La fuente de G¨¦nova de M¨¢laga, del siglo XVI, vuelve a la Plaza de la Constituci¨®n
La restauraci¨®n del surtidor comenz¨® el 17 de septiembre pasado
Por el mismo motivo por el que ahora vuelve a su ubicaci¨®n primitiva -una reordenaci¨®n urban¨ªstica-, la fuente de G¨¦nova, una obra del siglo XVI, desapareci¨® de la fisonom¨ªa de la plaza de la Constituci¨®n, centro neur¨¢lgico de M¨¢laga, para presidir otros puntos de la ciudad. El siglo XX lo termin¨® en uno de los rincones m¨¢s hermosos del Parque, arropada por ¨¢rboles frondosos. Pero el pasado 17 de septiembre empez¨® el desmontaje del surtidor para someterlo a restauraci¨®n y devolverlo a la Plaza de la Constituci¨®n.
La empresa malague?a Quibla Restaura, contratada por la constructora que lleva a cabo las obras de peatonalizaci¨®n de la calle Larios, es la encargada de la restauraci¨®n de la fuente que, a finales de noviembre, volver¨¢ a ser colocada en la plaza. Ahora, en una nave del puerto malague?o, 11 personas entre historiadores del arte, restauradores y marmolistas, limpian l¨ªquenes de la piedra y cubren los desperfectos con resina.
'La fuente ten¨ªa da?os importantes causados principalmente por las deficientes intervenciones que ha sufrido a lo largo de la historia. Esas intervenciones coinciden con los traslados, ya que se utilizaban t¨¦cnicas de transporte ya en desuso que da?aban la fuente. Se usaban cementos, pernos de hierro y otros elementos que perjudicaban la estructura', cuenta el restaurador Joaqu¨ªn Gallego, que trabaja a marchas forzadas, igual que sus compa?eros, para reducir los plazos del proyecto, como les ha pedido el Ayuntamiento de M¨¢laga. 'Los da?os atribuibles al paso del tiempo son los m¨¢s benignos', explica Gallego. Toda la piedra tiene capas de l¨ªquenes cementados por la alta concentraci¨®n de cal del agua de la ciudad, pero esto, seg¨²n asegura el restaurador, 'es algo que se puede limpiar con cierta facilidad'.
'Los desperfectos m¨¢s importantes para la textura de las esculturas son los causados por una limpieza con ¨¢cido que le hicieron a finales del siglo XIX, una especie de tratamiento con cemento que se le dio a mediados del siglo pasado y los a?adidos que ha soportado por la diferente capacidad del vaso', a?ade.
La fuente, de ocho metros de altura y 30 toneladas de peso, ha sufrido diferentes ampliaciones a lo largo de los a?os. Seg¨²n un grabado del siglo XVI, el vaso que recog¨ªa el agua era originariamente octogonal. Sin embargo, el cuerpo se ampl¨ªa y por ello ha de aumentarse tambi¨¦n el estanque perimetral, que termina siendo dodecag¨®nico (de 12 lados).
'Hemos descubierto que existen dos clases de piedra. La original es un m¨¢rmol de grano muy fino y muy blanco, que, a falta de un an¨¢lisis qu¨ªmico, creemos que procede de Carrara (Italia). Pero hay otro m¨¢rmol, de grano muy grueso y de blanco v¨ªtreo, que fue extra¨ªdo de las canteras de Mijas, aqu¨ª en M¨¢laga', dice Jos¨¦ Antonio Molina, miembro del equipo de topograf¨ªa e investigaci¨®n de Quibla Restaura.
Junto a las modificaciones de tama?o tambi¨¦n se colocaron nuevos ca?os que hac¨ªan brotar agua de cualquier parte de las esculturas. 'Vamos a intentar eliminar los a?adidos y respetar la soluci¨®n original del escultor Micael Alfaro que hizo a mitad del siglo XVII', comenta Joaqu¨ªn Gallego.
Adem¨¢s de los trabajos de restauraci¨®n, los expertos estudiar¨¢n los escudos que decoran la fuente para tratar de precisar su origen exacto, que hoy permanece envuelto en la leyenda.
Una historia trufada de leyenda
La fuente, que procede de G¨¦nova como su nombre indica, est¨¢ rodeada de leyenda. No se conoce el autor del fuste, es decir, de las esculturas, ni hay explicaci¨®n para su llegada a M¨¢laga. Cuentan que fue un encargo del emperador Carlos I para la ciudad. 'Circulan varias leyendas. Una cuenta que el gale¨®n que tra¨ªa la pieza fue asaltado por el pirata Barbarroja y que posteriormente fue recuperada. Tambi¨¦n relatan que fue ganada como bot¨ªn en la batalla de Lepanto. Pero ninguna de estas historias tiene un fundamento fiable', asegura el restaurador Francisco Zambrana. El estudio de los escudos permitir¨¢ arrojar detalles sobre su origen. 'Lo que es seguro es que fue hecha para M¨¢laga, pero no parece tan claro que el emperador la regalara directamente a la ciudad. Creemos m¨¢s bien que fue un presente para alg¨²n notable malague?o y que esa persona la don¨® al pueblo', a?ade. Lo que s¨ª certifican los historiadores es que cuando se descarg¨® la fuente en el puerto estuvo un tiempo almacenada. Tanto que algunas piezas se regalaron a otras ciudades. Cuando tomaron conciencia de la belleza renacentista de estos m¨¢rmoles decidieron montar su fuste en la plaza de la Constituci¨®n. 'En la segunda mitad del siglo XVI se coloc¨® en la plaza. Poco despu¨¦s se emiti¨® un bando municipal para que se le hiciera un borde a la fuente. La intenci¨®n era evitar que la calle se convirtiera en un lodazal', relata Zambrana. Ya en el siglo XIX pas¨® a la Alameda. Pero tras la construcci¨®n de calle Larios, auspiciada por el marqu¨¦s de Larios, la estatua del benefactor rest¨® protagonismo a la fuente, que fue de nuevo trasladada para comenzar el siglo XX en el Parque. Ahora, m¨¢s de 400 a?os despu¨¦s de su llegada, saldr¨¢ como aquella vez de las naves del puerto de M¨¢laga para ocupar el destacado lugar que se merece.
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