EE UU y Francia tratan de presentar una resoluci¨®n conjunta sobre Irak al Consejo de Seguridad

P¨¢rrafo por p¨¢rrafo, l¨ªnea por l¨ªnea, EE UU y Francia trataban ayer de redactar una resoluci¨®n sobre Irak que pueda obtener el respaldo un¨¢nime del Consejo de Seguridad de la ONU. Tras mes y medio de negociaciones todo sigue en el aire. Si se alcanza un compromiso, es posible que se retrase la votaci¨®n hasta la semana que viene. Si no hay acuerdo, Washington se arriesgar¨¢ a presentar unilateralmente su texto, confirmando la crisis diplom¨¢tica y la irrelevancia del Consejo en la nueva guerra del Gobierno estadounidense.

'Esperamos que las diferencias no se resuelvan de manera abrupta y que haya lugar a compromiso', dijo ayer Adolfo Aguilar Zinser, embajador de M¨¦xico ante la ONU y uno de los diez miembros no permanentes del Consejo de Seguridad. 'Queremos un texto que no sea un pretexto para la guerra'.

Las discusiones se han reducido a puntos, comas y palabras. Los franceses no descartan incluir la frase 'serias consecuencias', que tanta alarma despert¨® entre los miembros, pero la han relegado al final del texto para restarle importancia. Tambi¨¦n acceder¨ªan a incluir otra de las f¨®rmulas m¨¢s pol¨¦micas, la que asegura que Irak 'est¨¢ en violaci¨®n patente' de las resoluciones de la ONU, si se aclara que el Consejo tiene la ¨²ltima palabra y la decisi¨®n de un ataque.

El jefe de los inspectores, Hans Blix, respald¨® el lunes la idea de una resoluci¨®n contundente. 'Ser¨ªa aconsejable que Irak entendiera que si no coopera, el Consejo reaccionar¨¢', dijo Blix tras comparecer ante los Quince. El responsable de la agencia de desarme (UNMOVIC, en ingl¨¦s) pidi¨® retrasar el ultim¨¢tum de 30 d¨ªas impuesto a Bagdad para que informe sobre su arsenal, un plazo demasiado corto para comprobar la existencia de armas qu¨ªmicas.

Cada bando ha empezado a contar a sus aliados. Se necesitan nueve votos para aprobar un texto. En este caso, un aprobado raspado ser¨ªa un fracaso diplom¨¢tico que profundizar¨ªa las divisiones entre los aliados.

S¨®lo cuatro pa¨ªses, Colombia, Noruega, Bulgaria y Singapur, han asegurado que respaldar¨¢n a EE UU. M¨¦xico, cuyo apoyo el presidente George W. Bush pensaba ganarse este fin de semana tras un encuentro con su hom¨®logo Vicente Fox, se ha decantado por la propuesta francesa. Par¨ªs parece contar con los votos necesarios, pero prefiere buscar una soluci¨®n consensuada y ha asegurado que, en caso de crisis, no usar¨¢ su veto.

Adem¨¢s, enfrentarse a EE UU puede costar muy caro. En noviembre de 1990 s¨®lo dos miembros del Consejo votaron en contra de expulsar a las fuerzas iraqu¨ªes de Kuwait: Yemen y Cuba. Como record¨® recientemente The Washington Post, tras la votaci¨®n, un diplom¨¢tico estadounidense advirti¨® al embajador yemen¨ª que iba a resultar un voto 'muy caro'. Unos d¨ªas m¨¢s tarde, el Gobierno estadounidense rescind¨ªa un paquete de ayuda de 70 millones de d¨®lares.

No s¨®lo se trata de guerras; la credibilidad del Consejo tambi¨¦n est¨¢ en juego. Nadie quiere que se repita el bochornoso precedente de 1998, cuando los 15 miembros se enteraron por la CNN del bombardeo brit¨¢nico-estadounidense sobre Irak, o de 1999, cuando EE UU no esper¨® la decisi¨®n de la ONU para iniciar su campa?a militar en Kosovo. Naciones Unidas nunca ha sido muy popular en Washington. El presidente Bush lo subray¨® de nuevo el pasado lunes al asegurar que Sadam Husein estaba 'ridiculizando' al Consejo.