Hasta que el Ej¨¦rcito nos separe
Cada vez hay m¨¢s matrimonios entre militares, pero la relaci¨®n resulta complicada porque no se favorece la agrupaci¨®n familiar

Ana y Daniel se conocieron arrastr¨¢ndose por el barro, haciendo largas marchas con macutos cargados hasta los topes, sin ducharse durante d¨ªas y durmiendo en el suelo. Fue durante la instrucci¨®n, tras ganar las oposiciones al Ej¨¦rcito, donde trabajan, ella en el Cuerpo Jur¨ªdico, y ¨¦l en Sanidad. 'Te pasas cuatro meses pegada a tus compa?eros desde las siete de la ma?ana y en unas condiciones muy duras. As¨ª que algo siempre surge. Todas las parejas de mi promoci¨®n se formaron entonces', relata ella.
Ahora, adem¨¢s, est¨¢n casados.Pero por su trabajo no pueden cumplir con la obligaci¨®n de vivir juntos que impone el C¨®digo Civil al matrimonio. Daniel vive en Madrid, de donde proceden los dos, mientras ella est¨¢ destinada en una ciudad del sur de Espa?a. Y no hay ning¨²n precepto de la legislaci¨®n militar que favorezca la reagrupaci¨®n familiar, como ocurre con el resto de los funcionarios de la Administraci¨®n del Estado.
'Cuando logre vivir con mi marido, por antig¨¹edad, no tendr¨¦ edad de tener hijos'
'Cuando por antig¨¹edad, dentro de 10 a?os, consiga volver a Madrid, ya no tendr¨¦ edad de tener hijos', dice Ana, que se pasa la vida solicitando todas las plazas que salen para la capital. 'Y me puedo considerar una afortunada, porque puedo ver a mi marido los fines de semana. Pero tengo compa?eros que cada uno est¨¢n en una punta de Espa?a'. Vivir separados supone, adem¨¢s, financiar dos vidas, viajes y, sobre todo, dos casas, lo que a menudo no es f¨¢cil, sobre todo entre los soldados de tropa y mariner¨ªa, que tienen los sueldos m¨¢s bajos. Problemas que se agravan cuando hay hijos por medio.
El matrimonio entre militares era hasta hace poco poco frecuente. Pero una de las mayores consecuencias de la incorporaci¨®n de la mujer al Ej¨¦rcito -son ya 11.193- ha sido precisamente el aumento de las parejas. Casi el 90% de las mujeres que acuden a la Oficina del Defensor del Soldado 'tienen una relaci¨®n sentimental en su misma unidad', seg¨²n explica Alberto P¨¦rez, responsable del gabinete jur¨ªdico de dicha asociaci¨®n. 'Y es normal, porque es un tipo determinado de mujer y lo l¨®gico es que encuentre un hombre con los mismos intereses en ese ambiente. Adem¨¢s, entran a una edad en la que todav¨ªa no han formado pareja'.
Aunque no existen datos de cu¨¢ntos matrimonios y parejas de hecho hay en el Ej¨¦rcito -un portavoz de la instituci¨®n indic¨® que esa informaci¨®n afecta a la intimidad de los soldados-, los propios militares reconocen que cada vez hay m¨¢s y que aumentar¨¢n. As¨ª se ha puesto de manifiesto esta semana durante las Jornadas sobre la Mujer en las Fuerzas Armadas, organizadas por el Ministerio de Defensa y el de Trabajo y Asuntos Sociales, en las que muchos de los ponentes se hicieron eco de esta situaci¨®n. Sobre todo, porque est¨¢ propiciando situaciones que afectan a la conciliaci¨®n del trabajo y la familia.
