La desidia tumba al Athletic
El equipo de Heynckes cae en manos de un Real Uni¨®n que puso todo el juego
El Athletic de los titulares en barbecho (Alkiza, Orbaiz, Karanka o Guerrero), como el de los j¨®venes que Heynckes foguea en la Liga, tiene el sufrimiento pegado a la espalda. Presente Heynckes el equipo que presente, sencillamente le cuesta horrores desplazar el bal¨®n con sentido, sea en un modesto terreno de juego encharcado, sea sobre un c¨¦sped inmaculado. Ayer mismo volvi¨® a permitir que el rival, un Segunda B como el Real Uni¨®n, usurpase su puesto en la jerarqu¨ªa y ofreciese todo el f¨²tbol y la actitud que los rojiblancos se ahorraron. Eso s¨ª, los de Heynckes tiraron de experiencia, de las incontables horas de vuelo que se le supone a un equipo profesional, para sorprender a un Real Uni¨®n inc¨®modo y nervioso ante tanto foco. Despu¨¦s, mir¨® hacia otro lado.
REAL UNI?N 2| ATHLETIC 1
Real Uni¨®n: Otermin; Larrainzar, Labaka, San Miguel, Manex (Jakes, m. 10); Malo, Etxarri, Idiarte, David Ruiz (Badiola, m. 65); Sergio, Sukia (Careaga, m. 75). Athletic: Aranzubia; Larrainzar, Karanka, Ocio, Del Horno; Orbaiz (Carlos Garc¨ªa, m. 75), Alkiza; Arriaga, Guerrero (Tiko, m. 75), Yeste (Ezquerro, m 75); y Urzaiz. Goles: 0-1. M. 19. Yeste centra desde la izquierda y Guerrero aprovecha los errores de defensas y portero para marcar a placer. 1-1. M. 70. Sukia cruza de cabeza a la red un centro servido desde la derecha por Costanilla. 2-1. m. 88. Etxarri, de penalti. ?rbitro: P¨¦rez Burrull. Amonest¨® a Karanka. y expuls¨® al entrenador del Real Uni¨®n, Miguel Sola. Unos 4.600 espectadores en el Stadium Gal.
Visto el paso trot¨®n de los jugadores rojiblancos m¨¢s adelantados, la importancia de la eliminatoria copera se?alada tanto por Heynckes como por su presidente, Uria, no empap¨® el ¨¢nimo de los jugadores, que se asomaron con el cuello estirado lo justo para ver c¨®mo respiraba el rival. Ni siquiera apreciaron que la defensa local exhib¨ªa un boquete enorme por la derecha, desde donde Yeste fabric¨® el gol de Guerrero. El capit¨¢n rojiblanco s¨®lo hizo eso: empujar un gol seguro y desvanecerse. Lleva un siglo desaparecido. Por pereza o displicencia, el Athletic dej¨® de mirar la evidente cojera irundarra y se enfrasc¨® en un abrazo incomprensible con su rival en el centro del campo. El Athletic escogi¨® bombear balones y el Real Uni¨®n estuvo a punto de imitar esta soluci¨®n, pero prefiri¨® hacer algo m¨¢s, visto que la cintura de la defensa rojiblanca amenaza carcoma.
El Athletic empez¨® a pasar apuros pero sigui¨® al trote, abandonado, ajeno a la posibilidad de recibir un gol. Los de Heynckes homenajeaban el juego est¨¢tico, pasota, y el Real Uni¨®n, que hab¨ªa pedido un partido feo, de pelea, tuvo que entregarse a la evidencia de que el rival hab¨ªa dimitido tras marcar y jugaba sin aceite. Con todo esto, el conjunto irundarra renunci¨® al patad¨®n y empez¨® a buscar la velocidad de Sergio Francisco, con toques r¨¢pidos y desplazamientos el¨¦ctricos en corto que enseguida aburrieron a Orbaiz y Alkiza. As¨ª, se plantaron junto al ¨¢rea, sin saber muy bien qu¨¦ hacer, esperando un centro digno que recogiese su goleador, Sukia. Cuando ¨¦ste lleg¨®, Sukia hizo de Urzaiz: remat¨® cruzado de cabeza para empatar.
El empate sacudi¨® a Heynckes, que coloc¨® enseguida lo mejor de su banquillo, con las esperanzas puestas en Ezquerro y Tiko. El Real Uni¨®n se divert¨ªa, estrellaba un bal¨®n en el travesa?o y buscaba a Sukia. S¨®lo lamentaba su escaso remate, circunstancia que resolvi¨® la defensa rojiblanca con un penalti en su en¨¦simo desconcierto.
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