El alma arrasada

El colonialismo no s¨®lo devast¨® ?frica en lo f¨ªsico, sino que arras¨® su alma. Esa tragedia acab¨® infectando a los propios blancos dominadores, y s¨®lo si el coraz¨®n de ellos cambia podr¨¢ caber una esperanza. Es la tesis del surafricano Laurens van der Post (1906-1996), escritor, fil¨®sofo y explorador, cuya vida se desga?it¨® en el Reino Unido (recibi¨® el t¨ªtulo de sir) en pro de un giro copernicano de la Sur¨¢frica del apartheid.

El libro es una conferencia con debate de 1954. Aunque Van der Post no desde?a lo pol¨ªtico, lo integra en una dial¨¦ctica de supervivencia o desaparici¨®n del esp¨ªritu, batalla que considera crucial. La lucidez y valent¨ªa de Van der Post se manifiestan en an¨¢lisis como el de la lucha del Mau Mau en Kenia: guerra de religi¨®n, dice n¨ªtidamente. Pero m¨¢s le importan temas perennes, qu¨¦ ocurre dentro de las personas. Sobre todo en la Sur¨¢frica de tantas similitudes con la Alemania nazi.

Van der Post rememora su infancia: los africanos, ante el poder de los blancos, quisieron aprender de ellos. Pero el blanco s¨®lo vio su 'superioridad', desaprovech¨® ese periodo de gracia, y a los negros s¨®lo les qued¨® la violencia: es decir, la p¨¦rdida del esp¨ªritu. '?frica empieza a cargarse como una de esas bater¨ªas electr¨®nicas empleadas para la escisi¨®n del ¨¢tomo', escribe (y ser¨ªa procedente indicar que ¨¢toma, en griego, significa 'personas'). El desenga?o de ?frica se traduce en una expresi¨®n malaya : 'Mata Kelap', que da cuenta de cuando a alguien pac¨ªfico se le vuelve negro el ojo, se le nubla el alma y siembra el da?o. '?Por qu¨¦ quieren que nos vayamos, con todo lo que les hemos dado?', pregunt¨® una vez un diplom¨¢tico blanco a Van der Post, que le contest¨®: 'Mucho me temo que porque ustedes no les han mirado a los ojos al hablarles'.

Hoy ?frica yace en la pobreza, y con el sida y la deuda no parece factible una recuperaci¨®n. Leer a a Van der Post es incitante con su sugerencia de que lo no vivenciado acaba en la chispa fatal: el blanco ha cercenado en s¨ª lo at¨¢vico y natural, y al negro se le ha despojado de ello y se le ha impedido acceder a ning¨²n sitio. ?frica sigue traicionada, a merced del ojo oscuro. Leer a Van der Post nos hace comprender que el genocidio de Ruanda, pese a lo que dijese Mitterrand sobre genocidios importantes y sin importancia, siempre ser¨¢ de la misma especie que el perpetrado por los nazis.