FIAC 2002: dudas, calidad y sorpresas
La feria de arte contempor¨¢neo de Par¨ªs lucha con los disidentes y la crisis a base de seducci¨®n
?El arte contempor¨¢neo sirve de refugio a los inversores? Hay respuestas para todos los gustos, y no ser¨¢ la 29? edici¨®n de la parisina FIAC (Feria Internacional de Arte Contempor¨¢neo) la que clarifique el debate. De entrada, la FIAC lucha incluso con un sal¨®n alternativo, el Art Paris, en el que se han reagrupado algunas grandes galer¨ªas y una mayor¨ªa conservadora.
'La FIAC dice ser sobre todo una iniciativa destinada a favorecer la creaci¨®n art¨ªstica. Pero la prioridad de una feria es vender', dicen los disidentes en esta edici¨®n. Enfrente tienen una estrategia de seducci¨®n cara y bien rodada: 'Nosotros ofrecemos el derecho a una visita previa a cinco personas escogidas por cada galer¨ªa e invitamos a cien coleccionistas de todo el mundo', precisa V¨¦ronique Jaeger, directora art¨ªstica de la FIAC, para demostrar su voluntad de atraer compradores.
Lo cierto es que si en la lista del Art Sales Index se ve que el volumen de transacciones ha ca¨ªdo, entre el primer semestre de 2001 y el primero de 2002, en un 14%, Artprice subraya que el valor de las obras de arte ha aumentado un 15% entre abril del 2000 y el de este a?o. Y The Art Newspaper especifica que el n¨²mero de ventas superiores al mill¨®n de libras fue de 231 en 2001 mientras se queda en 186 en 2002. Artprice ve siempre el vaso medio lleno y subraya que tambi¨¦n hay menos obras que salen a subasta, que eso reduce la cantidad de invendidos y aumenta los precios.
La FIAC privilegia la contemporaneidad absoluta. La franco-alemana Mathilde ter Heijne atrae a los visitantes con una mu?eca muy realista que no cesa de repetir que ella se niega 'a tener un ni?o, a acostarse con un hombre casado, a ser ignorada, a lavar la vajilla'. El barcelon¨¦s Jordi Colomer sorprende con su v¨ªdeo en la galer¨ªa Michel Rein. Otras, como la madrile?a Guillermo de Osma, han optado por el eclecticismo -Barcel¨®, T¨¤pies, Oscar Dom¨ªnguez, Julio Gonz¨¢lez, Torres-Garc¨ªa, Chillida-, mientras la Marlborough defiende la coherencia de grupo -Bacon, Freud, Jacklin y Conroy- y Lelong privilegia la especialidad -escultores como Chillida o Plensa-. Otras muchas juegan la carta de la exposici¨®n monogr¨¢fica -Contini con el impresionante Zoran Music; Guy Pieters con los 'embalajes' de Christo; Aurel Scheibler con el narcisismo cr¨ªtico del estadounidense-cubano Anthony Goicolea-, mientras Claude Bernard resucita a Maurice Est¨¨ve y tambi¨¦n a la Escuela de Par¨ªs.
El conjunto es impresionante y da una imagen muy aproximada de la creaci¨®n contempor¨¢nea, con la irrupci¨®n de creadores orientales surgidos de tradiciones distintas -el japon¨¦s Yoshitaka Amano, el chino Chiej Jen Chen-, que parecen desplazar el centro de gravedad del arte.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.