'No soy un hipocondriaco'

Woody Allen provoc¨® ayer un aut¨¦ntico delirio en el teatro Jovellanos de Gij¨®n, donde tras la proyecci¨®n de su pel¨ªcula Manhattan mantuvo un coloquio con los m¨¢s de 800 admiradores que abarrotaban la sala. Aplaudieron cuando el cineasta espa?ol Gonzalo Su¨¢rez present¨® el filme y volvieron a aplaudir cuando acab¨® y se rompieron las manos cuando Allen apareci¨® en el escenario, con un decorado detr¨¢s hecho con archivadores que imitaban el sky line de Nueva York.

El director, escritor, guionista, actor y m¨²sico estadounidense se enroll¨® de maravilla con las cuestiones que le plantearon. Cuando un joven le pregunt¨® si nunca hab¨ªa pensado interpretar el papel de un psicoanalista en lugar de un hipocondriaco, ¨¦l se r¨ªo alegremente y dijo: 'La gente cree que soy un hipocondriaco, pero no lo soy. Un hipocondriaco es alguien que cree que est¨¢ enfermo. Y yo lo que en realidad soy es un alarmista. Si me hago un corte en el dedo, pienso que va a ser algo terrible, que voy a tener un c¨¢ncer o un infarto, pero lo cierto es que tengo una herida de verdad en el dedo'.

Allen, en cambio, se impacient¨® bastante con Gonzalo Su¨¢rez, cuando intent¨® charlar con ¨¦l. El director espa?ol hizo algunos chistes. '?Pero cu¨¢l es la pregunta?', dijo el cineasta norteamericano. '?Hay vida m¨¢s all¨¢ del cine?'. '?Sin el cine y sin la literatura, c¨®mo ser¨ªa posible la vida?', insisti¨® Su¨¢rez. Por dos veces m¨¢s, Allen repiti¨® pero cu¨¢l es la pregunta. Al final afirm¨®: '?Ah!, ya lo pillo', y respondi¨® secamente: 'El cine es un trabajo, no es lo ¨²nico que me importa. No siento que el cine sea la vida. Hay muchas cosas m¨¢s que me gustan como el jazz o el baloncesto. Si volviera a nacer, quiz¨¢ me plantear¨ªa lo del cine'.

A partir de ah¨ª se dedic¨® con entusiasmo a los admiradores. Habl¨® con ellos de las diferencias entre el cine y los espectadores en EE UU y en Europa; del jazz; de cu¨¢nto le gust¨® la ¨²ltima pel¨ªcula de Almod¨®var, que vio justo antes de viajar a Asturias. De c¨®mo conserva la misma capacidad de emocionarse que cuando era un chico. 'Pensar que ma?ana estar¨¦ con Arthur Miller es como un sue?o'.