Mosc¨², teatro de terror

M¨¢s de setecientas personas son secuestradas en un teatro de Mosc¨². ?Qu¨¦ dir¨ªa Ch¨¦jov, o Stanislavski, o Gorki o tantos grandes artistas rusos, ante tal situaci¨®n?

El teatro, un arte para transformar la humanidad, para divertirla, para hacerla mejor, se convierte en un espacio donde se estrenan las mayores de las crueldades y vejaciones humanas. ?Qu¨¦ pasa con nuestro mundo, qu¨¦ pasa con el brutal desprecio a la vida humana? Han muerto muchos rehenes v¨ªctimas del gas letal que utiliz¨® el comando ruso para rescatar a los secuestrados, y para hacerlo han usado una terrible arma qu¨ªmica: no huele, no se siente, no se nota, y cuando acuerdas, la tienes dentro y provoca v¨®mitos y muerte en personas con algunas insuficiencias vitales.

Han muerto casi todos los terroristas, y con ellos, muchas personas cuyo ¨²nico delito fue ir a ver y disfrutar de este arte tan escaso: el teatro. Desde aqu¨ª, mi dolor por esas personas y mi protesta por la operaci¨®n rescate; no se puede agredir de esa manera, con esa sofisticaci¨®n, envenenando a todo el mundo con gas y esperando que s¨®lo lo sufran los terroristas. Creo que m¨¢s que nunca todos las personas de teatro tenemos que actuar, escribir, representar obras que hablen de paz, de di¨¢logo, de armon¨ªa, de entendimiento entre los pueblos a trav¨¦s del arte y seguir el ejemplo del jud¨ªo Barenboin y del palestino Said, al crear m¨²sica con una orquesta integrada por jud¨ªos y palestinos.