'Especialmente dif¨ªcil es la situaci¨®n en la que los dos c¨®nyuges est¨¢n embarcados, que empieza a darse con frecuencia', explicaba el capit¨¢n de nav¨ªo Manuel Taboada, de la Direcci¨®n de Reclutamiento y Motivaci¨®n de la Armada. 'Hace poco, dos marineros debieron embarcar simult¨¢neamente y, puesto que la familia de ambos no viv¨ªa en Rota [C¨¢diz], su hijo se quedaba pr¨¢cticamente en el embarcadero. El reglamento de destinos no contempla esta situaci¨®n y hasta ahora se ha optado por tratar cada caso individualmente. En ¨¦ste, se decidi¨® desembarcar a uno de los dos c¨®nyuges'. Taboada se?al¨® adem¨¢s que hasta el pasado martes se hab¨ªan producido 11 casos de parejas en esta situaci¨®n.
'Se ha comprobado que, cuando los dos c¨®nyuges son militares, surgen m¨¢s problemas. Y se suelen solucionar cuando ambos tienen destino en la misma ¨¢rea geogr¨¢fica', explica el coronel Gonzalo Brunete, de la Direcci¨®n de Gesti¨®n de Personal del Ej¨¦rcito del Aire. Aunque no siempre. Una oficial de su ej¨¦rcito, destinada en la base de Torrej¨®n de Ardoz (Madrid), explicaba la semana pasada su experiencia, que resume los problemas m¨¢s habituales. 'Estoy casada con un piloto y tengo una ni?a de 16 meses. Tras el embarazo, no se me otorg¨® el derecho de reducci¨®n de jornada por lactancia. Adem¨¢s, mi marido vuela a menudo, y queda sobre m¨ª el peso del cuidado de la ni?a. A veces tengo que hacer guardias de 24 horas, durante las que no me puedo ocupar de ella. Y si alguna vez llegan a aplicarnos el reglamento de destinos, ?d¨®nde deber¨ªamos vivir?, ?con qui¨¦n vivir¨¢ la ni?a? Es muy duro decirlo, pero un embarazo es un castigo en mi unidad'.
Lo que menciona es el escollo a la convivencia familiar que pone el reglamento de destinos, cuando obliga a cesar en un destino por tener parentesco, ser c¨®nyuge 'o tener an¨¢loga relaci¨®n de afectividad' con otro militar de la misma unidad con el que haya una relaci¨®n de subordinaci¨®n. En la pr¨¢ctica, conlleva que en aquellos lugares donde no hay m¨¢s que una unidad, la pareja se separa de por vida.
Esta norma est¨¢ recurrida ante el Tribunal Supremo por la Asociaci¨®n de Militares Espa?oles (AME), que adem¨¢s ha pedido la suspensi¨®n de sus efectos mientras se decide. Manuel Garc¨ªa Campos, director del gabinete jur¨ªdico de esa asociaci¨®n, insiste en que supone un ataque a la uni¨®n familiar, protegida por la Constituci¨®n. 'El marido y la mujer militares est¨¢n condenados a no compartir nunca destino. Adem¨¢s, prima a las parejas de hecho en perjuicio del matrimonio porque ¨¦ste no se puede ocultar y se dar¨¢n casos en los que, para evitar la separaci¨®n, la pareja renunciar¨¢ al matrimonio y tratar¨¢ de disimular su relaci¨®n', asegura.
Carmen S¨¢nchez, que representa al PSOE en la Comisi¨®n de Defensa del Congreso, cree que la situaci¨®n de los matrimonios se podr¨ªa resolver con planificaci¨®n -'buscando plazas para el c¨®nyuge cesado en la unidad m¨¢s cercana'- y si hubiera un n¨²mero suficiente de personas en la plantilla del Ej¨¦rcito. 'Pero en el fondo es un c¨ªrculo vicioso, porque las plazas no se cubren porque hay muchas bajas, que precisamente se producen porque los militares se encuentran con esos problemas, que les impiden llevar su vida personal sin obst¨¢culos derivados del trabajo'.
La soluci¨®n la resume un coronel del Aire, quien recurr¨ªa a una vieja m¨¢xima del Ej¨¦rcito: 'Nunca hay que olvidar que reclutamos al individuo, pero enganchamos a su familia'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
