Apuesta por el 'ajuste suave'
La notable fortaleza del consumo privado en EE UU est¨¢ constituyendo una de las principales diferencias con desaceleraciones anteriores, pero su sostenibilidad supone tambi¨¦n una de las incertidumbres m¨¢s importantes para los pr¨®ximos meses. De hecho, la reciente decisi¨®n de reducci¨®n de los tipos de inter¨¦s adoptada por la Reserva Federal puede interpretarse como una medida preventiva que intenta evitar un ajuste brusco del gasto de las familias. Un riesgo que hab¨ªa aumentado por la combinaci¨®n de tres factores.
El primero de ellos es el desplome de la confianza de los consumidores en octubre, regresando a niveles de finales de 1994. Si este deterioro de las expectativas no logra frenarse, podr¨ªa provocar un r¨¢pido ajuste del gasto en consumo de bienes duraderos, que son los que han liderado la evoluci¨®n del consumo. Tras crecer un 22% en el tercer trimestre de este a?o, como consecuencia de las favorables condiciones de financiaci¨®n, este tipo de gasto presenta una notable vulnerabilidad.
El recorte de tipos de inter¨¦s por parte de la Reserva Federal trata de reducir los riesgos de un ajuste brusco del consumo
El segundo de los factores es la evoluci¨®n de la actividad de refinanciaci¨®n hipotecaria, que en octubre experiment¨® el mayor retroceso en cinco a?os. Este dato alerta sobre el agotamiento de un proceso de magnitud extraordinaria, basado en los bajos tipos de inter¨¦s hipotecarios, el descenso de los costes de refinanciaci¨®n y la apreciaci¨®n de la vivienda. La actividad de refinanciaci¨®n hipotecaria se ha convertido en uno de los soportes del crecimiento del consumo. Se estima que por medio de ella las familias estadounidenses consiguieron en 2001 un flujo de caja de unos 150.000 millones de d¨®lares, un punto y medio del PIB. Pero el proceso de refinanciaci¨®n tiene l¨ªmites. Seg¨²n datos del BIS, actualmente s¨®lo el 26% de las hipotecas a 30 a?os tienen un cup¨®n superior al 7%, frente al 92% de 1997. Por tanto, cada vez hay menos familias que pueden beneficiarse de esas operaciones.
Por ¨²ltimo, preocupa el grado de ajuste del ahorro. Actualmente el ahorro de las familias se sit¨²a en el 3,6% de la renta, duplicando su nivel de 1999. En realidad, este aumento es la reacci¨®n de los consumidores ante el descenso de su riqueza en comparaci¨®n a su renta. Considerando esta relaci¨®n ahorro-riqueza, se piensa que el ahorro deber¨ªa aumentar en torno a un punto porcentual, por lo que se espera una moderaci¨®n del crecimiento del consumo. Pero el riesgo es que, ante el deterioro del ahorro p¨²blico y por el temor a una nueva correcci¨®n de la riqueza en un momento de creciente pesimismo, las familias ajusten bruscamente su ahorro en una magnitud muy superior. Lograr que el consumo ajuste suavemente, superando estos riesgos, parece ser el objetivo de la Reserva Federal.
Mayte Ledo es economista jefe para OCDE y Mercados del Servicio de Estudios del BBVA.
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