O intuir o deleitar

Dos espect¨¢culos en uno han sido los ofrecidos por el canario Pedro Guerra en la presentaci¨®n en Madrid de su ¨²ltimo disco, Hijas de Eva. El primero inclu¨ªa precisamente los temas de este disco, reforzados con la proyecci¨®n en una pantalla de v¨ªdeo de diversos testimonios realizados por mujeres de todas las edades y condiciones y referidos al contenido de cada canci¨®n. La intenci¨®n de Pedro en su ¨²ltimo ¨¢lbum es ofrecer su visi¨®n acerca de la discriminaci¨®n que han sufrido y sufren las mujeres en todo el mundo. Una visi¨®n reivindicativa y que no esconde las evidencias que el mundo masculino y dominante se ha negado siempre a admitir. Pero la puesta en escena con el que Guerra quiso expresarlo result¨®, quiz¨¢, excesivamente did¨¢ctica y puede que las propias posibilidades musicales de Pedro se vieran demasiado ce?idas a ese af¨¢n de hacer del todo comprensible su mensaje. Hay riesgo en esta propuesta y el esfuerzo de Pedro es loable, pero a su manifiesto le falta algo de espontaneidad, de chispa, de la magia que envuelve a su forma de interpretar habitual.

Precisamente, en la segunda parte del concierto el artista cambi¨® lo de instruir por lo de deleitar y, a solas con su guitarra, volvi¨® a enhebrar el hilo dorado con que cose la m¨²sica a sus po¨¦ticas letras, o viceversa. Tambi¨¦n se despach¨® a gusto ironizando sobre sucesos que han acaparado la atenci¨®n informativa esta semana: el accidente de los chicos de OT o la situaci¨®n vivida hace unos d¨ªas por Alaska, entre otros. En relaci¨®n a la pol¨¦mica sufrida por la cantante, Pedro acu?¨® un pensamiento de los que, por lo menos, dan que pensar: no hay que caer en el m¨¦todo Bush y decir 'o est¨¢s con nosotros o est¨¢s con el top manta'. Todo esto lo dijo para presentar las canciones que interpretaba, primero solo y luego con un tr¨ªo de acompa?antes musicales de lujo. Temas magn¨ªficos como El marido de la peluquera, Gente sola, Daniela, Moreno, Ni?os o el cl¨¢sico Contam¨ªname, con el que cerr¨® el segundo bis de la actuaci¨®n. Los espectadores, que hab¨ªan agotado las localidades, respondieron con aplausos la primorosa labor de este cantante y autor que ya ha pasado la fase cr¨ªtica de los tres primeros elep¨¦s y, sin embargo, sigue demostrando que todav¨ªa le queda arte para m¨¢s discos.