La izquierda real en Florencia
Como es habitual cuando del movimiento alternativo se trata, lo primero que se ha puesto en marcha ha sido la estrategia de su criminalizaci¨®n, medi¨¢tica y gubernamental en estrecha simbiosis. Los medios de comunicaci¨®n italianos, y no s¨®lo ellos, nos han prevenido desde hace algunos d¨ªas de la irresponsabilidad que supon¨ªa exponer los tesoros art¨ªsticos florentinos a la capacidad devastadora de las hordas antiglobalizaci¨®n y de la necesidad de impedirlo, suspendiendo el Foro Social Europeo o cuanto menos controlando, manu militari, sus reuniones y desplazamientos en la ciudad. Esta versi¨®n, que reproduce la posici¨®n oficial del Gobierno italiano, se ha traducido en la suspensi¨®n del Tratado de Schengen en Italia y en el reforzamiento del miedo social, alimentado por la convergencia en estos actos del black block y de los servicios secretos al que ni la tranquilidad en la calle ni el aire de fiesta que acompa?a este tipo de reuniones logra disipar por completo. Con todo, el alcalde de Florencia y los responsables de la regi¨®n de Toscana han logrado resistir a Berlusconi y mantener la reuni¨®n de Florencia en las fechas previstas.
Despu¨¦s del extraordinario ¨¦xito, en cuanto al n¨²mero de participantes y en cuanto a su valor simb¨®lico, de los dos primeros foros sociales mundiales de Porto Alegre, se decidi¨® establecer foros continentales. En Bamako tuvo lugar el primer foro social africano y ahora est¨¢ teniendo lugar el europeo de acuerdo con un modelo cada vez m¨¢s rodado de reuniones y debates. En la Fortezza del Basso, m¨¢s de 20.000 militantes han participado durante los cuatro d¨ªas en 18 conferencias generales, 140 seminarios y 250 talleres. Son personas pertenecientes a 600 asociaciones muy distintas, que van desde los grupos llamados sin -sin vivienda, sin papeles, sin tierra, sin trabajo, sin voz...- hasta las grandes organizaciones sindicales, sobre todo a sus n¨²cleos m¨¢s combativos. Los temas corresponden a los grandes problemas de las sociedades contempor¨¢neas y a la b¨²squeda de otro modo de organizar un mundo cuyos principios son la explotaci¨®n, la violencia y la miseria. Asuntos como la paz, la defensa del medio ambiente, la lucha contra la pobreza, la creaci¨®n de una aut¨¦ntica comunidad pol¨ªtica mundial, la reducci¨®n de la desigualdad entre pueblos y personas, la ciudadan¨ªa global, la batalla por una informaci¨®n veraz y una pedagog¨ªa c¨ªvica, la relegitimaci¨®n del servicio p¨²blico, los flujos migratorios y las identidades nacionales, la producci¨®n de alimentos y el orden agr¨ªcola mundial, la regulaci¨®n de la especulaci¨®n financiera, la reducci¨®n de las amenazas sobre la econom¨ªa real..., asuntos que acompa?an al movimiento altermundista desde sus mismos inicios y a los que no es f¨¢cil encontrarles una concreci¨®n efectiva.
Florencia ten¨ªa que conceder la prioridad a Europa y as¨ª lo ha hecho. Porque, adem¨¢s, la ampliaci¨®n y su futuro marco constitucional ofrec¨ªan una oportunidad excepcional. El modelo social europeo aparece como la piedra de toque y en esa l¨ªnea la incorporaci¨®n a la Constituci¨®n de la Carta de Derechos Fundamentales es un paso importante pero para muchos insuficiente, pues reclaman que se garantice el derecho al trabajo, una renta m¨ªnima, la permanencia de la seguridad social, la eficacia de los servicios p¨²blicos. En el centro de ese modelo est¨¢ la impugnaci¨®n a la realidad como mercanc¨ªa. Comenzando por la pol¨ªtica en la que la relaci¨®n entre votos y dinero invertido en la campa?a electoral es cada d¨ªa m¨¢s determinante. Florencia, como los otros Foros, est¨¢ sirviendo para la emergencia de una izquierda real curada de revoluciones burocraticas, de magias electorales, de ilusiones mesi¨¢nicas. La confrontaci¨®n entre reformistas radicales y rupturistas pragm¨¢ticos, habitados por una pac¨ªfica desobediencia civil, acabar¨¢ produciendo el encuentro entre pensamiento innovador y acci¨®n transformadora. Hoy, frente a los se?ores del dinero y la guerra lo est¨¢n anunciando en Florencia, m¨¢s de 100.000 personas ancladas en la paz y la esperanza.
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