Arthur Miller y Woody Allen llenan la 'ex¨®tica Oviedo' de humor y compromiso
El escritor y el cineasta desentra?an las claves con las que reflejan la condici¨®n humana
A Woody Allen le toc¨® primero rueda de prensa. 'Tengo la sensaci¨®n de no merecer este premio y quiero rendir con ¨¦l un homenaje al cine europeo. Oviedo me parece una ciudad ex¨®tica. Para cualquiera que venga de Nueva York, la ciudad del caos, la confusi¨®n y diez millones de habitantes, le resulta limpia, bonita, antigua, con tan poca gente que es como si no existiera. Hay tantas zonas peatonales y tanto silencio que uno se siente sorprendido. Me marchar¨¦ ma?ana y habr¨¢ sido como un cuento de hadas. Adem¨¢s, con pr¨ªncipe incluido'.
El director estadounidense, Pr¨ªncipe de Asturias de las Artes, empez¨® su intervenci¨®n arremetiendo contra el cine de Hollywood, que 'est¨¢ en uno de sus momentos m¨¢s bajos'. 'Las producciones est¨¢n repletas de banalidades, carecen de inspiraci¨®n, en ellas pesa cada vez m¨¢s la tecnolog¨ªa, y su ¨²nico objetivo es ganar dinero. No es algo nuevo, pero ahora s¨®lo se piensa en los beneficios'. Un poco despu¨¦s, al comentar su reciente presencia en la ceremonia de los Oscar, dijo: 'No me interesan este tipo de premios porque el arte no es ninguna competici¨®n'.
Tambi¨¦n Arthur Miller, premio de las Letras, que sucedi¨® a Allen en el bombardeo de preguntas de los periodistas, insistir¨ªa despu¨¦s en que el teatro que se hace en su pa¨ªs est¨¢ tambi¨¦n sujeto a fuertes intereses comerciales. 'Cualquiera que quiera escribir hoy un drama serio lo pasa mal en todas partes. Pero a la gente le sigue interesando lo que se cuenta en un escenario. Ciudades peque?as, como Minneapolis (donde se acaba de reponer una de mis obras), tienen 40 teatros peque?os que funcionan continuamente. Van entre 60 o 100 personas, y esas cantidades influyen en el estilo de escribir, que se estrecha y se comprime cada vez m¨¢s, y que se hace para repartos de s¨®lo tres o cuatro actores. El gran teatro tr¨¢gico ya no existe, y ¨¦se es uno de los grandes fracasos de la cultura actual'.
Tanto Arthur Miller como Woody Allen tuvieron que lidiar con cuestiones del presente inmediato. 'La televisi¨®n ha cambiado nuestra manera de relacionarnos con el mundo', explic¨® el dramaturgo. 'Todo pasa por la peque?a pantalla e incluso los pol¨ªticos son antes que nada actores. Bush se permiti¨® un momento de confusi¨®n verdadera al sufrir un shock emocional el 11 de septiembre, pero enseguida tuvo que recuperar su papel'.
A Woody Allen se le pregunt¨® sobre el valor del Premio a la Concordia a Daniel Barenboim y Edward Said. 'Cualquier gesto que se haga por la paz es maravilloso. Unir a dos pueblos separados a trav¨¦s de la m¨²sica no es, por otro lado, dif¨ªcil porque los artistas siempre superamos fronteras. Los negros siempre tocaron jazz con los blancos, a pesar de la segregaci¨®n, y los sovi¨¦ticos bailaron con los americanos en plena guerra fr¨ªa. Los problemas de Oriente Pr¨®ximo, por desgracia, tienen que resolverlos los pol¨ªticos porque los artistas no tenemos ning¨²n poder'.
'Vivimos en un mundo saturado de informaci¨®n, de ruido informativo la mayor¨ªa de las veces', coment¨® Miller. 'Todo lo que los medios de comunicaci¨®n nos cuentan ocurre en el presente, en el instante puro, no hay nunca referencias al pasado. Ahora tenemos miedo por las armas que tiene Irak, pero no se dice que nosotros se las administramos. La tarea del intelectual es recuperar el pasado para descubrir cu¨¢l va a ser su relaci¨®n con el presente, y eso es muy dif¨ªcil'.
Tambi¨¦n Allen se refiri¨® a la sucesi¨®n de desastres que aparecen diariamente en los medios, y al gesto, casi insoportable, de pasar las p¨¢ginas por no poder asimilar tanto sufrimiento. 'Todo se resume al final en indiferencia generalizada ante el dolor humano'. Se le pregunt¨® si su obra aborda estas cuestiones. 'Muchas de mis pel¨ªculas son caprichosas, las hago como quien compone una canci¨®n. Como todo ser humano me quedo perplejo ante los grandes problemas de nuestro tiempo y cuando exploro en ellos, finalmente encuentro la fragilidad de la condici¨®n humana ante el vac¨ªo de la existencia'.
Risas
Eso s¨ª, hubo lugar para las risas. El director de cine Gonzalo Su¨¢rez pregunt¨® a Woody Allen un 'dato esencial' tirando de una frase de Manhattan: 'Tras sus gafas de montura oscura, ?sigue existiendo la fuerza sexual de un tigre?'. 'Est¨¢ decreciendo', contesto el cineasta neoyorquino. 'Tengo 66 a?os y sigo teniendo el mismo apetito, hago ejercicio y tomo vitaminas, pero mis oportunidades se han encogido. Cuando finalmente he alcanzado una etapa en que me encuentro aceptable, mis opciones han disminuido. Ojal¨¢ me hubiera pasado a los 21 a?os, pero no ocurri¨® as¨ª'.
Miller, que acaba de cumplir 87 a?os, reconoci¨® que, ahora y como siempre, los mejores momentos los pasa escribiendo. Ha terminado Resurrection Blues, una nueva pieza teatral que calific¨® de 's¨¢tira pol¨ªtica en torno a la revoluci¨®n y la publicidad'. 'Se desarrolla en un pa¨ªs an¨®nimo de Latinoam¨¦rica, que vive desde hace 38 a?os en situaci¨®n revolucionaria y en el que surge un l¨ªder al que los campesinos consideran un nuevo Jesucristo. Es capturado por la Junta, que decide no fusilarlo porque es algo ya muy visto en televisi¨®n. As¨ª que optan por crucificarlo y por negociar con una agencia publicitaria la posibilidad de emitir anuncios durante la retransmisi¨®n de su agon¨ªa en la cruz'.
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