Un voto por la consolidaci¨®n de la democracia
Con el paso del tiempo, lo que m¨¢s se recuerda del 28-O es la consagraci¨®n de la alternancia
El 28 de octubre de 1982 se hizo verdad, quiz¨¢ m¨¢s gr¨¢ficamente que nunca, el principio de los vasos comunicantes en materia de elecciones. La victoria de un partido es la derrota de otro. Rodolfo Mart¨ªn Villa era uno de los azules (del color de la camisa falangista) que hab¨ªa tomado en marcha el tren del cambio, hasta llegar al centrismo de UCD. La victoria aplastante del PSOE hace 20 a?os tiene, como reverso de la moneda, una derrota estrepitosa del centrismo en el poder. La UCD gobernante se disolvi¨® en las urnas, barrida por los electores.
Mart¨ªn Villa consigui¨® un esca?o por Le¨®n. Lo abandon¨® muy pocos meses despu¨¦s para reemerger con el tiempo en los bancos del PP. En 1982 fue uno de los pocos barones del partido que logr¨® ser elegidos, junto con P¨ªo Cabanillas y el entonces presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo. Landelino Lavilla, que aspiraba a la jefatura del Gobierno, logr¨® tambi¨¦n un esca?o. Modesto premio de consolaci¨®n.
Cuevas: 'El programa de gobierno era mucho m¨¢s moderado que el electoral'
Francisco Rubia: 'Era la esperanza de que el espect¨¢culo de Tejero no se repitiera'
Mart¨ªn Villa, presidente en los ¨²ltimos a?os de la el¨¦ctrica Endesa y hoy al frente de la fundaci¨®n de la misma empresa, opina que hubo un proceso ordenado. 'Las elecciones del 15 de junio de 1977 culminaron el disfrute de las libertades y derechos que se inici¨® con el primer Gobierno de Adolfo Su¨¢rez, en junio de 1976. La Constituci¨®n de 1978 los consagr¨®'. Para quien fuera ministro del Interior y vicepresidente del Gobierno con UCD, el 28 de octubre de 1982 se cerraba el c¨ªrculo. 'Se hizo realidad la alternancia'.
Para los empresarios, el triunfo de un partido de izquierda, que se denominaba adem¨¢s obrero, pod¨ªa suscitar alguna inquietud. Jos¨¦ Mar¨ªa Cuevas, presidente de la CEOE, era hace 20 a?os el n¨²mero dos de la organizaci¨®n. Interpreta que 'el triunfo del PSOE era, b¨¢sicamente, la puesta a prueba de la alternativa, necesaria para completar el proceso de transici¨®n democr¨¢tica'. La transici¨®n 'no se pod¨ªa considerar culminada hasta que los dos grandes partidos tuvieran la ocasi¨®n de gobernar'.
La patronal hizo un esfuerzo de pragmatismo, como casi todos en aquella circunstancia. En pocos d¨ªas, los representantes de los empresarios consiguieron una entrevista con Felipe Gonz¨¢lez y con quien ser¨ªa su ministro de Econom¨ªa, Miguel Boyer. 'Tuvimos ocasi¨®n de conocer su programa econ¨®mico de gobierno, mucho m¨¢s moderado de lo que constaba en el programa electoral', asegura Cuevas. 'Adem¨¢s, se fijaron las reglas para las relaciones entre empresarios y Gobierno socialista'.
Todo fue guante blanco en aquella noche electoral. Jos¨¦ Antonio Segurado, presidente de la Confederaci¨®n Empresarial Independiente de Madrid (CEIM), recibi¨® un telefonazo de Alfonso Guerra, quien le anticip¨® que el PSOE lograba 202 diputados, una holgada mayor¨ªa absoluta.
Como la patronal de Segurado se hab¨ªa reunido poco antes con Guerra y le hab¨ªa mostrado profundas discrepancias con el programa econ¨®mico del PSOE, Segurado felicit¨® a Guerra, pero adem¨¢s le hizo saber 'que CEIM deseaba equivocarse y que el PSOE resolviese los problemas de Espa?a'. El dirigente le hizo un ofrecimiento de 'plena colaboraci¨®n'.
Menos reticente era Luis Valls Taberner, copresidente del Banco Popular. Al menos, es lo que recuerda. Valls acogi¨® el ¨¦xito de los socialistas 'con esperanza y sin sorpresa ni temor'. Confiaba en que la alternancia consolidara la monarqu¨ªa. No hubo sorpresa. El banquero intu¨ªa un cambio de tendencia 'a ra¨ªz de los tristes sucesos de febrero de 1981', es decir, el intento de golpe de Estado del teniente coronel Tejero y el secuestro de los diputados en el Congreso a punta de metralleta.
