'La Guerra Civil no fue inevitable'
La historia de Espa?a se ha contado, sobre todo, con la voluntad de subrayar su sino tr¨¢gico. Dentro de ese gui¨®n, la Guerra Civil fue la consecuencia l¨®gica de una larga cadena de desbarajustes que enfrentaban dentro de un mismo pa¨ªs a dos formas radicalmente distintas de concebir el mundo (las dos Espa?as). Nigel Townson (Reino Unido, 1959) termina con esta reflexi¨®n la entrevista sobre su libro La Rep¨²blica que no pudo ser (Taurus), que concluye justamente antes de que la guerra empiece, y que pretende, como escribe en la introducci¨®n, hacer una reevaluaci¨®n de 'la naturaleza, funci¨®n y logros del Partido Republicano Radical entre 1931 y 1936'. 'Es, por tanto, una aproximaci¨®n a una franja pol¨ªtica poco estudiada, la del centro -o centro-derecha-, que ha quedado desdibujada por la polarizaci¨®n que produjo la guerra al dividir Espa?a en dos'. Una guerra que gan¨® Franco, 'con quien se inici¨® un aut¨¦ntico par¨¦ntesis en la historia de este pa¨ªs', dice Townson.
Para contar el inter¨¦s del estudio de este profesor de Historia de la Universidad de Madrid, licenciado en Cambridge y que reconoce su profunda deuda con el hispanista Paul Preston, hay que empezar por el final, la guerra, que no forma parte de su libro, pero que ha sido responsable de las distorsiones con que se ha abordado la historia espa?ola del siglo XX. 'Parece que el centro se invent¨® en este pa¨ªs en la transici¨®n', observa Townson, 'cuando ya en la Rep¨²blica era una corriente cada vez m¨¢s s¨®lida, como revela la trayectoria del Partido Radical'.
Y para tratar de la historia de este partido es inevitable empezar por su fundador, Alejandro Lerroux, 'un hombre hecho a s¨ª mismo, un caudillo carism¨¢tico, un dirigente populista'. La pol¨ªtica fue su gran obsesi¨®n. A primeros de siglo fund¨® el Partido Radical, 'el primer partido de masas de la historia de Espa?a', escribe Townson en su libro. 'Naci¨® impregnado de una ret¨®rica revolucionaria, pero con el tiempo busc¨® posiciones cada vez m¨¢s moderadas', comenta. 'Lerroux no fue nunca un revolucionario, pero se aproxim¨® a las clases obreras para captar seguidores. Cuando ¨¦stas encontraron que la CNT representaba mejor sus intereses, la estrategia de Lerroux fue seducir a las clases medias. Fue, sobre todo, un hombre pragm¨¢tico, y as¨ª, para que su partido tuviera una proyecci¨®n nacional, abandon¨® Barcelona para implantarse en Madrid'.
La biograf¨ªa de Lerroux est¨¢ hecha de grandes gestos e iniciativas arriesgadas, muchas veces salpicada de esc¨¢ndalos (su vinculaci¨®n con Juan March produjo mucho ruido, luego llegar¨ªa el l¨ªo del estraperlo). El Partido Radical puso en marcha durante los primeros a?os del siglo numerosas iniciativas que favorecieron a los m¨¢s d¨¦biles -escuelas, cooperativas, casas de pueblo...-, pero cuando llega la Rep¨²blica su perfil es el de una fuerza de centro con una base social amplia.
'El objetivo principal del Partido Radical, en un primer momento, fue consolidar la Rep¨²blica', afirma Townson. 'Las fuerzas de izquierda daban por hecho que sus cimientos eran firmes, y su urgencia era poner cuanto antes en marcha las reformas con las que pretend¨ªan cambiar la vieja sociedad espa?ola por una nueva. Lerroux era, en cambio, consciente de que era necesaria una amplia base social para que esas reformas tuvieran ¨¦xito'.
En busca del centro
El libro de Townson desmenuza la compleja trama pol¨ªtica que la Rep¨²blica puso en marcha. Los conflictos, las estrategias de los distintos intereses enfrentados, la r¨¦mora de las crisis econ¨®micas, la tensi¨®n social. Dentro de ese panorama, Lerroux y los suyos pretenden ocupar una posici¨®n de centro y defender los intereses de las clases medias que representan. 'No es cierto que el Partido Radical fuera el germen del fascismo posterior, como se ha dicho a veces', afirma Townson.
?Ni siquiera cuando le toc¨® gobernar en 1933 y fren¨® muchas de las iniciativas del bienio anterior? '?se es uno de los mitos que mi estudio pone en cuesti¨®n. A Lerroux le toca batallar en un momento dif¨ªcil. Las izquierdas, confiadas en su poder, pierden las elecciones. Crece sorprendentemente la derecha. Y, sin embargo, durante su gobierno se entregan m¨¢s tierras a los campesinos que durante el bienio anterior y se potencia la ense?anza, por ejemplo'.
Hay, claro, una infinita sucesi¨®n de movimientos y detalles que es muy dif¨ªcil sintetizar. Pero la historia que cuenta Townson viene a decir: 'La Rep¨²blica fue la culminaci¨®n pol¨ªtica del notable desarrollo econ¨®mico de Espa?a a principios del siglo XX. Si un gobierno fuerte hubiera contenido la rebeli¨®n militar que desencaden¨® la guerra, la modernizaci¨®n y democratizaci¨®n de Espa?a no hubieran tenido que esperar a la transici¨®n'.
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