ha paralizado la ejecuci¨®n de la sentencia en atenci¨®n a las circunstancias de esta mujer.
El Consejo General del Poder Judicial, que es el ¨®rgano de gobierno de lo jueces, indic¨® ayer que 'los retrasos producidos en el cumplimiento de la ejecuci¨®n' de esta sentencia 'lo han sido a petici¨®n de la interesada y en su beneficio'.
Motivos 'humanitarios'
El abogado de Josefa Mahugo, Javier L¨®pez Blasco, pidi¨® este mismo mes a la Audiencia Provincial la suspensi¨®n de la ejecuci¨®n de la sentencia que condena a la mujer a tres a?os de prisi¨®n. L¨®pez alega motivos 'humanitarios, de equidad, l¨®gica y congruencia'. 'Los efectos de su ingreso en prisi¨®n ser¨ªan en nada rehabilitadores ni beneficiosos, y causar¨ªan un da?o irreparable a una familia que disfruta de una situaci¨®n econ¨®mica y personal estable'.
Cuando Pepi recibi¨® hace 14 d¨ªas la orden de ingreso en prisi¨®n de la Audiencia, baj¨® a llorar al bar de su amiga Merce, situado al lado de su casa de Arroyo del Olivar. Ayer, tras conocer el escrito favorable del fiscal, entr¨® de nuevo en el local. All¨ª estaban los vecinos que la han apoyado desde que supieron que tendr¨ªa que ir a la c¨¢rcel. La felicitaron a pesar de que a¨²n no est¨¢ del todo claro su futuro. A trav¨¦s de los cristales del mes¨®n, en plena calle, todos pod¨ªan ver las pancartas que ellos mismos colocaron el domingo. Ahora est¨¢n rasgadas por el viento, pero todav¨ªa se puede leer su mensaje: 'Que Pepi se quede en casa'.
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