Y, para Valls, no hubo temor porque las ideas de los dirigentes socialistas 'encajaban sin estridencias' con las de sus correligionarios europeos. As¨ª que el copresidente de uno de los bancos m¨¢s solventes del pa¨ªs se pas¨® la noche 'pegado al televisor hasta que apareci¨® Felipe Gonz¨¢lez en la pantalla'. El contenido conciliador del mensaje 'era lo que deseaba y esperaba o¨ªr'. Valls se fue 'tranquilamente a la cama'. A la ma?ana siguiente trabaj¨® 'con absoluta normalidad; quiz¨¢s con algo m¨¢s de sue?o que de costumbre'. Una circunstancia que observ¨® tambi¨¦n en sus colaboradores.
La referencia a la frustrada intentona de Tejero y sus c¨®mplices es com¨²n, tambi¨¦n, en dos cient¨ªficos, cuando evocan el vuelco pol¨ªtico que supuso la victoria electoral del PSOE. Francisco Rubia, entonces catedr¨¢tico de Medicina en la Universidad de M¨²nich y ahora en la Complutense de Madrid, guarda memoria de haber visto la asonada de los guardias civiles en la televisi¨®n alemana. Al a?o siguiente volvi¨® a Espa?a, despu¨¦s de 24 a?os, y ya gobernaba Felipe Gonz¨¢lez. 'La llegada al poder del PSOE representaba sobre todo', confiesa, 'la esperanza de que el espect¨¢culo bochornoso que hab¨ªamos dado no se volviera a repetir'.
Para Jos¨¦ L¨®pez Barneo, catedr¨¢tico de Fisiolog¨ªa y Biof¨ªsica de la Universidad de Sevilla y premio Jaume I de Investigaci¨®n, el 28-O tambi¨¦n est¨¢ asociado al tejerazo, que vivi¨® desde Estados Unidos: 'En 1981 resid¨ªa en Filadelfia, pero estaba asistiendo a un congreso cient¨ªfico en Denver. Una de las mayores impresiones de mi vida fue ver en la primera p¨¢gina de un peri¨®dico de Denver... ?a un guardia civil con tricornio y empu?ando su pistola en el Parlamento!'
Lo primero que pensaron su esposa y ¨¦l fue que no merec¨ªa la pena regresar a Espa?a. Pero volvieron, en septiembre de 1982. Justo a tiempo para vivir la victoria del PSOE. L¨®pez Barneo interpret¨® aquello como 'la gran esperanza de que Espa?a entrara por fin en su definitiva transici¨®n democr¨¢tica'. ?l estaba 'a la izquierda del PSOE, pero Felipe siempre me gust¨®', subraya. 'Es un pol¨ªtico de una alt¨ªsima talla, y estoy convencido de que ha sido providencial para este pa¨ªs'.
Gin¨¦s Morata, profesor de Investigaci¨®n del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas y ¨²ltimo Premio Nacional de Investigaci¨®n, particip¨® 'plenamente de la enorme oleada de ilusi¨®n'. Ahora concluye que 'no s¨®lo se increment¨® mucho la inversi¨®n en el campo cient¨ªfico, sino que se crearon los sistemas de evaluaci¨®n y se adoptaron los usos propios de una sociedad moderna'.
El 28-O, Juan Antonio Samaranch, presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional desde dos a?os antes, recibi¨® 'con cierto alivio' el triunfo del PSOE. Hac¨ªa un c¨¢lculo muy concreto. 'El alcalde de Barcelona, Narc¨ªs Serra, y el nuevo Gobierno iban a ser del mismo partido. Serra hab¨ªa pedido los Juegos Ol¨ªmpicos. Se garantizaba que el Ejecutivo pondr¨ªa el m¨¢ximo inter¨¦s y apoyar¨ªa la aspiraci¨®n ol¨ªmpica'. Barcelona consigui¨® los Juegos dos a?os despu¨¦s.
El baloncestista Juanma Iturriaga tampoco hab¨ªa olvidado 'el susto de Tejero'. El 28-O se convenci¨® de que 'los tiempos oscuros y tenebrosos no volver¨ªan'. El tenista Manuel Orantes considera importante la victoria del PSOE 'porque supon¨ªa el respeto a las ideas y se aceptaba el hecho de que nadie posee la verdad absoluta'.
Algunos deportistas vinculan el cambio pol¨ªtico de 1982 a modificaciones muy concretas relacionadas con su actividad profesional. El portero Andoni Zubizarreta destaca que los futbolistas consiguieron por fin un interlocutor para negociar, pero lamenta que, tras el pobre resultado de la selecci¨®n en el mundial celebrado en Espa?a aquel mismo a?o, se llegara 'a considerar el f¨²tbol un fen¨®meno anticultural'.
El motociclista ?ngel Nieto resume: 'S¨®lo hay que ver que estamos en Europa. Y la imagen de Espa?a en el mundo es inmejorable'. Otro futbolista, Roberto L¨®pez Ufarte, recuerda que 'se consigui¨® acabar con el derecho de retenci¨®n de los futbolistas, que hac¨ªa imposible los fichajes'.
El entonces presidente del Poder Judicial, Federico Carlos Sainz de Robles, subraya que 'los socialistas emprendieron la reforma de la justicia con gran entusiasmo', aunque critica la reforma del Consejo General del Poder Judicial: 'La ansiada reforma', dice, 'se qued¨® en un parcheo'.
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