Los sue?os cumplidos de Arthur Miller
Carlos Fuentes destaca la altura moral, pol¨ªtica y literaria del dramaturgo estadounidense
'Mi teatro est¨¢ hecho de detalles, de peque?os gestos. Me interesan las peque?as cosas que ocurren en la relaci¨®n entre las personas. Vemos los grandes problemas de una manera abstracta, pero cuando te acercas a las personas ves que est¨¢n sufriendo, y eso es lo que he querido reflejar en mi obra'. Arthur Miller conquist¨® desde la primera pregunta que se le plante¨® en el paraninfo de la Universidad de Oviedo, en el que j¨®venes y no tan j¨®venes participaron con entusiasmo y elevado nivel en el coloquio que puso fin a cuatro intensos d¨ªas de encuentros, conferencias y ruedas de prensa de los Premios Pr¨ªncipe de Asturias.
?Hay ahora en Estados Unidos con el Gobierno de Bush el mismo control que hubo durante la ¨¦poca de McCarthy? 'No', contest¨® rotundamente el dramaturgo. 'No existe control gubernamental respecto a lo que se escribe y se publica, lo que s¨ª hay es una campa?a de la Administraci¨®n para persuadir a la gente de que comparta sus puntos de vista, y en esa campa?a se hacen afirmaciones falsas. Grandes peri¨®dicos, como The New York Times, The Washington Post o Los Angeles Times, denuncian cada semana esas mentiras, lo que no ocurre con las televisiones, que s¨ª son utilizadas y orientadas para convencer a los ciudadanos de las posiciones del Gobierno'.
'Siempre so?¨¦ con ser un dramaturgo y lo soy. Pero no olvido los fracasos del camino'
Miller, preguntado sobre si escribir¨¢ sobre la situaci¨®n que se vive actualmente tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo, dijo: 'Necesito muchos a?os para escribir mis obras y, de momento, no entra en mis planes, pero nunca se sabe; quiz¨¢, dentro de dos d¨ªas o de seis meses se me ocurrir¨¢'. Cuando se insisti¨® sobre su trabajo, record¨® que ha terminado recientemente una pieza de teatro, Resurrection Blues. Tambi¨¦n estoy escribiendo una serie de narraciones breves y lo que pienso hacer luego es darme un buen paseo'.
Uno de los personajes de una obra de Miller afirma refiri¨¦ndose a otro: 'Tuvo sue?os equivocados, totalmente equivocados'. ?Tuvo Miller sue?os equivocados? ?Se cumplieron sus sue?os?, le preguntaron. 'Siempre so?¨¦ con ser un dramaturgo, y lo soy. Antes tuve otros, pero todos contribuyeron a que me convirtiera en un autor dram¨¢tico. Los he cumplido hasta tal punto que sigo escribiendo obras que nadie quiere producir. Puedo decir que he realizado todos mis sue?os, aunque no hay que subestimar todos los fracasos del camino. Para ser dramaturgo hace falta tener mucha confianza y mucha fuerza para continuar, para mantenerte, para seguir adelante'.
El escritor mexicano Carlos Fuentes present¨® a Miller antes de que ¨¦ste iniciara su charla con el p¨²blico. Fuentes record¨® una fotograf¨ªa de 1981 en la que aparecen varios miles de parisinos marchando hacia el Pante¨®n. 'Entre la multitud destaca un hombre m¨¢s alto que cualquier otro. Quienes le conocen pueden identificar con facilidad a Arthur Miller, la cabeza descubierta en la tarde tormentosa, el impermeable arrojado sobre un hombro, los anteojos firmemente colocados en el perfil digno de las monumentales esculturas presidenciales del monte Rushmore'. 'Pero la gran altura f¨ªsica de Miller, me dije a su lado aquel d¨ªa de mayo en Par¨ªs y lo repito este d¨ªa de octubre en Oviedo, s¨®lo es comparable a su enorme altura moral, pol¨ªtica y literaria', prosigui¨® Fuentes. 'Nada lo ha rebajado. Ni la tragedia personal. Ni el desaf¨ªo pol¨ªtico. Ni la moda intelectual'.
'Cuando mi fe en la gran naci¨®n norteamericana se resquebraja, me basta voltear la mirada hacia Arthur Miller para renovarla', afirm¨® Fuentes. 'La espl¨¦ndida obra teatral de Miller, toda ella, es una propuesta humana incluyente, un llamado a prestarle atenci¨®n y darle la mano, precisamente, a quienes no son como t¨² y yo, a los hombres y mujeres que, gracias a su diferencia, completan nuestra propia identidad'.
