Un hist¨®rico en peligro
Casi 70 millones de euros en deudas amenazan a una UD Las Palmas en puesto de ascenso
Un representante de la plantilla, los t¨¦cnicos y el personal se sentar¨¢ en las reuniones del consejo de administraci¨®n de la UD Las Palmas para seguir de cerca la grav¨ªsima crisis econ¨®mica del club y ser part¨ªcipe de las decisiones. Esta medida es parte de un acuerdo en el que los distintos estamentos se unen como una sola fuerza. Llega despu¨¦s de que los jugadores reanudaran los entrenamientos.
El consejo que preside el economista Luis Gonz¨¢lez desde junio cerr¨® una etapa de seis a?os en los que los empresarios Germ¨¢n Su¨¢rez, Eustasio L¨®pez, ?ngel Luis Tadeo y Jos¨¦ Abraham Dom¨ªnguez, aglutinados en la sociedad Gerencia Deportiva, se hicieron cargo de un club totalmente saneado al participar con 4,8 millones de euros en una ampliaci¨®n de capital. L¨®pez y Tadeo no volvieron a acudir a ninguna posterior.
El uso inmobiliario de la parcela del estadio Insular, propiedad del Cabildo, tel¨®n de fondo
El Cabildo de Gran Canaria cancel¨® en 1996 una deuda de 2,4 millones de euros con un cr¨¦dito que termin¨® de pagar en 2001. ?sa fue la condici¨®n que pusieron los cuatro grandes accionistas para tomar el mando. Nadie pensaba entonces que la gesti¨®n de estos potentes empresarios llevar¨ªa a la UD a una deuda de casi 70 millones de euros, 18 de ellos a corto plazo, que hoy amenaza su existencia. Y nadie sospechaba que devolver¨ªan el club sin asumirla.
El inter¨¦s por ascender a la Primera Divisi¨®n dispar¨® los presupuestos por encima de las posibilidades. El consejo confi¨® en el ex director general Sabino L¨®pez la batuta. Su fichaje ven¨ªa avalado por sus buenas relaciones con la Federaci¨®n Espa?ola y la Liga Profesional, adem¨¢s de por su participaci¨®n en la reconversi¨®n de los clubes en sociedades an¨®nimas deportivas. Su intervenci¨®n directa en todos los ¨¢mbitos del club y su lealtad a Su¨¢rez le llevaron a asumir tambi¨¦n el cargo de consejero hace tres a?os.
Su¨¢rez y Tadeo protagonizaron las tres temporadas m¨¢s deficitarias (1996-97, 1997-98 y 1998-99) con multitud de fichajes de escaso rendimiento. Desde 1996 hasta la temporada pasada a la UD llegaron 54 futbolistas no canarios, el Mallorca pag¨® la cl¨¢usula de rescisi¨®n de Valer¨®n (1,8 millones de euros) gracias a la desidia del club ante sus peticiones de renovaci¨®n y Manuel Pablo form¨® paquete con Flores en un traspaso al Deportivo que nadie sabe qu¨¦ ganancia dej¨®. Y el equipo segu¨ªa en Segunda.
Una nueva ampliaci¨®n de capital de 6 millones de euros aument¨® el consejo y elev¨® a Manuel Garc¨ªa Navarro, el presidente del ascenso y la permanencia. Pero, a pesar de los ¨¦xitos deportivos, sus desavenencias con L¨®pez le costaron el cargo. Paradojas de la vida. En una junta general present¨® una alternativa presidida por el mismo consejero, ?ngel Marrero, que la oficial, pero en la que se prescind¨ªa del director general y otros dos consejeros. Garc¨ªa Navarro y Marrero salieron derrotados y abandonaron. Luis Sicilia, el presidente del descenso, le relev¨®. L¨®pez segu¨ªa siendo consejero y director general. Los ¨²nicos comprometidos con la financiaci¨®n del club desde 1999 eran Su¨¢rez y Garc¨ªa Navarro. Sin ¨¦ste, se cerr¨® el grifo.
Desde hace dos a?os el consejo clama por el arrope institucional. El Cabildo ha sido el ¨²nico en acudir a esa llamada con el traslado al nuevo estadio como tel¨®n de fondo. Parte del anterior consejo, ligado a la construcci¨®n, ha defendido que la parcela del Insular, tambi¨¦n propiedad del Cabildo, se utilice para una explotaci¨®n inmobiliaria en beneficio, dicen, de la UD. As¨ª pretend¨ªan enjugar la deuda. Varios medios de comunicaci¨®n han apuntado que el hundimiento del club tenga como fin el negocio de la parcela, algo que niegan los accionistas. Todos los partidos pol¨ªticos rechazan esa f¨®rmula. Consideran que el futuro del ¨¢rea debe atender a las necesidades de los ciudadanos y su plusval¨ªa canalizarse hacia el erario p¨²blico.
Con este panorama llegaron al consejo siete profesionales, aglutinados por el Cabildo, que han empleado sus cuatro meses de mandato en pagar o negociar deudas antiguas y reducir a la tercera parte el coste de una plantilla que, sin embargo, ofrece, al menos por ahora, resultados insospechados.
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