'Zapa', en Vista Alegre
El domingo, en la plaza de Vista Alegre, Rosa Mar¨ªa Sard¨¢, en la mejor tradici¨®n taurina, decidi¨® poner un nombre art¨ªstico a Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en el acto de su proclamaci¨®n como cabeza de las candidaturas del partido socialista para las elecciones generales de 2004 y le asign¨® el de Zapa, con el que enseguida entraron en resonancia las gentes de las Juventudes situadas detr¨¢s de la tribuna all¨ª erigida. Con el aforo desbordado hasta la bandera y en un clima de reencuentro con las ilusiones perdidas, la ma?ana sirvi¨® para calentar a la militancia venida de toda Espa?a para respaldar a un secretario general que se esforzaba en serlo de todos, que buscaba en el pasado est¨ªmulos y aseguraba, tras haber aprendido la lecci¨®n de anteriores errores, que 'no puede haber ni un solo aprovechado en nuestras filas'. Pero ocurre que la distancia entre los compromisos de aversi¨®n a los aprovechateguis y los casos aparecidos de s¨²bito enriquecimiento a trav¨¦s de la cosa p¨²blica suele evaporarse por la presi¨®n ambiental cuando se trabaja con material humano, que siempre es corruptible porque seguimos sin lograr el hombre nuevo y despu¨¦s del episodio de la manzana nos mantenemos en el estado de naturaleza ca¨ªda. Adem¨¢s, los l¨ªderes rara vez llegan indemnes al liderazgo, y si alguna vez consienten en la recepci¨®n de ayudas esp¨²reas por estimarlas necesarias, tienen despu¨¦s que atender las facturas. Recordemos, por ejemplo, cu¨¢nta solemnidad del Partido Popular en detestar las corrupciones socialistas y en garantizar al electorado un comportamiento diferente. Pero despu¨¦s, el aznarismo ha rehusado la constituci¨®n de comisiones de investigaci¨®n en el Congreso y se ha opuesto a las comparecencias solicitadas de los elevados por el Gobierno a la presidencia de las empresas p¨²blicas justo antes de su salida a Bolsa.
?Qu¨¦ ha quedado, sin ir m¨¢s lejos, de aquella doctrina Gallard¨®n, proclamada en 1999, cuando las pr¨®speras actividades del veterano concejal de Obras del Ayuntamiento de Madrid, Enrique Villoria? ?Es que se ha derogado el principio a tenor del cual las conductas de los servidores p¨²blicos, adem¨¢s de adecuarse a la legalidad, deben inscribirse en niveles de autoexigencia superiores a los habituales en otros ¨¢mbitos como el del mundo de los negocios? ?Por qu¨¦ nuestro actual Gobierno ha regresado al criterio, que tanto denostaba cuando ejerc¨ªa la oposici¨®n, de sostener en sus puestos a los altos funcionarios, incluso una vez imputados, procesados o condenados en primera instancia, aferr¨¢ndose a la presunci¨®n de inocencia cuando antes del 96, para medir a sus adversarios en el poder, s¨®lo invocaba la presunci¨®n de culpabilidad?
Retornan los argumentos a favor de Aznar, de su honradez inmaculada pese a que algunos desaprensivos le hayan podido traicionar. Pero dejar inc¨®lume al presidente significar¨ªa ignorar la imposibilidad de su salvaci¨®n personal porque quien gobierna debe responder tambi¨¦n de la honradez de sus equipos y proceder a depurarlos al primer s¨ªntoma, sin brindarles la gracia del encubrimiento. As¨ª que Zapatero debe contar con que sus equipos son tambi¨¦n biodegradables y mantenerse alerta en una saludable desconfianza ahora que las expectativas empiezan a favorecer el surgimiento de nuevas adhesiones.
Vista Alegre puede haber marcado la divisoria de las aguas, por decirlo en expresi¨®n de Clausewitz. Veamos algunos ejemplos. El 25 de abril portugu¨¦s escarment¨® al r¨¦gimen franquista y lo fractur¨®. De una parte quedaron los integristas del bunker, dispuestos a garantizarse por la fuerza la continuidad, y de otro, los madrugadores del reformismo, adelantados para evitar una ruptura que tem¨ªan se har¨ªa a su costa. Las postrimer¨ªas de Adolfo Su¨¢rez escindieron el campo de la derecha entre los resistentes y los avisados cooperantes deseosos de minimizar los da?os saludando el inevitable porvenir de Felipe Gonz¨¢lez. A partir del 93, cuando el eclipse del anterior l¨ªder socialista, algunos de sus apoyos buscaron aguas m¨¢s c¨¢lidas, igual que ahora se abre un nuevo turno para el pragmatismo. Atentos.
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