El escritor mexicano habl¨® de Todos mis hijos, Las brujas de Salem, La muerte de un viajante, Panorama desde el puente, Despu¨¦s de la ca¨ªda. 'Con ellas nos ha hecho sentir que los dilemas de los hombres y mujeres de Norteam¨¦rica son nuestros, compartidos por un mundo al que Miller le dice: tambi¨¦n hay una Am¨¦rica herida en su humanidad, como lo est¨¢is todos vosotros, nuestros hermanos'.
Fuentes, que llam¨® al dramaturgo cari?osamente Arturo, cit¨® al escritor estadounidense William Styron. 'Dice que Arthur Miller es el Abraham Lincoln de la literatura norteamericana. Yo digo que es un Quijote en el gran escenario del mundo, prob¨¢ndonos una y otra vez que los molinos son gigantes y que la imaginaci¨®n humana, si no puede por s¨ª sola cambiar al mundo, s¨ª puede, siempre puede, fundar un mundo nuevo y, con esperanza, un mundo mejor'.
'Me gustar¨ªa que todo lo que ha dicho Carlos Fuentes fuera cierto', agradeci¨® el dramaturgo.
Arthur Miller (Nueva York, 1915) mostr¨® durante todo el coloquio una gran claridad mental y un enorme sentido del humor. Y dej¨® muy claro que el impacto de las nuevas tecnolog¨ªas en el mundo del libro no le quita el sue?o. 'No puedo imaginarme leyendo una novela de 1.000 p¨¢ginas en Internet. Siempre lo har¨¦ sentado en un buen sill¨®n y, por tanto, la influencia de las nuevas tecnolog¨ªas sobre la literatura no me preocupa lo m¨¢s m¨ªnimo. Lo que s¨ª me preocupa son los nuevos h¨¢bitos de contar historias que han surgido por las exigencias de inmediatez de la televisi¨®n y el v¨ªdeo. Cada vez es m¨¢s dif¨ªcil desarrollar una gran historia, todo se reduce a breves telegramas. Si todo queda miniaturizado en p¨ªldoras, se pierde la capacidad de tratar grandes temas, cuestiones complejas. No se puede contar todo a trav¨¦s de las im¨¢genes y lo que, finalmente, est¨¢ ocurriendo es que la gente pierde cada vez m¨¢s la concentraci¨®n para abordar desarrollos m¨¢s sofisticados'.
Falt¨® tiempo para todas las preguntas que quisieron hacerle y Miller habl¨® de lo divino y de lo humano. Incluso se permiti¨® ser optimista respecto al conflicto entre Estados Unidos e Irak. 'Soy optimista porque he estado demasiado tiempo decepcionado. La verdad es que no creo que Estados Unidos ataque a Irak. Cuando se realicen las elecciones al Congreso en noviembre, el tema de Irak desaparecer¨¢ de los peri¨®dicos. Pese a lo complicado de la situaci¨®n, tengo esperanzas de que no pase nada terrible'.
La tortura del autor de teatro
En el paraninfo se habl¨® de todo, pero los asistentes se mostraron especialmente interesados por el teatro. Uno de ellos pregunt¨® a Arthur Miller qu¨¦ opinaba sobre la adaptaci¨®n de sus obras para la pantalla grande. 'He adaptado mis trabajos en muy pocos casos, y cuando lo he hecho ha sido porque pensaba que en el cine se pueden hacer cosas que no se pueden hacer en el teatro', respondi¨®. 'Por ejemplo, en la versi¨®n cinematogr¨¢fica de Las brujas de Salem, en el cine s¨ª se puede llenar una iglesia con gente hist¨¦rica. Pero, sea c¨®mo sea, no suelo adaptar mis obras, porque destruir lo que tanto me ha costado montar es un proceso muy doloroso. Es mejor que eso lo hagan otros'.Si a Miller no le gusta adaptar sus obras para el cine, verlas representadas tambi¨¦n puede convertirse en una pesadilla. 'Ser dramaturgo es, en cierto sentido, una gran tortura con la que hay que tener mucha paciencia. Si se fija usted, a m¨ª me ha hecho perder casi todo el pelo. Es muy dif¨ªcil que los personajes que uno ha imaginado puedan corresponderse en la realidad con los actores que realmente existen, as¨ª que es un problema sin soluci¨®n y, finalmente, uno se resigna a que se conserve el esp¨ªritu de la obra. Alguna vez encontr¨¦ un actor que verdaderamente representaba al personaje que yo hab¨ªa inventado, pero entonces suced¨ªa lo peor: el actor enferm¨® poco antes del estreno y hubo que sustituirlo por otro que estaba en el paro. Y el caso es que si estaba en paro es porque merec¨ªa estar en paro'.
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