Del agravio a la raz¨®n
D¨ªa 10 de febrero de 2001, Alella. Coinciden dos primeros espadas de la pol¨ªtica catalana y espa?ola: el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqu¨¦. Ambos hablan del AVE. Pujol explica que no le consta que el Ministerio de Fomento haya decidido que el AVE no pase por el aeropuerto, pero que a la vuelta de su inminente viaje a Marruecos pasar¨¢ por Madrid para hablar con Francisco ?lvarez-Cascos. Se pasa y firma que el AVE llegue al aeropuerto por una v¨ªa secundaria.
A la misma hora que Pujol defend¨ªa la llegada del tren de alta velocidad al aeropuerto, Piqu¨¦ la pon¨ªa en solfa. En su opini¨®n, ser¨ªa un 'agravio comparativo' ya que el AVE no pasaba por el aeropuerto de Sevilla ni estaba previsto que lo hiciera por los de Madrid o Valencia.
Uno de los dirigentes de Fomento cogi¨® los planos que le tend¨ªa Felip Puig 'con poca cortes¨ªa'
Los dos son hombres sabios. Eso explica su rectificaci¨®n plena un a?o y ocho meses despu¨¦s.
Jordi Pujol, a trav¨¦s de su consejero Felip Puig, vuelve a defender ahora la conexi¨®n directa y no la pactada, por una v¨ªa marginal. Piqu¨¦ ve muy razonable e incluso preferible que el AVE pase por el aeropuerto, aunque con ello se agravie a cualquiera que no vote en las elecciones auton¨®micas catalanas, que es a las que ¨¦l tiene previsto presentarse.
Atr¨¢s queda la historia de un error. Hoy, todos a una: amigos y pelillos a la mar. En medio queda, por ejemplo, la historia: saber qui¨¦n fue el padre de la idea.
El Gobierno catal¨¢n ha reivindicado siempre haber sido el primero en proponer la l¨ªnea de alta velocidad, el ancho europeo y su llegada al aeropuerto. Felip Puig asegur¨® anteayer que en 1986 se hab¨ªa hecho ya una reserva de terreno en El Prat. Le fall¨® la memoria. La primera reserva ferroviaria fue aprobada en 1990 y El Prat no figuraba entre las poblaciones afectadas. El Departamento de Pol¨ªtica Territorial reserv¨® suelo en El Prat en 1998, 12 a?os despu¨¦s de lo que la memoria le indic¨® a Felip Puig.
El Ejecutivo catal¨¢n empez¨® por defender una l¨ªnea de ancho europeo que fuera una prolongaci¨®n de la francesa. Part¨ªa de la frontera y mor¨ªa en Barcelona. Fue el ministro Jos¨¦ Barrionuevo quien, tras algunos titubeos, se convirti¨® en abanderado de un trazado de ancho europeo y alta velocidad entre Madrid y Barcelona. Unirlo a la propuesta de conexi¨®n con Francia fue casi inevitable. Pero ninguno de estos proyectos pasaba por el aeropuerto.
En agosto de 1990, el entonces presidente de Ferrocarrils de la Generalitat, Albert Vilalta, present¨® el trazado que defend¨ªa el Gobierno catal¨¢n. El aeropuerto no estaba. Ni siquiera el puerto, lo cual provoc¨® la queja de la autoridad portuaria y del Ayuntamiento de Barcelona. ?ste, junto a la C¨¢mara de Comercio y Fomento del Trabajo, defend¨ªa con ah¨ªnco que el AVE no pod¨ªa ser s¨®lo para pasajeros y que ten¨ªa que dar servicio, tambi¨¦n, al transporte de mercanc¨ªas.
Pero el aeropuerto segu¨ªa sin salir en las propuestas.
La primera alusi¨®n que registran los archivos es municipal y se produce en 1993. La hace Barcelona Regional, una entidad vinculada al Ayuntamiento de Barcelona, a cuya cabeza estaba el hoy arquitecto jefe municipal, Josep Anton Acebillo. Hasta ese momento el trazado defendido por el Gobierno de la Generalitat potenciaba el Vall¨¨s, situaba una estaci¨®n en Sant Cugat o Rub¨ª y una segunda en Sagrera. Ante este trazado, Barcelona Regional empez¨® a defender que el AVE pasara por el aeropuerto y entrara en Barcelona no por Sants, sino por la estaci¨®n de Francia, a trav¨¦s de un t¨²nel bajo el puerto. Con ello se persegu¨ªa evitar que la ciudad de Barcelona quedara a un lado de la v¨ªa, lo cual hubiera propiciado que muchos trenes siguieran directamente hacia Francia parando s¨®lo en una estaci¨®n situada en el Vall¨¨s y, casualmente, junto a la l¨ªnea de Ferrocarrils de la Generalitat. El municipio de Barcelona cre¨ªa que la defensa de la estaci¨®n de Vall¨¨s que llevaba a cabo el Ejecutivo catal¨¢n no buscaba otra cosa que descentrar la capital catalana.
Barcelona tuvo que abandonar la tesis del t¨²nel submarino, en favor de la entrada por Sants, propuesta al alim¨®n por Fomento y por el Gobierno catal¨¢n. La decisi¨®n tuvo en cuenta que el paso del trazado por el Baix Llobregat y L'Hospitalet se convert¨ªa en la excusa perfecta para cubrir v¨ªas y reconstruir ciudad en zonas como Sants y la Torrassa, El Prat y Cornell¨¤: paisajes urbanos maltratados por la mal llamada historia del urbanismo, porque hay construcciones que la urbanidad no ha respetado y se han realizado con la ¨²nica l¨®gica de la especulaci¨®n y la avaricia.
La pen¨²ltima batalla se dio en el trazado por Barcelona. El Gobierno de la Generalitat sosten¨ªa que deb¨ªa pasar por la calle de Proven?a; Fomento quer¨ªa que el AVE pasara por el t¨²nel ya existente en la calle de Arag¨® y construir uno nuevo para Cercan¨ªas. El Ayuntamiento defend¨ªa que era preferible dejar Cercan¨ªas en Arag¨® y construir un nuevo t¨²nel para el AVE bajo la calle de Mallorca. Esta es la tesis que finalmente se ha impuesto y ha sido aceptada por todas la administraciones, aunque el Ejecutivo catal¨¢n lo haya hecho a rega?adientes.
Ahora la guerra sigue en El Prat. Fomento a un lado, al otro la uni¨®n de las Catalu?as de derechas y de izquierdas.
Puig acudi¨® a defender sus tesis con unos aliados que hubiera preferido como oponentes: socialistas y ecosocialistas (antes comunistas). Pero el Gobierno del PP se resiste. Uno de sus dirigentes cogi¨® uno de los planos que le tend¨ªa Puig 'con poca cortes¨ªa', en palabras de uno de los presentes en la reuni¨®n. 'Con mala leche', seg¨²n otro de lenguaje m¨¢s directo.
'Fomento busca tres cosas', explicaba ayer un diputado socialista, 'dividir la propuesta catalana, como ya hizo en febrero del a?o pasado; ganar tiempo para que sea Piqu¨¦ quien se presente como el m¨¢ximo conseguidor del nuevo orden ferroviario y justificar que no llegue a Barcelona en 2004 traspasando las culpas al Gobierno catal¨¢n'. Y a?ad¨ªa: 'D¨¦mosle la raz¨®n y empecemos de inmediato a trabajar en la nueva propuesta y dejemos de perder el tiempo'.
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